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Lumumba, de héroe anticolonialista a cóctel goloso

Lumumba, de héroe anticolonialista a cóctel goloso

La mezcla de brandy (y otros espirituosos) con batido de chocolate recibió en los años 70 el nombre del político congolés Patrice Lumumba

Sábado, 1 de febrero 2020

Mientras que los nacidos en los años 30 se iniciaron en el mundo del trago adulto vía tintorro y carajillo, las siguientes hornadas de españoles hicieron sus pinitos con el alcohol gracias al cubalibre y el gin-tonic, mezclas discretas que utilizaban las ... burbujas para rebajar el contenido de alcohol de cada copa y permitían tomar bastantes más durante los guateques. Pero para los jóvenes de los 80 aquello no fue suficiente. Las nuevas generaciones, criadas con Kinito el niño piripi y porrones de cerveza con gaseosa, necesitaban emociones nuevas. La oferta alcohólica, limitada hasta entonces al vino y las combinaciones serias a base de licores de alta graduación, comenzó a admitir sabores extravagantes o dulzones. Tildados hasta entonces de «copas para las damas», los cócteles dulzones llegaron a España de la mano de los refrescos y el colorismo pop.

Durante la era de la coctelería golosinera surgieron monstruos como el Malibú con piña, el kalimotxo con licor de mora, el orgasmo (licor de melocotón con refresco de limón), la piruleta o semáforo (granadina, lima y ron), el butano (pacharán con naranja), el platanito (Licor 43 más mosto) y básicamente cualquier mezcla hecha con Rives de colores fosforitos. Tenían más papeletas para incitar a la diabetes que a la intoxicación etílica, pero derrotaron miserablemente a las bebidas serias. Los bares ochenteros se llenaron de botellas de colores y clientes que pedían a gritos que se les cayeran los dientes. Aparte de los refrescos carbonatados, los batidos con sabor a cacao, vainilla o fresa constituyeron un alternativa sencilla y barata para conseguir brebajes dulzones. La alquimia de la coctelería, con sus siropes, jarabes y almíbares misteriosos, fue sustituida de manera chapucera por atajos urgentes. El cucurucho (licor de coco y batido), el 103 con vainilla o la pantera rosa (batido de fresa con lingotazo) llegaron a lo alto del pimple patrio de la mano de una combinación con nombre exótico, el lumumba.

Este combinado consiste básicamente en batido de chocolate y brandy, aunque no antiguamente no hacía ascos al ron, a la ginebra, al murciano Licor 43 ni al amaretto, y dependiendo del ánimo del cliente y de la generosidad del camarero, podía llevar más o menos cantidad de alcohol. También llamado lugumba o lubumba, en realidad su nombre procede del político africano Patrice Lumumba (1925-1961), líder independentista y héroe nacional de la República Democrática del Congo. La lucha de Lumumba contra el colonialismo y su trágica muerte hicieron de él una figura popular en el imaginario internacional de los 60, y no se sabe muy bien cómo ni dónde, pero se dio su apellido a una bebida con chocolate poco tiempo después. Conocido en España, Francia y Alemania, el lumumba arrastra el lastre de sus connotaciones xenófobas. Aunque ahora sepamos que asociar a alguien de raza negra con el chocolate es una actitud racista, entonces aún se cantaba con alegría lo de «yo soy aquel negrito del África tropical», se llamaban Conguitos a los cacahuetes bañados en chocolate y Negritos o Morenitos a los pasteles cubiertos de cacao.

Quizás los que pensaron en llamar lumumba al batido de cacao con brandy creyeron sinceramente que homenajeaban al Lumumba real, vayan ustedes a saber. Fuera como fuese esta mezcla arrasó gracias a su sabor dulce y a su baratura. Pariente pobre del refinado brandy Alexander (que consiste en brandy, crema de cacao incolora, nata y nuez moscada), el lumumba no requería complicados utensilios ni conocimientos profesionales más allá de abrir, batir y servir. Fue la bebida juvenil por antonomasia de los años 70 y 80 y aunque ahora se haya pasado de moda, nunca es tarde para recuperar su receta y brindar por los viejos tiempos.

Lumumba

Ingredientes en proporción: 1/3 de brandy de Jerez, 2/3 de batido de chocolate, 3 o 4 cubitos de hielo.

Preparación: verter las dos bebidas en una coctelera con hielo, agitar durante un minuto y colar el líquido resultante en un vaso de tubo con varios cubitos.

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