La serenidad y entereza con la que Torrijos aguarda su ejecución en las playas de Málaga en el célebre cuadro de Gisbert para describir el derecho a la dignidad de las personas, o el retrato que Goya hizo de Jovellanos en el ... que el ilustrado aparece sentado en su despacho pensativo y melancólico por la responsabilidad encomendada (le acababan de nombrar ministro de Gracia y Justicia) para explicar el derecho a la libertad ideológica forman parte del libro 'Los derechos constitucionales. Un paseo por El Prado', elaborado por los doce magistrados del Tribunal Constitucional (TC) y presentado ayer dentro de los actos del 40 aniversario de esa alta institución. La curiosa iniciativa editorial propone una didáctica ruta jurídico-artística por pinturas y esculturas de la pinacoteca nacional en las que se reconocen los derechos y libertades consagrados en la Constitución española.
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Cada pieza lleva firmado un comentario de alguno de los doce jueces del TC, incluido Fernando Valdés, que precisamente ayer presentó su renuncia tras su procesamiento por malos tratos. Valdés comenta el derecho a la libertad de empresa, para el que escoge los cuadros de Goya 'El Comercio', 'La Industria' y 'La Agricultura', y el derecho a la seguridad social, con 'El albañil herido', también del genio aragonés.
Otros lienzos interpretados por los jueces son 'Adán y Eva', de Alberto Durero, comentado por la magistrada María Luisa Balaguer Callejón para reflexionar sobre el derecho a la igualdad, o el 'Martirio de San Felipe', de José de Ribera, elegido por el juez Pedro González-Trevijano (el más prolífico pues glosa varias pinturas) para hablar del derecho a la vida. Los derechos a la libertad de expresión, el derecho a la educación, el derecho a un juicio justo, el derecho al medio ambiente, el derecho al trabajo, a la propiedad privada, el derecho a la protección de la salud o a la cultura se ven reflejados en telas de artistas de la talla de Velázquez, El Bosco, Durero, Tintoretto o Berruguete. Acompañan a cada obra, los textos de los togados constitucionales que la relacionan con nuestro contexto jurídico, haciendo referencia a sus características y significado, así como acercándola a la realidad.
Muy ilustrativo es el cuadro seleccionado por el magistrado Juan Antonio Xiol Ríos para hablar del derecho a la intimidad. Se trata de 'Susana y los viejos', donde Guercino recoge una escena bíblica en la que Arquián y Sedequía, dos ancianos jueces que acuden asiduamente a casa del rico Joaquín, esposo de Susana, se esconden para observar con propósitos lúbricos el cuerpo de la mujer mientras se está bañando. «La pintura que tenemos ante los ojos demuestra de manera especialmente cruda que la vulneración de la intimidad hiere a quien la sufre y degrada a quien la provoca», apunta el juez Xiol Ríos, confirmando que no hay cuadro que acabe en lo que encierra su marco y que detrás de cada una de esas capas de pintura existe algo que merece ser contado.
Prueba de la relevancia que el TC_quiso dar a esta publicación es que su presentación, por parte del presidente Juan José González Rivas, fue arropada por la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo; el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; el ministro de Cultura y Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes; el Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán; el Presidente del Real Patronato del Museo del Prado, Javier Solana y el Director del Museo del Prado, Miguel Falomir, así como numerosas personalidades del mundo académico y jurídico.
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