España ha entregado este viernes a Libia una docena de valiosas piezas arqueológicas incautadas por la Policía Nacional en 2018 y procedentes de saqueos que el ISIS perpetró en museos y yacimientos de Apolonia y Cirene, en la región libia de Cirenaica, para venderlas y ... financiar así las actividades terroristas del Estado Islámico.
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Se trata de ocho mosaicos y varias cabezas y torsos de esculturas romanas y griegas que fueron robadas por los yihadistas en 2014 en Libia y que se recuperaron cuatro años después en Barcelona por parte de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional. Las piezas, todas ellas de gran valor histórico, se encontraban hasta ahora en custodia en el Museo Arqueológico Nacional y en el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) a la espera de que los arqueólogos certificaran su procedencia para ser devueltas a sus legítimos propietarios, lo que ha ocurrido este viernes en un acto revestido de oficialidad en el que ha participado el embajador de Libia en España, su homólogo español en Libia, así como altos representantes diplomáticos de varios países árabes.
A la espera de que el caso se juzgue (la instrucción, a cargo del magistrado de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón aún no ha concluido), las piezas recuperadas permanecerán depositadas provisionalmente en la embajada de Libia. Una vez que se produzca la vista oral del juicio y se dicte sentencia, las antigüedades regresarán a sus lugares de origen.
La recuperación de los mosaicos y las esculturas es fruto de la primera operación policial del mundo contra el comercio de piezas procedentes del expolio de los yihadistas. También es el mayor número de piezas devueltas por un país a su legítimo propietario hasta la fecha. La Policía bautizó la operación con el nombre de Harmakis, una divinidad egipcia.
Según contó el abogado de la embajada libia en España, Emilio Ramírez, antes de ser violentamente expoliadas por los terroristas islamistas, varias de estas piezas permanecían ocultas, precisamente para evitar su robo por los yihadistas, que en 2014 ya ocupaban amplias zonas de Libia. «El director de uno de los museos donde se encontraban las escondió para que no cayeran en manos del Estado Islámico, pero los terroristas le obligaron a desenterrarlas».
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El ISIS (también llamado Daesh) comerció en el mercado negro con las antigüedades robadas para financiar sus ataques terroristas por todo el mundo, especialmente en los países árabes. Las piezas llegaron hasta una galería de arte de Barcelona, donde fueron incautadas por la Policía, que detuvo a dos implicados, expertos en arte antiguo, que lideraban una red dedicada a la compra ilícita de piezas de yacimientos arqueológicos expoliadas en Libia. Los detenidos están acusados de participación en un delito de financiación del terrorismo, pertenencia a organización criminal, receptación, contrabando y falsificación documental. De ahí que el caso se instruya en la Audiencia Nacional.
La mayor parte de las spieza pertenecen a la región libia de Cirenaica, que cuenta con importantes yacimientos grecorromanos y es una zona que estuvo bajo control de Daesh desde 2011 hasta 2016.
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