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El Museo de Burgos, dependiente de la Junta de Castilla y León, elige cada mes una pieza artística que destaca y sobre la que desvela su origen e historia. En abril, el elemento seleccionado es un escritorio del siglo XVII tallado en madera y hierro ... y con detalles en hueso, además de poseer decoraciones en dorado y diferentes policromías.
Se trata de una pieza de 152 centímetros de alto, 109 de ancho y 42 centímetros de profundo que se exhibe en la Sección de Bellas Artes del museo provincial. En cuanto a la cronología, el escritorio data del siglo XVII, época de mayor esplendor de estos muebles. El origen de este modelo concreto se ubica en Salamanca, uno de los principales núcleos de fabricación de mobiliario decorativo y vistoso.
El mobiliario que el Museo de Burgos distingue en abril está fabricado con tablones lisos de nogal, sobre los que destacan herrajes decorados. La pieza exhibida consta de dos partes: la superior y la inferior, que actuaría de soporte y se denomina taquillón o credencia. Ambas zonas cuentan con puertas y cajones tallados y decorados con distintas policromías o en color dorado. Sin embargo, mientras el área exterior del mueble es relativamente austero, el interior del elemento está ricamente decorado y adornado.
La decoración de las viviendas revela información sobre los habitantes de las mismas y la sociedad en la que viven. Los muebles son elementos funcionales y decorativos que llenan estas estancias desde la Antigüedad, preservándose algunas piezas desde esa época y cayendo otras en desuso. En el caso de los escritorios, este tipo de muebles es común de los siglos XVI y XVII en la zona de Castilla y León.
Sin embargo, antes de que los escritorios y su uso se extendieran, las arcas eran uno de los muebles principales de la Edad Media, dada su versatilidad y su facilidad para el transporte. La finalidad de estos elementos, fabricados con diferentes materiales, dimensiones y para distintos usos, era la del almacenamiento; aunque también sirvieron como asientos, mesas e, incluso, camas.
A partir del siglo XV, el diseño de las arcas continúa su adaptación y comienzan a elaborarse los escritorios, cuya función era guardar documentación con una superficie adecuada a la escritura y con la comodidad de poder cerrarse para su transporte y la seguridad de los documentos contenidos.
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