La Fundación Caja de Burgos presenta la obra 'La casa de los dedos' en Aranda de Duero

'La casa de los dedos' es una historia de dificultad, rendición y esperanza, en la que tres personajes con un pasado complejo han de compartir un mismo estilo de vida que los lleva a enfrentarse entre sí en su lucha por la supervivencia y la libertad. Lo exótico y la tradición se dan la mano para crear una estética singular. Es una creación interdisciplinar que aúna las técnicas de clown, circo, comedia física y teatro cómico-gestual, dando lugar a un espectáculo ecléctico que nos transporta a la atmósfera onírica del circo de principios de siglo.

Una apuesta atemporal con reminiscencias clásicas que sitúan al espectador en una barraca antigua con unos personajes que juegan con la dualidad vida-muerte, dando lugar a un sinfín de situaciones inimaginables pero que resuenan en la imaginación del público. En las escenas se entremezclan las imágenes de los personajes protagonistas de la historia, Katia, Pon Pon y Godard, con sus álter ego, unos muñecos ventrílocuos que dicen lo que ninguno de ellos se atrevería a contar. También aparecen en las escenas un faquir, una políglota, una médium, todo a ritmo de una música creada por ellos mismos y que da lugar a canciones creadas por y para esta peculiar Casa.

Javier Ariza, actor, creador y productor, da un nuevo salto en su carrera y se plantea un nuevo reto: la creación de una nueva compañía, El Conejo Salvaje, y su correspondiente primer montaje, 'La casa de los dedos'. Una apuesta desternillante que congrega sobre un peculiar escenario a tres creadores escénicos excéntricos y multidisciplinares con el sello inconfundible de la comedia gestual, llena de estupidez y provocación, de Aitor Basauri, cofundador de la compañía Spymonkey.

Ariza afronta por primera vez en su carrera artística una coproducción a tres bandas con otras dos compañías con las que se ha establecido una peculiar sinergia en los últimos ocho años, Café de las Artes y Ruth Garreta. Se trata, pues, de un ambicioso salto cualitativo y cuantitativo, una especie de compromiso con valores artísticos y éticos comunes que hacen que el proyecto nazca meramente por el placer de crear a través de las artes escénicas y la comedia, se desarrolle con la experiencia, imaginación y creatividad de cada uno de los miembros y se materialice formando un equipo especialmente diseñado para poner en escena todas las inquietudes con las que nace el proyecto.