Ted Neeley no dice una palabra más alta que otra. Habla en un susurro, cuidando al máximo su principal herramienta de trabajo. No quiere que su voz sufra, como le pasó hace unos días en Barcelona por culpa de una gripe. Lleva cinco décadas subiendo ... y bajando de los escenarios, desde que se diera a conocer en 'Hair' en 1969, y se sabe todos los trucos del oficio para tener las cuerdas vocales a pleno rendimiento. Pero fue una película, la adaptación de un musical basado en una idea genial de Ian Gillian, cantante de Deep Purple, lo que le dio la fama. 'Jesucristo Superstar' se estrenaba en 1973 y Neeley (Ranger, Estados Unidos, 1943) quedó marcado para siempre. Fue la culminación a dos años de trabajo en los escenarios gracias a Tom O'Horgan.
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El director teatral de 'Hair' le contrató como miembro del coro y 'cover' de Jeff Fenholt, después de hacer la prueba para ser Judas. «No es la historia de un chico malo y un chico bueno. Es la historia de unos amigos durante siete días», dice en un tono monocorde, sin alterar mínimamente el volumen de su voz. «Esa es la historia. Y la música nos lleva cada noche a ella», recalca. Norman Jewison lo eligió para la cinta como Jesús, papel al que ha regresado de forma recurrente. El último montaje nació hace cuatro años, cuando el director italiano Massimo Romeo Piparo le convenció para encabezar el reparto en una gira que empezó, con distintos parones, el 18 de abril de 2014 en Roma.
Neeley ha podido comprobar que el texto está todavía vigente, que a pesar del tiempo pasado y las versiones realizadas 'Jesus Christ Superstar' está vivo. «En grandes espacios con miles de personas, en pequeños teatros con cientos de espectadores o en clubes. La respuesta es la misma. Todo el mundo ama la película y el musical. Ayer (por el miércoles) lo vimos aquí», dice mientras abre los brazos señalando la platea del Teatro de la Luz Philips Gran Vía, donde permanecerá hasta el 13 de mayo.
A Neeley le brillan los ojos cuando habla del papel que le ha acompañado a lo largo de su carrera profesional, a pesar de haber tocado diferentes profesiones. Ha sido compositor, arreglista, productor y colaborador de artistas como The Kinks, Meat Loaf, Robin Williams, Tina Turner o Ray Charles. Ha participado en series como 'Starsky y Hutch' y Quentin Tarantino le hizo uno de sus particulares homenajes con un cameo en 'Django desencandenado'. Incluso tiene una banda -Ted Neeley & The Little Big Band- con la que se divierte tocando americana, la música folk estadounidense. «A lo mejor venimos a España después de esto», dice con media sonrisa este consumado baterista.
Aunque después de todos estos años trabajando con grandes artistas, daría lo que fuera por volver a cantar con Carl Anderson y Barry Dennes, ambos fallecidos y compañeros suyos en la película que dio un vuelco a su mundo. Y donde conoció a su mujer, Leeyan Granger, bailarina en 'Jesucristo Superstar'.
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