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La obra «Corazones y periferias» de Luis Gordillo, expuesta en una galería de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCO. EFE
ARCO se feminiza y despolemiza

ARCO se feminiza y despolemiza

Sin piezas controvertidas y escandalosas, las creadoras acaparan protagonismo en la feria más igualitaria y que coincide con el 8M

Miércoles, 6 de marzo 2024, 10:53

ARCO se feminizia y despolemiza en su 43 edición. Un 43% de los artistas presentes en la feria de arte contemporáneo son mujeres. Muchas creadoras jóvenes y otras veteranas recuperadas, reivindicadas y confrontadas a los grandes maestros de las vanguardias, que siguen marcando los precios ... más altos en una feria en la que prima la pintura y la cordura y se esquiva la locura. ARCO se muda a marzo y añora a su fundadora, Juana de Aizpuru, por primera vez ausente de un certamen que rehuye la polémica con piezas como un Miró de 3,3 millones de euros o un Calder de 2,9.

Con 205 galerías de 36 países, los reyes inauguraban en la tarde del miércoles una cita que celebra el pujante y oceánico arte caribeño, con la descolonización como telón de fondo y el lema 'La orilla, la marea, la corriente' elegido por las comisarías Carla Acevedo-Yates y Sara Hermann Morera, para «desafiar los estereotipos».

La feria abría con entusiasmo y grandes expectativas para la mayoría de los galeristas, -algunos más cautos- que desempolvaron además su vieja reivindicación de reducir el IVA del arte del 21% adecuándolo a la normativa europea.

ARCO coincide por primera vez con el Día de la Mujer (8-M) y ha cedido la programación del foro a la fundación Mujeres de las Artes Visuales (MAV), muy crítica con la baja presencia de creadoras en las ediciones previas. Esta es la más igualitaria. Las creadoras llegan al 43%. El año pasado fueron un 37,3% y hace un lustro rozaban apenas el 19%. Maribel López, directora de la feria, aspira a la paridad, que aún es un desafío. «Pero las promesas de calidad se han cumplido», se reivindicó.

Sin piezas incendiarias como Franco en la nevera o el cadáver de Picasso, lo más controvertido es una obra de hace 41 años: 'Manuel', un canto al amor homosexual que exhibe José de la Mano. La firma Rodrigo Muñoz Ballester, Rodrigo, y se presenta como la «primera escultura gay». Ya se vio en ARCO en 1983. «Causó tal revuelo que muchos exigieron su retirada. Fue un escándalo maravilloso», dice el artista de su conmovedor desnudo. A la venta por 80.000 euros, no había este miércoles ofertas por la pieza que sí halló comprador fuera de la feria hace cuatro décadas y que ahora ha sido censurada por Instagram, que suspendió las cuentas que la mostraban.

Rodrigo se obsesionó con el hombre a quien conoció nadando. No intimaron, pero el artista y dibujante de cómics se enamoró y se recreó abrazando a su amante platónico totalmente desnudo para dar visibilidad a la comunidad LGTBI. Es lo que hace su galerista que «abre brecha» en el arte gay con artistas como Juan Hidalgo, Carlos Fons y o del dúo 'Las Costus', célebres en la Movida de quien se rescata 'Niño de Sanlúcar' con un joven Carlos Lozano semidesnudo.

Rescates

En esta edición en clave femenina, De la Mano rescata a la canaria Maribel Nazco activa e «indomable» debutante en ARCO a sus 86 años y que exhibe sus piezas junto a las de las fallecidas Aurèlia Muñoz y Lola Bosshard, cuya obra ha perseguido De la Mano desde que supo que la valenciana «decidió tirar todos sus cuadros a la basura» antes de volver a Suiza.

'Manuel', pieza de Rodrigo que ya estuvo en ARCO en 1983. Efe
'Peinture', una de las 27 masonitas pintadas por Miró, a la venta por 3,3 millones. Efe
'Hierro en el temblor', un chillda premiado en la Bienal de Venecia de 1958, cuyo precio es de 1,2 millones. Efe
Los Reyes visitan ARCO

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En la galería Rocío Santa Cruz mandan también las mujeres. Hay combativas fotos de Colita y Pilar Aymerich de los años 70 con feministas clamando por el final de la penalización del adulterio o las violaciones sin castigo, o de Ouka Leele en los 80. Otra rescatada es Teresa Gancedo, una de los dos únicas artistas españolas –junto a Carmen Calvo– presentes en la recordada muestra de los años 80 en el Guggenheim de Nueva York y que con 87 años «no ha tenido el reconocimiento que merece», lamenta la galerista.

