«David vio cosas que nosotros creímos porque nos las contó»

Alberto [Olmos], enhorabuena de verdad. Eres el primer premio de Periodismo David Gistau. Me vas a perdonar que dedique la mayor parte de mi intervención a él. Pero es que David vio cosas que nosotros creímos porque nos las contó. Cantar a los Barras Bravas en Pretoria y cambiar para siempre la historia del fútbol español en Johannesburgo. Conoció espías en la barra de un garito que hay en Georgetown. Estuvo a punto de que lo molieran a palos en Urquinaona y viajó en un coche de Vasile con los ojos vendados porque iba a encontrarse con un exagente que le iba a dar información para intentar esclarecer la muerte del fiscal Nisman. Y vio a los Ángeles del Infierno patrullar por la Avenida de Pensilvania como si fueran escoltas para asistir al entierro de Totó Riina. Y todo eso lo hizo porque es lo que hacen los cronistas. Por lo visto Talese y Breslin tuvieron un hijo y era español. Y denunció al populismo y al nacionalismo y desenmascaró el achique de espacios en los partidos de cualquier signo cuando llegan al poder. Y fue a Sevilla en camiseta a ver a AC/DC y se hizo el nudo en la corbata con un tutorial de Youtube para asistir a la proclamación de FB6, que es como lo llamaba.

Y fue libre para llevar la contraria al medio que le pagaba y para meter en problemas al editor al que debía su sueldo. Porque eso, a diferencia de lo que hemos escuchado a personajes así de pequeños que no ocupan una nota al margen en la historia de nuestro oficio, es lo que hacen los periodistas.

Este es el reconocimiento que te llevas. Y los 10.000 euros, como tú muy bien has subrayado con espíritu clarísimamente umbraliano. Tu trabajo lo ha elegido Pedro Cuartango, que es el sabio incorruptible. José Luis Garci, que es el mayor experto en todo lo que a mí me interesa y el padre de Germán Areta. Luis Herrero, la personificación de la más maravillosa aventura de todos los tiempos y no tengo que decir que fue Antena 3 de radio. Rosa Belmonte, la periodista española que escribe torcido y lo sabe todo. Emilia Landaluce, nuestra bendita extravagancia. Rafa Latorre, que escribe como habla o habla como escribe. Antonio Lucas, que le pasa como a mi abuelo, que se tiene que ganar la vida como periodista para poder ser lo que de verdad es, poeta. Y Jorge Bustos, que es el Michel de la Quinta del Vikingo. Estos son los que han dado el premio. Siéntete muy orgulloso.

Gracias Antonio [Fernandez-Galiano] por esto y por todo. A mi presidente, Ignacio Ybarra, porque entendió la importancia de todo esto antes de que acabara de contárselo. Y a los cuatro pilares de este premio: Florentino/ACS, gracias, Eva /MAPFRE, gracias. Rodrigo/Santander, gracias. Por la sensibilidad demostrada desde el principio. Y gracias a los equipos de comunicación y eventos de Vecento y Unidad Editorial. Y a Susana Griso.

No me voy a despedir yo, prefiero que se despida él por mí. «He sido libre al escribir. He vestido smoking, he tenido hijos y echado canas canas. He ganado copas de Europa y he enterrado mafiosos. He hecho lo que he podido, a mi manera. Y espero que ustedes no me hayan tomado ni demasiado en serio ni demasiado en broma. Vale».