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María Estévez
Los Ángeles
Miércoles, 5 de febrero 2020, 20:03
Charlize Theron (Benoni, 1975) regresa a la gran pantalla con el largometraje 'El escándalo' (Bombshell). Dirigida por Jay Roach, la cinta gira en torno a la caída de Roger Ailes, responsable de Fox News, cuando varias empleadas le acusaron de acoso. La actriz sudafricana da ... vida a la expresentadora Megyn Kelly, en un rol por el que ha sido nominada al Oscar.
-¿Qué le atrapó del papel?
-Me interesa mostrar mujeres complejas y que cometen errores.
-¿Tuvo muchas dudas?
-Tenía muchas cosas en la cabeza. Ella es muy conocida. El primer paso es reconocer que tienes un miedo terrible. Luego te tomas un vodka, llamas a tu amigo Jay y le preguntas: «¿Estoy jodidamente loca?». Y él dice: «No, deberíamos hacer esto». Y entonces se convierte en una colaboración.
-¿Se identifica con Megyn Kelly?
-Parecía que no teníamos nada en común, pero empecé a ver similitudes entre nosotras. Vi a una mujer con ambición, con empuje, y de repente me di cuenta: «Mierda, este es el tipo de cosas que se han vuelto un arma en mi contra». Me identifico con eso. Lo entendí y la vi como una mujer en esas circunstancias. Fue entonces cuando me quedó muy claro lo importante que era esta historia.
-¿Admira a las mujeres del filme?
-Fueron condenadas al ostracismo. La mayoría de ellas perdieron sus trabajos y nunca más volvieron a trabajar. En la comodidad de un teatro, podríamos decir que haríamos lo mismo, pero no sé si realmente lo haríamos. Así que, en ese sentido, estoy agradecida por lo que han hecho. Nos han catapultado. Fueron las primeras. No se puede negar que todo esto comenzó con ellas y tal vez ni siquiera tendríamos esta conversación si la historia de Roger Ailes no hubiera sucedido.
-¿Colaboró Megyn en la creación de la película?
-Es una mujer difícil en ese sentido, pero hay mucho material de ella en formato periodístico. Tienes que descifrar cuál es su capacidad emocional.
-Es un personaje controvertido.
-No fue una decisión fácil para mí interpretarla. Me llevó meses aceptar el papel. Jay Roach acapara todo el mérito por darme ese último empujón sobre la línea de meta. Me ayudó a entenderla para poder interpretarla, porque eso fue lo más complicado para mí. Y mientras rodábamos se hizo aún más difícil. Yo estaba abrazando el personaje y, cuando llegué a ese punto, fue despedida de la NBC por comentarios racistas. Eso me devastó, fue difícil.
-Esta película significa mucho para las mujeres.
-Creo que todo el mundo se dio cuenta de que era una historia importante. Todas entendimos que éramos parte de algo que representa este momento en el tiempo y es agradable cuando puedes dejar un pequeño sello con una película.
-¿Es una película política?
-No es un tema político. Es una cuestión de derechos humanos. Está mal tener un lugar de trabajo, bajo cualquier bandera política, donde se te acose sexualmente. Si no estás familiarizado con el mundo de la Fox, la película te mostrará que, incluso con gente con la que no crees tener mucho en común, hay una conexión humana que no podemos negar. Y si queremos igualdad de derechos para las mujeres y queremos que las mujeres tengan un ambiente de trabajo seguro y un salario igual, necesitamos que todas las mujeres se sientan seguras.
-Vuelve a estar nominada al Oscar. ¿Cómo se enfrenta a su profesión?
-En cada película dejó algo de mí y me llevó algo. Siempre es así. No soy actriz de método. No me gusta llevarme los personajes conmigo. Cuando llego a casa por la noche, quiero tomarme una copa y reír, no tirarme exhausta en el sofá.
-El entorno en el que trabajan las presentadoras de televisión es muy competitivo, ¿le sorprendió?
-Sí. No se trata tanto de si sabíamos que era competitivo o no, porque es increíblemente competitivo. Y creo que ahora se está volviendo más transparente porque se hace público qué presentador o redactor reemplaza a quien y por qué. Pero siempre ha sido un espacio de trabajo muy competitivo. Y en cualquier ambiente competitivo, uno mismo tiene que ser competitivo. Tienes que mantener la energía con una voluntad real para conseguir el éxito. Es interesante porque esas cualidades pueden ser usadas negativamente en tu contra. El empuje, la fuerza, todas las cosas que se aplauden en los hombres se les echaron en cara a estas mujeres y fue brutal.
-Se entrega a causas que lo necesitan. ¿Su vida en Sudáfrica marcó su destino?
-Nací y crecí en un país con mucha agitación y mucho sufrimiento, con mucha desigualdad. Viví en Sudáfrica durante los años del 'apartheid' y eso te señala para toda la vida porque te sientes parte de un sistema horrible. Yo no lo voté, pero pertenecí al sistema y voy a dedicar mi vida entera a que no vuelva a suceder en ningún otro lado. Prestaré mi voz a las causas que lo necesitan. Voy a ser franca en mis opiniones, como el matrimonio gay y los derechos de igualdad. No aceptó la idea de que una persona se vea obligada a separarse de otra a la que ama. Yo viví el apartheid y todavía pienso en ello. Mi infancia fue muy desafortunada y voy a regresar a mi país cuando sea necesario para asegurarme de que contribuyo poniendo algo sobre la mesa. Quiero ayudar y voy a ayudar.
-Su compromiso solidario es con los jóvenes y las mujeres.
-Me apasionan los adolescentes y los niños porque los considero el futuro. Ellos van a ser los próximos líderes. Invertir en el futuro de esos niños es un regalo para mí.. La influencia de la herencia africana permanece en la educación de mis hijos. Nosotros celebramos el día de Martin Luther King y hablamos. Ellos saben de dónde vengo. Quiero que mis hijos sepan todo de mí, incluso esas verdades incómodas. Su escuela está en Hollywood, donde hay muchos sin techo en la calle y también hablamos sobre ellos. Mi hijo de seis años me pidió ir a comprar cepillos de dientes para los que viven cerca del colegio y me encanta que sea así. Es un gesto pequeño, pero generoso. Me niego a educar niños mimados.
-¿Se considera una artista consecuente?
-Vivo de una forma consciente, sin compartimentar. Cada prenda que elijo tiene que estar de acuerdo con mi forma de pensar. No me pongo pieles porque yo empiezo conmigo, aunque no haya una pieza que sea 100% sostenible.
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