La primera reflexión que quisiera compartir, y no es un truco fácil, es que uno siente que sobra completamente en esta escena, una vez que ya han hablado Luis, Antonio, Pedro, Romina, Alberto, poco puedo aportar yo ya; una vez que Susana ha ejercido de ... presentadora y maestra de ceremonias, difícilmente puedo aportar algo novedoso, algo original, sobre la figura de David, al que yo no tuve prácticamente la suerte de conocer personalmente porque solo tuve la oportunidad de coincidir un par de veces o tres. Pero sí era un asiduo lector, en aquellos tiempos en los que uno ejercía no de alcalde, sino de humilde funcionario, en los cuales era ávido lector de David. Lo que sí percibía era un periodismo absolutamente descarnado, brutal, un periodismo que te golpeaba y preguntaba, un periodismo sin aditivos ni colorantes, era un periodismo directo, sin complejos, que se dirigía a hacer preguntas.
Quisiera felicitar por la instauración de este premio a Unidad Editorial y a Vocento porque las palabras, y más en estos tiempos que corren, son particularmente importantes. Y a mí me parece importante que sea un premio de Periodismo, yo creo que acierta plenamente con quien era David Gistau y cuál es el espíritu que va a guiar este premio en los años sucesivos, porque si algo era efectivamente David es periodista, cronista, contador de la realidad, realidad que le unía íntimamente a la ciudad de Madrid, y yo en eso le estoy particularmente agradecido. A David, un David que se crio en esos años 80 que él mismo relataba, cuando paseaba por el parque del Retiro, en los que Madrid era una ciudad en desarrollo, con una personalidad definida, en la que se forjaban figuras irrepetibles, como en este caso David. En Madrid tenemos indudablemente un deber de gratitud a él.
Por eso, creo Alberto que eres un privilegiado; en primer lugar porque vives del periodismo, lo cual no es fácil en los tiempos que corren; en segundo lugar, porque yo creo que la nómina del jurado que te ha elegido como ganador da fe del mérito que ha tenido tu artículo para poder erigirse entre más de 350 candidaturas que se han presentado. Yo de este artículo me quedaría con una reflexión que creo que es particularmente importante y que a todos nos debe hacer meditar: efectivamente aquello que se dice, todo lo que debería saber un pobre, también lo podríamos transformar en todo lo que deberíamos haber aprendido como sociedad particularmente de la crisis de 2008. No únicamente sufrimos una crisis económica y una crisis social. De esa crisis social surgió también la inestabilidad económica que vivimos actualmente. Fue el caldo de cultivo de los populismos, de la desestabilización de un marco en el que nos habíamos situado en 1978, pero que era una situación derivada de que como sociedad no habíamos sabido solucionar los problemas de esta crisis, que fundamentalmente era que muchas personas vieron por primera vez que no tenían futuro ni oportunidades, que no iban a vivir mejor que la generaciones anteriores. Se truncó esa ilusión y esperanza que consiste en que uno siempre tiene la capacidad de ir progresando. Y este artículo lo que nos tiene que devolver a la realidad de que para afrontar la crisis económica y social, esa desestabilización de nuestro marco institucional, es fundamental que salgamos reforzados como sociedad. Para ello debemos poner todos los medios necesarios, para que de esta pandemia, de la crisis económica y social, no salga una nueva brecha de desigualdad por el aumento de la falta de cohesión social que nos impida adecuadamente seguir conviviendo en paz, seguir conviviendo en armonía.
Concluyo con unas palabras dirigidas a Unidad Editorial y a Vocento, no tanto hacia los periodistas, sino hacia los editores. Nunca los españoles hemos consumido tanta información como a lo largo de estos meses. Nunca Antonio, Luis, Ignacio, los editores lo habéis pasado tan mal como en los últimos meses, con las perspectivas que tenemos por delante. Por eso creo que desde la instituciones tenemos que reivindicar más que nunca el papel de los medios de comunicación en una democracia robusta, sana y fuerte, como eje fundamental de progreso que sois, tenemos que reivindicar más que nunca ese artículo 20 de la Constitución. En estos tiempos de Comisiones de la Verdad, el único límite que hay al derecho a la información es el apartado 4 cuando dice que los límites serán los derechos y libertades fundamentales recogidas en el título primero del derecho al honor, la intimidad o la propia imagen, así como a la infancia y la juventud. A partir de ahí, lo que tenemos que hacer para combatir esa desinformación no es debilitar el control que deben ejercer los medios de comunicación, sino fortalecerlo. Y desde las instituciones demos dar información veraz y que no seamos, y hablo en plural, centros difusores de informaciones no contrastadas. Dejémoslo ahí...
Por eso quiero reivindicar el papel que Unidad Editorial y Vocento han jugado en los últimos años, especialmente en los últimos meses, y que en tiempos tan convulsos como los que nos va a tocar afrontar vais a jugar y que estoy seguro que los españoles lo sabremos valorar. Muchas gracias.
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