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Ya dice Juan José Solana, presidente de la Fundación SGAE, en la introducción al 'Anuario SGAE 2022 de las Artes Escénicas, Musicales y Audiovisuales', centrado en las cifras y los hábitos de consumo de 2021, que el informe «sigue reflejando los cierres perimetrales, los ... aforos restringidos, las cancelaciones de última hora tras los pertinentes test o las restricciones en los viajes». Así es. El estudio extrae una conclusión clara a lo largo de sus 416 páginas y es que el sector ha vuelto a retomar la actividad tras la pandemia, con una media de 41,5% más de espectáculos en vivo y un 45% más de sesiones de cine, un 56% más de público y un 52% más de recaudación que en 2020.
Sin embargo los indicadores en torno a los más de 111.000 espectáculos en vivo y casi 2,38 millones de sesiones cinematográficas analizados aún están muy lejos de los alcanzados en 2019, cuando parecía que se estaba consolidando la recuperación del sector tras la larga crisis que comenzó en 2008: las políticas de seguridad sanitarias implementadas por los gobiernos regionales durante 2021 -como las limitaciones de aforo y las restricciones perimetrales- han provocado pérdidas del 33% en el número de funciones (que alcanza casi el 40% en el caso del cine); del 62% de la asistencia de público y un 60,5% de media en cuanto a términos de recaudación. Solo el sector del videojuego y la música grabada, con incrementos del 21,4 y del 15%, respectivamente, mantienen la tendencia positiva de los últimos años.
Los datos se presentaron esta mañana en una rueda de prensa celebrada en la sede de Madrid de la Sociedad General de Autores y Editores. En ella participaron, además de Juan José Solana, el presidente de la SGAE, Antonio Onetti, y el director general de la Fundación SGAE, Rubén Gutiérrez del Castillo, que fue quien detalló los hitos más importantes del informe. Un informe que, a su juicio, plantea «un futuro esperanzador» pese a los malos datos actuales. «Teníamos miedo a que esta nueva crisis se extendiera en el tiempo y pasara lo mismo que con la crisis de 2008. No es el momento de echar las campanas a volar, tenemos que ver qué ocurre en 2022 y 2023, pero la sensación es que en esta ocasión se ha mantenido la actividad congelada, sin que ello supusiese la pérdida de tejido productivo», valora Gutiérrez sobre unos datos que en todos los puntos experimentan una notable mejoría frente a 2020 pero se quedan muy lejos de 2019.
Así, en el campo de la música popular en vivo, castigada por las restricciones de aforo, si se comparán los indicadores de 2021 con los de 2020 hay un aumento del número de conciertos del 40% -hubo 64.682 conciertos, 18.476 más que en 2020-, del 59,4% en la asistencia -11,77 millones de personas acudieron a conciertos o festivales, 4,39 millones más que en 2020- y del 49,5% en la recaudación -154,57 millones de euros, 51 millones más que en 2020, pero lejos de los 407.750 millones de euros de 2019-. Si los datos se enfrentan con los de 2019, todavía se aprecian notables diferencias. Entre ambos años se dan pérdidas del 29% en el número de conciertos celebrados, del 58,3% en el número de asistentes y del 62,1% de la recaudación.
En el campo de la música clásica, se observa también un incremento en los tres indicadores: del 38,8% en el número de conciertos, del 45,2% en el número de espectadores y del 38,8% en la recaudación. Pero con respecto a los datos de 2019, se ha reflejado un decrecimiento en todos los casos, con bajadas del 36,1% en la oferta, del 69,3% en la asistencia y del 64,7% en la recaudación. Curiosamente, en concepto de recaudación, en 2019 se recaudaron 47,66 millones, casi dos millones más que en 2008. Lo que deja claro que, en palabras de Gutiérrez, «todavía queda un camino muy largo hasta la recuperación».
En el campo de las artes escénicas, el número de funciones creció el pasado ejercicio un 42,2% -se realizaron 36.609 funciones-, la asistencia un 65,8% -5,7 millones de espectadores se acercaron a alguno de estos espectáculos- y la recaudación un 61,8% -casi 107 millones de euros se recaudaron por la venta de entradas-, frente a los datos de 2020. A pesar de ello, al enfrentar los índices obtenidos con los de 2019, año previo a la pandemia, la evolución es negativa, con retrocesos del 28% en la oferta, del 59,5% en el número de espectadores y del 55,2% en la recaudación.
Asimismo, los datos confirman que un año más, el teatro vuelve a ser la disciplina líder en el campo de las artes escénicas, acumulando el 94% de las representaciones, el 90% del público y el 89% de la recaudación. La danza, por el contrario, apenas registra el 4,2% de las representaciones, el 7,2% de la asistencia y el 4,7% de la recaudación. Por último, el género lírico (ópera y zarzuela) es la disciplina con menos oferta y espectadores, aunque en recaudación supera a la danza, con 6,8 millones de euros recaudados por la venta de entradas, frente a los 4,9 millones de euros recaudados por la danza. Las representaciones de ópera y zarzuela, durante 2021, concentraron un peso relativo del 1,4%, los espectadores supusieron el 3,1% y la recaudación fue el 6,4%.
