'Blasphemous', uno de los últimos éxitos del videojuego español.

La pandemia de coronavirus apenas impacta en el videojuego español

El 'Libro Blanco del Desarrollo 2020' estima que el pasado año se cerró con una facturación de 1.104 millones, 184 más que en 2019 | La covid-19 no afectó al grueso de los estudios, que en un 59% mantuvieron su facturacion mensual e incluso en un 16% la vieron aumentar

Iker Cortés

Madrid

Miércoles, 7 de abril 2021, 13:21

Ya lo ha adelantado Valeria Castro, presidenta de DEV, la Asociación Española de Empresas Productoras y Desarrolladoras de Videojuegos y Software de Entretenimiento, durante su intervención en la presentación del 'Libro Blanco del Desarrollo Español de Videojuegos 2020'. «Ha sido un año marcado por ... el miedo, la incertidumbre, y el dolor que ha dejado a su paso la covid. El videojuego ha sido clave en el transcurso de esta pandemia porque nos ha acompañado durante este año de aislamiento social, aportándonos no solo entretenimiento y confort sino también conectividad y herramientas de apoyo a la educación».

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Por eso tenía sentido que las cifras del informe anual, que desde hace ya siete años analiza la salud del sector, fueran relativamente optimistas. Y lo son. Si en 2019 la facturación se quedó en 920 millones de euros, para 2020 se pronostica un crecimiento hasta los 1.104 millones lo que anticipa que la pandemia «más que haberles supuesto un perjuicio, les ha beneficiado», explica Jaume Esteve, autor del documento. La idea, además, es que se mantenga un crecimiento sostenido del 17% de tal forma que de cara a 2023 se alcanzarán los 1.723 millones, lo que supondría casi doblar volumen de mercado que hay actualmente.

La elaboración del informe ha permitido también realizar un pequeño estudio sobre el escaso impacto de la pandemia en las empresas. La covid-19 no ha trastocado la relación de los estudios desarrolladores con sus publishers en el 72% de los casos, el 82% de las empresas tampoco se han encontrado con problemas en la relación con sus inversores, solo el 17% de las compañías ha tenido que cancelar algún proyecto y alrededor de la mitad (47%) admite que sí ha tenido que paralizarlos en algún momento, posiblemente debido al confinamiento al inicio de la crisis sanitaria. En el caso de la facturación mensual, el 59% de los estudios aseguran que ha permanecido sin variación e, incluso, en un 16% esa facturación ha aumentado. En cuanto a las plantillas, solo han sufrido una merma en un 7% de los estudios, mientras que en un 36% de ellos ha aumentado.

En cuanto al número de empresas, el pasado año fueron 655 estudios los que se dedicaron al desarrollo de videojuegos, 415 de ellos constituidos y 240 pendientes de constituirse. Cataluña y la Comunidad de Madrid siguen siendo las dos comunidades autónomas en las que se establece el grueso del sector, con un 27,3% de los estudios en afincados en Cataluña y un 24,4%, en Madrid. Le siguen, pero de lejos, Andalucía y la Comunidad de Valencia, con un 13,7% y un 10,4% de los estudios afincados en cada una, respectivamente. Eso sí, en función de la facturación, las cifras sitúan a Cataluña como el verdadero motor de la industria, pues el 51% tiene lugar allí, seguida por la Comunidad de Madrid, con un 28%.

Pero las buenas noticias no acaban en la facturación. La pandemia tampoco impactó en la creación de empleo. Así, si en 2019 fueron 7.320 los puestos de trabajo directos que mantuvo la industria española del videojuego, en 2020 fueron 7.686 y se espera que en 2023 la cifra alcance los 8.480 puestos de trabajo. De nuevo se sitúa aquí Cataluña a la cabeza con alrededor del 46% de los empleos. Otra de las cuestiones relevantes es que ya se ven indicios de consolidación en el tejido empresarial, pues los estudios de más de cinco años ya suponen el 57% de toda la tarta.

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Las malas noticias, sin embargo, siguen siendo las mismas. Y es que en cuestión de facturación, el 61% de las empresas factura menos de 200.000 euros, mientras que el 31% facturán más de 50 millones de euros al año, lo que significa que pese a haber 655 estudios, son muy pocos los que se quedan con la gran parte del pastel. Por otro lado el mercado al que van a parar los videojuegos españoles es el español en un 34%, seguido por Estados Unidos, en un 28%, y el resto de Europa, en un 23%. Un punto ciertamente mejorable aquí es potenciar el mercado asiático, al que solo vendemos el 9% de nuestra producción, algo irrisorio teniendo en cuenta que es el mercado mundial que más factura -España está en décima posición-. «Es un mercado muy interesante por las posibilidades de crecimiento y expansión que tiene, aunque es cierto que publicar allí no es tan fácil», afirma Esteve.

En cuestión de plataformas, el PC sigue siendo la principal para la que desarrollan los estudios españoles, seguida de cerca por los móviles y por las consolas. Respecto a las necesidades de financiación, los que mandan, con el 34% de los proyectos son los juegos que requieren entre 150.000 y 300.000 euros para su desarrollo, juegos de corte medianos o pequeños y no proyectos ambiciosos. Solo un 11% de los proyectos requieren entre 300.000 y 600.000 euros y los porcentajes bajan hasta el 5% para proyectos de entre 1,5 y 3 millones de euros.

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Los desafíos y retos

El 'Libro Blanco del Desarrollo Español de Videojuegos 2020' dedica también un espacio a establecer los retos y desafíos a los que se enfrenta la industria española. Entre los principales retos están la necesidad de más editoras, con mayor tamaño y presencia global; generar un empleo más estable y de mayor calidad, consolidar un mayor número de empresas mediasnas y grandes, mejorar la coordinación entre la industria y otros sectores, dar el salto definitivo en la paridad de género, conseguir mayor compromisos en las inversiones en producción de algunas multinacionales que venden mucho en españa y la internacionalización de los estudios españoles. «Se debe producir un cambio estructural -apuntaba Valeria Castro- que nos permita consolidar y acelerar la tendencia de crecimiento que hemos tenido los últimos años». Entre las reivindicaciones del sector, «las medidas relacionadas con ventajas e incentivos fiscales siguen siendo las peticiones más repetidas por los estudios consultados, puesto que supondrían una ventaja competitiva para atraer inversores externos como un alivio para desarrollar su actividad con una red de seguridad más amplia», concluía.

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