Más de medio siglo ha necesitado Carlos Saura (Huesca, 1932) para ganarle la partida a la censura. Los implacables censores franquistas no tuvieron piedad para mutilar 'Llanto por un bandido', segundo largometraje del cineasta aragonés estrenado en 1964. El Centro de Conservación y Restauración (CCR) ... de la Filmoteca Española ha recuperado ahora los fotogramas eliminados de la película, que se proyectarán por primera vez el 3 abril, antes del pase de la cinta en el ciclo 'Carlos Saura. La espiral sauriana' en el madrileño Cine Doré.
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Los cortes afectaron a los créditos iniciales que, gracias a la labor del CCR, podrán verse completos por primera vez 54 años después. En estas imágenes inéditas, sin banda de sonido, puede verse a los reos con los que se abre la película bajar de una carretilla y sentarse en el garrote vil ante el verdugo. El ejecutor de la pena de muerte no es otro que Luis Buñuel, cineasta genial y aragonés como Saura, sobre quien entonces pesaba el muy reciente y fenomenal escándalo que generó 'Viridiana' (1961).
Sobre estas impactantes imágenes figuraban impresos los créditos con los nombres del director de fotografía Juan Julio Baena; de los guionistas, Mario Camus y Carlos Saura; el de José Luis Dibildos en la producción, y la acreditación del propio Saura como productor.
La imágenes rescatadas provienen de un internegativo descubierto hace poco y procedente, quizá, de un material de trabajo intermedio depositado en el CCR por Dibildos Films, productora de la película sobre el bandolero José María 'El Tempranillo' quien en su huida de la justicia se refugia en Sierra Morena. Además de Luis Buñuel y del dramaturgo Antonio Buero Vallejo, en el reparto estaban Francisco Rabal, Lea Massari, Philippe Leroy, Lino Ventura, Manuel Zarzo, Agustín González o Fernando Sánchez Polack.
Son bien conocidos son los problemas que la censura franquista supuso para Saura en los inicios de la ascendente carrera del cineasta, quien llegaría a ser una figura clave del llamado 'Nuevo cine español' tras significarse y evidenciar su compromiso político contra la dictadura en los últimos años del franquismo. Un posicionamiento que se tradujo en una estricta vigilancia censora de sus criticas películas como 'La caza' (1965), 'Peppermint frappé' (1967), 'Stress es tres, tres' (1968), 'La madriguera' (1969) o 'El jardín de las delicias' (1970).
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