Secciones
Servicios
Destacamos
Como cada verano tiene su canción, cada estío tiene su libro. Y el insólito bombazo de la achicharrante canícula del 2024 es la saga 'Blackwater' (Blackie Books). Escrita por el malogrado Michael McDowell y publicada en 1983 en Estados Unidos, el boca-oreja lo ha convertido en un fenómeno global del que no pudo disfrutar su autor, fallecido en 1999.
Sus editores en español reimprimen sin descanso los seis títulos de la serie para atender una demanda que ha superado los 300.000 ejemplares aquí y los dos millones en Europa; más de un millón en Francia y otros 300.000 en Italia. Atrae una media de 2.000 lectores al día desde que el editor francés Dominique Bordes lo trajera a Europa en abril de 2022.
Hay clubes de lectura, encuentros, canales de Telegram, vídeos en TikTok, podcasts y colas en algunas librerías para adquirirlos. En el mercado de las plataformas de internet las copias 'vintage' de esta saga matriarcal que mezcla terror y guerras familiares cotizan al alza.
Ambientada en la primera mitad de siglo XX, narra las vidas de la familia Caskey, adinerados y maquiavélicos terratenientes empeñados en conservar el poder en Perdido, ficticio pueblo de Alabama bañado por las gélidas y oscuras aguas del río Blackwater. Con moderadas dosis de terror, su núcleo es la crudelísima e implacable guerra entre la joven Elinor Dammert su inefable suegra, la matriarca Mary-Love y su obediente hijo, Óscar.
«Es adictiva y se consume como una serie. Es modernísima, gusta a públicos muy diferentes y recupera la idea de lo que es literatura popular», asegura Jan Martí, editor de Blackie Books, que rescatará toda la obra de McDowell a partir de 2025.
Con más de un millar de páginas, se ha publicado en seis entregas con tamaño y precio de bolsillo (9,9 euros). Determinante para su éxito han sido las portadas del ilustrador español Pedro Oyarbide que otorgan a cada libro categoría de objeto precioso.
«Creo que mis historias hacen que sientas un profundo placer al leerlas, que redescubras lo que es quedarte horas y horas leyendo. Si un libro no mantiene mi interés, lo pongo boca abajo y no lo acabo. Así que no pienso permitir a nadie que ponga boca abajo y deje sin terminar uno de mis libros», afirmó un McDowell seguro de sí.
«Soy un escritor comercial y estoy orgulloso de ello. Creo que es un error intentar escribir para la posteridad», agregó. El mismísimo Stephen King, rey del suspense terrorífico y amigo de McDowell, no dudó en declararlo su «maestro». «Fascinante, aterrador, simplemente genial. El mejor de todos nosotros», aseguró el autor de 'Carrie', 'It' o 'Cujo'.
Michael McEachern McDowell (Enterprise,1950 - Boston,1999) fue un monstruo literario en el mejor sentido del término. Dueño de una prodigiosa creatividad, escribió miles de páginas con un atractivo estilo cinematográfico. Sus editores le comparan sin complejos con de Balzac o Dumas, describiendo su estilo como un cruce entre King, García Márquez y Lovecraft.
Los autores de clásicos como 'La comedia humana' o 'El conde de Montecristo' eligieron el folletín o la novela por entregas para llegar a todo el mundo. McDowell optó como ellos por el medio de difusión más popular, el 'paperback' (el libro de bolsillo) exigiendo que su obra se publicara en seis entregas, a razón de una por mes.
Además de novelista, McDowell fue un notable guionista. De su colaboración con Tim Burton surgieron películas como 'Bitelchús' (1988) y 'Pesadilla antes de Navidad' (1993). Escribió además un episodio para la legendaria serie 'Alfred Hitchcock presenta'. Licenciado en Harvard, demócrata declarado, abiertamente homosexual y activo luchador por los derechos civiles y LGTBI, dejó escritas unas 30 obras de fantasía, humor, terror gótico, realismo mágico y tramas históricas o policíacas. Firmó muchas de ellas con seudónimos como Axel Young, Nathan Aldyne o Preston Macadam. 'Blackwater', su obra maestra, triunfó en Estados Unidos pero tardó cuatro décadas en cruzar el Atlántico. El sida acabó con su vida en diciembre de 1999.
La edición original contaba con una portada al estilo de Stephen King, pero el editor francés quería algo distinto. Se las encargó al ilustrador Pedro Oyarbide, madrileño afincado en Valencia, que se inspiró en los diseños de naipes que ya había creado. «El editor seguía mi trabajo desde hace años y había ido adquiriendo las barajas de póker que desarrollé para diversas marcas», cuenta Oyarbide, que generó largas colas en Lucca y Turín, las grandes ferias editoriales italianas, para hacerse con su firma.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.