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El joven Joaquín Sorolla no buscó la luz que después le encumbró. En sus inicios, apostó por cuadros de temática religiosa, muy en boga entre los pintores españoles de finales del siglo XIX. Unas obras que le sirvieron para consolidarse como artista, recibir premios (medalla ... de oro por su 'Monja en oración' en la Exposición Regional de Valencia de 1883) y duras críticas que se cebaron con el artista por las indecisiones y vacilaciones que mostró en 'El entierro de Cristo' (1885-87), una obra de siete metros. Un recorrido que el Museo Sorolla plasma en la exposición 'Tormento y devoción', abierta al público desde este martes y hasta el 9 de enero del próximo año.
La muestra, comisariada por el conservador de la pinacoteca Luis Alberto Pérez Velarde, está formada por 46 obras de las cuales 30 son préstamos de colecciones particulares, entidades eclesiásticas y de los museos de Bellas Artes de Asturias, Bilbao y Valencia; el Museo del Prado, la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, la Fundación Bancaja, el Ayuntamiento de Valencia, el Civici Musei di Udine y la Diputación de Valencia. Ese entierro tan criticado entonces provocó en el pintor un tormento y una profunda reflexión sobre su obra que le encaminó hacia la luz. «A Sorolla le preocupa el que dirán y la crítica fue despiadada», apunta Pérez Velarde sobre esa obra concebida en Asís y de la que solo se conservan tres fragmentos que se enseñan junto a una reconstrucción de la pieza.
La exposición recorre la obra entre 1880 y 1902, años en que el artista valenciano estudia en Roma, reflexiona sobre su camino en Asís y se asienta de forma definitiva en Madrid. Un trayecto vital en el que siempre le acompaña la pintura religiosa. «Para llegar al Sorolla que todos conocemos son necesarias este tipo de muestras», añade el comisario sobre este conjunto de obras que, en su momento, tenía buena acogida en el mercado.
Sorolla, y otros artistas, las realizaban por encargos de mecenas y protectores; otras, las más costumbristas como 'La bendición de la barca', buscan en la anécdota la excusa para representar escenas cotidianas. Son con estas obras con las que cosecha sus primeros éxitos en exposiciones nacionales e internacionales. Estas obras costumbristas, con gente anónima como en 'Duelo', en las que se aprecia a un pintor valenciano virtuoso que ya avanza en sus indagaciones sobre la luz.
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