Gutiérrez evitó valorar qué sector, dentro de las artes escénicas, es el que más dificultades está encontrando para recuperarse. «No hay diferencias relevantes. Las dinámicas son parecidas y los obstáculos son más o menos los mismos y los han intentado solucionar de una manera similar. Claro que hay sectores más débiles, una de las grandes asignaturas pendientes de este país es la danza, que desde el punto de vista creativo produce mucho talento y es reconocido internacionalmente, pero es un sector muy frágil, que ya era más frágil antes de la crisis», explicó.
La música grabada en 2021 mantuvo la tendencia creciente en todo el mundo. Según datos de Promusicae, el mercado digital en España acumula el 82,6% de las ventas totales, recaudando un total de 303,48 millones de euros, un 16,3% más que en 2020. Por su parte, el mercado físico ingresó un total de 63,72 millones de euros, cifra que supone un incremento del 15,4%. En cifras absolutas, el streaming (que incluye no solo las suscripciones sino, además, los ingresos por publicidad en este medio) produjo unos ingresos en España de 297,45 millones de euros. En cuanto al mercado físico, huelga destacar el crecimiento de ventas de vinilo con 5,46 millones de euros, aunque el CD sigue siendo mayoritario. Las ventas alcanzan los 63 millones de euros.
En el cine los datos reflejan una situación similar a la de las artes en vivo. En 2021, respecto a los datos de 2020, se reflejan unas subidas del 44,9% en el número de sesiones programadas, del 55,4% en el número de espectadores y del 56,6% en la recaudación. Sin embargo, si la comparativa enfrenta las cifras con las de 2019, los resultados son muy diferentes: se observan descensos del 38,3% en las sesiones ofertadas, del 60,7% en la asistencia y del 59,5% en la recaudación. En cuanto a la media de asistencia a las salas de cine por habitante se mantiene en una única vez al año: Solo Madrid (con 1,28), y Cataluña (con 1,01) superan la media estatal.
El análisis de Gutiérrez en este último caso sí fue más revelador. Pidió prudencia y esperar a las cifras globales porque «se enfrenta a obstáculos que las artes escénicas no». Y puso como ejemplo que actividades como el teatro online o los conciertos retransmitidos por internet «prácticamente han desaparecido en cuanto el público a podido ir a un festival a sudar y bailar», en cambio en las salas de cine la competencia de las plataformas es «más real». «Por eso tiene que haber un trabajo, un apoyo para poner en valor la experiencia en las salas».
El consumo de televisión vuelve a mantener la tendencia de los últimos años y se aparta del camino emprendido en 2020, cuando su consumo aumentó motivado por las restricciones sanitarias de las comunidades autónomas. Al contrario de lo que sucediera el año anterior, en 2021 se registra una importante caída en la media del consumo televisivo por persona al día. De 231 minutos diarios se pasa a 205, lo que implica un descenso en el último año de 26 minutos. Pese a ello, el ingreso por publicidad en el sector de la televisión subió un 8,3% respecto a 2020 aunque descendió un 11,6% en comparación con las cifras de 2019.
Durante 2021, vuelven a aumentar los porcentajes de hogares españoles abonados a las plataformas de vídeo. Netflix lidera las suscripciones con el 47,6%, cifra que implica un crecimiento de 12 puntos respecto al año anterior. La sigue Amazon Prime Video, con el 30,5% de hogares abonados y un incremento aún mayor que en el caso anterior, 13,8 puntos más. En tercera posición se mantiene Movistar+, que alcanza el 20,7% de hogares españoles abonados y que gana tres puntos respecto al valor de 2020. Así, más de la mitad de la población española visualizó algún contenido audiovisual de esta forma. Dicho porcentaje ha aumentado en 2,8 puntos respecto al de 2020.
Según datos de EGM, el consumo de radio también ha caído hasta los 92 minutos por persona y día, dos minutos menos que un año antes. Además, la audiencia ha vuelto a bajar hasta el 54,6%, 1 punto menos que un año antes. Los ingresos por publicidad en las ondas aumentaron un 10,8% este año respecto al anterior, pero al igual que sucede con la televisión, no alcanzan las cifras de 2019 y se sitúan en un 14,6% menos que antes de la pandemia.
Por último, según el análisis de AEVI de 2021, el sector del videojuego recaudó en España 1.795 millones de euros, un 2,7% más que un año antes. De ellos, 913 fueron por la venta online, lo que implica una disminución del 4,6%, y los restantes 882 millones de euros corresponden al mercado físico, un 11,7% más que un año antes. La industria del videojuego, al contrario que el resto de disciplinas analizadas, es la única que supera los datos de consumo de 2019 con un incremento de ventas del 21,4%.
El anuario también hace una breve mención al periodo de incertidumbre que ha abierto la invasión de Ucrania por parte de Rusia y la crisis energética. «Son momentos convulsos en los que la cultura y el arte vuelven a ser más necesarios que nunca», afirma Solana que propone el informe sirva de ayuda para establecer «políticas decididas para el impulso de un sector que, además de su enorme repercusión en riqueza económica y su gran capacidad generadora de empleo cualificado, resulta fundamental para crear una sociedad cohesionada, diversa, crítica y con valores humanistas».
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