Angelina Jolie: «La primera vez que me sentí fuerte fue cuando me convertí en madre»

Jolie, de 45 años, y el actor británico de ascendencia nigeriana David Oyelowo interpretan a los padres de Peter (Jordan Nash) y Alice (Kiera Chansa), unos padres con una imaginación sin límites. Sin embargo, cuando la familia sufre una serie de tragedias, los niños deberán escapar de su realidad a un mundo de fantasía.

-Usted no teme asumir personajes secundarios en su carrera.

-No. Yo estoy conectada a este tipo de fábulas porque me parecen importantes y creo que es necesario mostrar a los niños todo lo que es diferente. Como actriz, no puedo interpretar al niño protagonista, pero sí a su madre. Asumo mi lugar y estoy encantada de poder dar voz a personajes que, aunque no son los protagonistas, contribuyen a marcar el ritmo de la narración.

-¿Cómo entiende este personaje?

-La diversidad es algo que encuentras en todas mis películas. Creo que no es una cinta ligera porque muestra problemas graves; la ruptura de una familia. Sin embargo, es importante que los padres animemos a los hijos a dar alas a su imaginación. Todos mis hijos leen muchísimo y ellos me enseñan libros que yo no conozco, eso nos alimenta como núcleo familiar y nos permite evolucionar.

-La libertad, la persecución o el racismo forman parte del contenido de esta historia. Siempre elige películas con un determinado mensaje.

-Es cierto. Me involucro como actriz y productora en películas que contienen mensajes que me gustan. Los más pequeños van a disfrutar con la imaginación y los mayores entenderán este filme desde otra perspectiva. Creo que tenemos que ser más conscientes y cuidadosos con el antagonismo que existe en el planeta, con lo que está sucediendo en el mundo con los hábitats naturales. Todos podemos cambiar y provocar cambios sociales.

-Su película habla de la entereza del ser humano, de su espíritu, de que hay un héroe en cada uno de nosotros. ¿Puede decirnos un momento en su vida en el que sintió su propia fortaleza?

-Yo me cuestiono a diario y, contestando a tu pregunta, la primera vez que me sentí fuerte fue cuando me convertí en madre. Obviamente, fue una experiencia diferente porque no di a luz a mi primer hijo, lo recogí en un aeropuerto cuando ya tenía seis meses. Me encontré con él en una habitación en África y no sabía cómo iba a enfrentarme a ese reto. No podía creer que era la madre de alguien, y en ese momento, en un instante, entendí que mi vida le pertenecía a otra persona. Desde entonces, cada decisión que tomo afecta a mis hijos por lo que trato de dar la mejor versión de mí misma. Yo soy quien cuida de mis hijos, quien les da confianza y mi trabajo es evitar que lloren.

-Parece que en su vida, en su carrera, lo ha conseguido todo. Un Oscar, poder, dinero, fama, belleza, una familia fantástica...

-Suena genial y más con tu acento. Ahora mismo estoy dedicada a mis hijos. Tengo seis hijos y quiero estar segura de que los educó con propiedad. Tengo una gran familia y los años que vienen voy a dedicarme a su felicidad, a su salud, a todo lo que necesiten en la vida. Descubrí pronto que los premios, el dinero y la fama no te hacen feliz. Ayudan porque te dan la seguridad de conseguir trabajo, pero uno es realmente feliz cuando utiliza su tiempo en ayudar a los demás, Ahora estoy tratando de replantear mi futuro con mi trabajo humanitario o con cualquier trabajo político que decida hacer. Quiero ser de utilidad.

-¿Cuál cree que es el mejor consejo que puede darle a una madre con hijos preadolescentes?

-Alguien me dijo que lo mejor es no dar demasiados. Guiarlos tanto como puedas mientras crecen, antes de ser adolescentes, y luego, cuando ellos tratan de expresarse, escucharles siempre.

-Sin duda tiene mucha confianza en sí misma.

-Tienes que tenerla para tomar decisiones.

-¿Ha tenido algún modelo a seguir en su vida?

-Tuve una madre muy, muy fuerte. Ella solía bromear diciendo que su nombre era Marshmallow porque se consideraba la mujer más suave del mundo. Jamás gritaba o insultaba, siempre reía. Tenía un corazón fuerte y una gran integridad, además de una fe inquebrantable. Fue una mujer adorable, extraordinaria y ahora mis hijas son muy fuertes.

-¿Siente que las actrices jóvenes que empiezan ahora en Hollywood tienen más presión que usted en cuanto a su físico?

-Cuando yo empecé, en los noventa, ser o no ser delgada no importaba tanto, pero tampoco existía la obsesión de ahora por ser una celebridad. Las nuevas generaciones no tienen la oportunidad de desarrollarse dentro de diferentes personajes y se encuentran con la fama encasilladas en una determinada imagen. Es mucho más difícil demostrar un registro interpretativo porque se las lanza de forma cruel al estrellato. No sería actriz si tuviera que empezar hoy.

-¿Y qué opina de la obsesión que existe con el peso de las actrices?

-No sé qué decirte. Jamás he prestado atención a eso. Creo que desde tiempo inmemorial las mujeres han tenido problemas de peso. Yo he elegido ignorar las críticas de una forma o de otra. Cada uno tiene que encontrar su propio consuelo.