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Gominolas y símbolo de marca registrada. Wikimedia Commons
Gominolas, marca registrada

Gominolas, marca registrada

Gastrohistorias ·

Aunque sean el nombre genérico de todas las chucherías blandas, las gominolas nacieron como medicamento en 1964

ana vega pérez de arlucea

Sábado, 19 de marzo 2022, 21:02

Si consultan ustedes el diccionario de la Real Academia para saber qué significa la palabra «gominola», verán que su definición literal es «golosina blanda masticable, generalmente recubierta de azúcar». La verdad es que la explicación podría ser más completa, pero lo realmente interesante es lo ... que aparece encima de ella, en la línea que la RAE dedica siempre a la etimología: «De Gominolas®, marca reg.»

Yo no lo sabía hasta ahora, pero resulta que Gominolas es una marca registrada. El nombre de un producto comercial tan exitoso o pionero que fue asumido en nuestro idioma como sustantivo genérico para todas las chucherías gelatinosas. ¿Cuándo y cómo ocurrió esto? El 23 de mayo de 1964 marcó un hito en la historia golosinera de España.

Aquel día se solicitó ante la Oficina Española de Patentes y Marcas el registro de una marca nacional, la número 448.207, con la denominación de Gominolas y para distinguir productos químicos, biológicos y también especialidades farmacéuticas y de veterinaria. Esto suena un poco raro teniendo en cuenta lo que ahora entendemos como gominola, pero debemos tener en cuenta que las pastillas o caramelos de goma nacieron a mediados del siglo XIX como un producto que se vendía en farmacias con un propósito medicinal. No es tan extraño: así comenzaron a comercializarse también los primeros refrescos carbonatados, el yogur, las grajeas de regaliz y los caramelos de malvavisco.

Las pastillas de goma se elaboraban con goma árabiga o algún otro tipo de resina natural, azúcar y ciertos extractos medicamentosos que aportaban el elemento terapéutico. Normalmente servían para quitar la tos y suavizar la garganta gracias a la ayuda de ingredientes como eucalipto, menta, malvavisco, salvia o miel. Eran mucho más duras que las gominolas modernas y aunque dulces, no solían tener un sabor específico.

Un anuncio de gominolas de 1966. Todocolección

El cambio llegó durante los años 10 y 20 del siglo pasado, cuando confiteros como Larín y Cía. o Matías López empezaron a interesarse por los caramelos gomosos. Larín, un español afincado en México, vendía sus pastillas de goma en boticas bajo la premisa de que «como pectorales no tienen rival, inofensivas para los niños y deliciosas para los sanos.» ¡Y en sabores surtidos!

A pesar de esta pequeña revolución las «gomitas» (así se denominan en Latinoamérica) siguieron brillando durante décadas en los mostradores de las farmacias debido a que su complicado proceso de elaboración, muy distinto al de los bombones o confites, requería conocimientos de química. Por eso no es sorprendente que la empresa que registró en 1964 la marca «Gominolas» se llamara Laboratorios Farmacológicos Meseguer S. L. y se dedicara a la fabricación de medicamentos como la Succinamina (para anomalías cardio-respiratorias), Tebeuno Meseguer (contra la gastritis) o los supositorios Asamin, que combatían síntomas de alergia.

Para gargantas irritadas

Creada en 1954, puede que Meseguer S.L. no solicitara la famosa marca de gominolas hasta diez años después, pero eso no quiere decir que no llevara tiempo elaborándolas. En 1962 el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial publicó un dibujo que los laboratorios madrileños querían usar en sus envases: «la figura caricaturesca de una mujer suspendida en el aire [...] en la mano derecha sostiene una bolsa de pastillas de goma y bajo la figura de la mujer se aprecia un grupo de gigantescas pastillas de goma».

Es probable que las primeras gominolas Meseguer fueran de menta y se usaran como remedio para la garganta irritada. Al fin y al cabo, pocos años después seguían dispensándose en farmacias unas «gominolas respiratorias» (de Novinfar S.A.) indicadas para fumadores, actores, cantantes, voces cansadas o fatigadas y «como protección y alivio en los climas húmedos y en cambios de temperatura».

El sabor menta fue junto al de fresa, naranja y limón, uno de los primeros con los que salieron las Gominolas al mercado. En 1966 se anunciaban esas variedades en publicaciones infantiles tan populares como 'El Capitán Trueno' o 'DDT' junto a una ilustración de niños llevando una pancarta que rezaba «queremos GOMINOLAS». Los pequeños consumidores fueron clave en el éxito de la marca, que además amplió sus puntos de venta a kioscos y tiendas de chucherías.

Gominolas respiratorias. todocolección

Aunque algunos competidores quisieron imitarles registrando nombres similares como «gomalinas», «gomiletas» y «gomelitas», el triunfo de Gominolas fue tal que su marca pasó a ser el común denominador de todas las pastillas de goma. En 1983 Laboratorios Meseguer vendió los derechos a una empresa netamente confitera, Roypas (Pastor y Canals S.A.) y en 2014 pasó a ser propiedad de otro grande del sector, Migueláñez, que actualmente comercializa corazones de melocotón, ositos, ladrillos, moras, besos de fresa y otras deliciosas chucherías bajo el paraguas de Gominolas, «las auténticas desde 1964».

¿Tendrán también de menta? Seguro que eran de ese sabor las que en 1973 anunciaba Meseguer con el eslogan –tan farmacéutico aún– de «Respire limpio, coma Gominolas».

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