«No lean 'La naranja mecánica', es un fárrago repugnante». Esta advertencia no sería muy chocante teniendo en cuenta la polémica naturaleza de la novela a la que se refiere. Pero resulta que son palabras de su propio autor, Anthony Burgess. Las escribió en ... un poema de los muchos que dejó desperdigados por su biblioteca, bastantes inéditos, y recién rescatados, según revela el diario británico 'The Guardian'.
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El gran novelista se veía a sí mismo como un poeta, y en los versos ahora descubiertos condenó poéticamente su novela más famosa, llevada al cine por Stanley Kubrick. El autor califica de «fárrago inmundo» la sátira salvaje que le dio fama universal e invita leer a en su lugar a Shakespeare o Shelley.
En una carta en verso instando a los alumnos del Emery Collegiate Institute a no leer su relato escribe: «Consejo: no leas / 'La naranja mecánica', es un fárrago repugnante / De palabras inventadas que muerden y golpean hasta sangrar. / He escrito mejores libros... También otros hombres, de hecho. / Lean Hamlet, Shelley, Keats, Doctor Zhivago».
La paradójica y poética condena estaba entre los poemas de amor escritos por Burgess a cada una de sus dos esposas. Llewela, la primera, con quien se casó en 1942 y a la que dedicó una 'balada de cumpleaños', fue violada por cuatro marines borrachos en Londres, tragedia que inspiró en parte 'La naranja mecánica'. Les unió el amor y alcohol. Ella murió de insuficiencia hepática en 1968. El mismo años se casó con Liana.
Los desconocidos versos se hallaron desperdigados por el vasto archivo de la Fundación Internacional Anthony Burgess de Mánchester, la ciudad donde el escritor nació en 1917. Uno de los poemas se encontró entre las páginas de un libro de su biblioteca. Otros estaban en trozos de papel o tarjetas, en cajas de puros y de cerillas. Todos se incluirán en un libro de 450 páginas, un recopilatorio con casi 350 versos, una quinta parte de ellos inéditos, que aparecerá en diciembre.
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Fallecido en 1993, Burgess ganó fama global con la publicación de 1962 de 'La naranja mecánica'. Elogiada por su osadía lingüística, es una distopía sobre la moralidad, las drogas, la violencia juvenil y la música. Con un argot adolescente inventado, el Nadsat, Burguess creó una visión de pesadilla de la juventud rebelde. Kubrick rodó en 1971 la película homónima con escenas explícitas de sexo y violencia a las que se culpó de varios crímenes por imitación. El cineasta optó por retirar la cinta él mismo, autoprohibición que estuvo en vigor en el Reino Unido hasta su muerte en 1999.
Aunque la novela se considera hoy un clásico de la literatura del siglo XX, Burgess sintió que no era representativa de su obra, que incluía más de cincuenta libros y los cientos de artículos escribió durante más de 30 años para The Orserver.
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