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'Instinto básico' fue la película que cambió radicalmente la vida de la explosiva Sharon Stone. Hasta entonces, la actriz, de 33 años de edad, se había dejado ver en títulos de bajo presupuesto, como 'Bendición mortal', del maestro Wes Craven, o 'Sangre y arena', ... cinta que rodó en España a las órdenes de Javier Elorrieta. Curiosamente, fue Paul Verhoeven, director del exitoso thriller erótico, quien reparó en ella por primera vez ofreciéndole un papel corto pero intenso: sería la pareja de Arnold Schwarzenegger en la fantástica 'Desafío total' (1990). Al cineasta holandés debió gustarle porque un año más tarde le ofrecía el personaje de la escritora Catherine Tramell.
Mañana, TCM realizará un pase de la película a las 22.50 horas, pero antes, a las 22.00 horas, estrenará 'Desmontando instintos', un documental de producción propia, escrito y dirigido por Jacinto Carvalho, que repasa todas las claves de este filme, las razones de su éxito y por qué permanece en la memoria colectiva de los espectadores casi treinta años después de su estreno. 'Desmontando instintos' reúne al guionista de la película, el húngaro Joe Eszterhas; a su director, Paul Verhoeven, y a sus dos principales protagonistas, Michael Douglas y Sharon Stone.
A juicio de Douglas, la película llegó en un momento en el que el cine se había vuelto «muy conservador». En este sentido, dice que cuando leyó el guion le recordó en algunos aspectos a 'Atracción fatal', otro thriller de alto voltaje que había interpretado en 1987 junto a Glenn Close y que también había hecho el agosto en la taquilla. Por su parte, Verhoeven añade que la historia tenía algo de inmoral, era agresiva y sexy. «Todas las cosas que a mí me gustan», sentencia. Una productora independiente, Carolco Pictures, responsable de títulos como los de la saga 'Rambo', la ya mentada 'Desafío total' o 'Terminator 2', compró el guion por cuatro millones de dólares y vendió los derechos de distribución a Columbia. El presupuesto de la cinta rondó los 50 millones de dólares. Acabó recaudando cerca de 350.
Su rodaje no fue un camino de rosas. Douglas, de hecho, tardó en aceptar a Stone como compañera de reparto porque no era lo suficientemente conocida. Finalmente, como dice Paul Verhoeven, la joven actriz, un manojo de nervios, sacó de dentro su lado «más diabólico y seductor».
Y, cómo no, el reportaje ahonda en el rodaje de las atrevidas escenas eróticas y, en concreto, la del famoso interrogatorio de Catherine en la comisaría, con aquel cruce de piernas que dejaba bien claro que Sharon Stone no llevaba nada bajo su falda. La actriz asegura que fue engañada por el realizador. Según ella, la idea inicial era que en la escena solo se intuyera la falta de ropa interior. En el momento de rodar, sin embargo, Paul Verhoeven le dijo que se notaban unos brillos y le pidió que se quitara la ropa interior. Cuando la actriz revisó la toma en un pequeño monitor, la dio por buena pero, cuando posteriormente vio la escena en una gran pantalla de cine, entró en shock.
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