Otra veterana, la multidisciplinar artista brasileña Anna Bella Gaiger, de 90 años, está en la galería Marlborough junto a Soledad Sevilla, Blanca Muñoz o Vicky Uslé. Susana Solano, la gran escultora de los 80 que expuso en la Documenta Kassel y en las bienales de Sao Paulo y Venecia, resurge en Carreras Múgica. Expuesta junto a Tápies, Chillida o Miró, la emergente Marria Pratts vio como su instalación de la galería Mayoral se vendía a una fundación.

Provocadores

No faltan los provocadores Santiago Sierra y Eugenio Merino, pero sus piezas chirrían menos esta vez. Sierra muestra en Helga de Alvear doce escudos de España estampados con sangre de donantes de países «colonizados por España» a 600 euros cada uno. Merino, que mostró el año pasado el cadáver de Picasso, juega en ADN con los «pisoteados» Derechos Universales de la ONU en una pieza de 18.000 euros que estampa algunos artículos en suelas de cuero con los colores de piel de distintas etnias sobre un mapamundi.

Pero la feria se olvida de la controversia para centrarse en el mercado que busca grandes piezas. De nuevo Leandro Navarro ofrece la más cara. Pide 3,3 millones de euros por 'Peinture', (1936) una de las 27 masonitas pintadas por Miró de las que solo dos permanecen en España –en la fundación Mirò y en el Thyssen–. Ofrece una escultura de Henry Laurens por 1,3 millones y un Tapiès –'Jo parlo amb la mà'– por 650.000 euros. Es una de las seis piezas del artista catalán que expone en el año de su centenario, junto a obras de Carmen Laffón, María Blanchard, Matisse, o Juan Gris. Lelong vendió un enorme Tàpies 'Principiel', por 950.000 euros, el mismo precio que pedía por 'Gran Taula', también de Tàpies, Prats Noguera Blanchard.

Elvira González tiene un móvil de Calder por 2,9 millones y una gigantesca pieza de Olafur Eliasson, en garn espejo de precio indescifrable para la prensa. Guillermo de Osma ofrecía un fabuloso óleo de Picasso, 'Compotier, bouteille et paquet de cigarettes' (1922) por 2,5 millones. Mayoral vende por 1,2 millones 'Hierro en el temblor', una escultura de Eduardo Chillda premiada en la Bienal de Venecia de 1958 y tiene otro sensacional Miró por un millón de euros.

Algoritmos

La tecnología y la inteligencia artificial tienen una presencia discreta. El artista Daniel Canogar ofrece en la galería Max Estrella 'Efulgence' y 'Scroll', Cuestan cada uno 40.000 euros, y surgen «de algoritmos generativos», explica su galerista, Alberto de Juan. La primera se inspira en Rothko y la segunda en Twitter, «con mensajes que van surgiendo a tiempo real».

Marina Núñez, pionera en el arte digital, usa la inteligencia artificial para crear las baldosas de una de sus piezas digitales. «Si las hubiera hecho de cero, hubiera necesitado la ayuda de 30 personas» precisa su galerista Rocío Santa Cruz. En la misma galería 'Redundant Assembly', de Rafael Lozano-Hemmer captura las caras de los visitantes y las combina en una llamativa pieza.

En 1983, y todas las ediciones posteriores estuvo presente Juana de Aizpuru, que a sus 90 años y tras 50 en el oficio, bajó la persiana de su legendaria galería en noviembre. Su caballera teñida de color zanahoria y sus afinados y afilados comentarios se echan de menos, como su enorme estand en el pasillo principal del pabellón 9. Su espacio lo ocupa la galería Chantal Crousel. Pero ARCO le ofreció este miércoles un homenaje sorpresa al que se sumaron los reyes.

También se homenajeó a Pepe Martínez Calvo, fallecido hace unos meses y alma de la galería Espacio Mínimo junto a Luis Valverde. Al borde de la lágrima al evocar a su socio ante el aplauso de coleccionistas y galeristas, Valverde apostó por «la continuidad de los mínimos».

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