A Garbancito le sacan los colores

La Filmoteca recupera la primera película española de animación en color. Estaba en manos de un coleccionista que la encontró en un almacén de Nueva York

Miércoles, 22 de julio 2020, 00:10

El primer largometraje de dibujos animados en España y Europa pronto recobrará los colores. El título en cuestión, 'Garbancito de la Mancha', dirigida en 1945 por una figura prominente del tebeo español, Arturo Moreno, es pura arqueología cinematográfica. La Filmoteca Española ha recuperado la ... mayor parte de los rollos y ahora se propone restaurarla.

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David Bull, un coleccionista estadounidense de objetos antiguos, encontró la cinta en un almacén de Nueva York. Estaba arrumbada, criando polvo y sufriendo el deterioro del paso del tiempo. El anticuario adquirió el lote al peso y enseguida se percató de que había dado con una pieza rarísima. Bull había adquirido una película cuyo color provenía del sistema Dufay Chrome, desarrollado por Louis Dufay en 1908. Los colores fundamentales (rojo, azul y verde) se obtenían gracias a un juego de filtros organizado de forma reticular. ‘Garbancito de la Mancha’, que dura 85 minutos, está basada en un cuento de Julián Pemartín, un escritor falangista. De hecho, en la película queda bien claro que sus creadores son afectos al bando vencedor de la Guerra Civil. El lenguaje del niño tiene toda la retórica inflamada del franquismo y recurre a partes iguales a la invocación a Dios y a la épica.

España se adelantó a otros países en la realización de un largometraje a color de animación. Otras potencias como Francia, Italia y Gran Bretaña estaban hasta el cuello metidas en la contienda mundial. Bull contactó con la Filmoteca Española para negociar y procurar que no se perdiera el delicado material. Fue en la Filmoteca donde le remitieron a Cineric, un centro radicado en la ciudad neoyorquina que se dedica a la preservación de películas.

La cinta es una versión libérrima de ‘El Quijote’ y cuenta las andanzas de un niño, Garbancito, que recorre los pueblos de España para liberar a los incautos de brujas y gigantes. No está solo: le acompaña una cabra. Ni que decir tiene que la película entusiasmó a críos y adultos. Fue declarada de Interés Nacional y recibió el Premio del Sindicato Español del Espectáculo.

La gestación del filme fue complicada y estuvo llena de avatares. Hubo que importar celuloide desde Suiza y material para el revelado, pues en la España de posguerra aún no existían laboratorios de color. A su manera, el productor José María Blay recurrió sin saberlo al ‘merchandising’, pues puso a la venta recuerdos como álbumes de cromos, carteles y muñecos de los protagonistas del filme. Para poner la guinda, ya solo queda restaurar la película y llevarla al soporte digital. Y lista para ver.

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