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«Quiere ser un manifiesto contra lo operístico, algo que para su autor era un auténtico estercolero». Así se refiere Joan Matabosch, director artístico del Teatro Real, a 'Eugenio Oneguin', la ópera de Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893). Es una obra de carácter «íntimo» basada en la obra de Aleksandr Pushkin, acaso la más famosa de la literatura rusa, que el Real presenta en una coproducción con la ópera de Oslo y el Liceu de Barcelona. Con dirección escénica de Christof Loy y músca de Gustavo Gimeno ofrecerá diez representaciones del 22 de enero al 18 de febrero.
«Concebida como contestación a lo que se consideraba en el siglo XIX lo operístico, no fue una ópera apta para los grandes escenarios», dice Loy, que dirige su séptimo título en el Real. «Chaikovski aclaró que quiso hacer una ópera en las antípodas de la 'Grand Opéra' francesa. La escribió para estudiantes del conservatorio, pero con el tiempo se volvió más grandiosa», aclara el director de escena, que regresa a su origen «para trasladar la atmósfera íntima que quería su autor».
«¡Me dan grima los efectos teatrales! Quiero en el escenario a seres humanos, y no a títeres… No quiero reyes, ni revoluciones, ni dioses, ni marchas. En una palabra, ¡no quiero nada de los atributos habituales de la 'grand ópera'! Necesito un drama íntimo y profundo, basado en situaciones y en conflictos vividos por mí mismo o que he podido observar o que me puedan conmover…» dijo el propio Chaikovski.
La primera parte gira así en torno a la psicología de las víctimas de Oneguin en una representación «realista, casi cinematográfica», con un toque «poético y teatral». La segunda aborda el mundo interior del protagonista «de manera más abstracta y extrema», detalla Loy.
A la batuta estará Gustavo Gimeno, director musical del Teatro Real a partir del mes de septiembre. Para el maestro valenciano la partitura de Chaicovski «se acerca a la música de Mozart o Schubert, con gran intimidad, economía de gestos y poco artificio, con momentos de líneas perfectamente delineadas». «Si el público recibiera una ínfima parte de lo que he sentido componiendo esta obra, daría mi cometido por cumplido» escribió el compositor.
El barítono bielorruso Iurii Samoilov encarna al protagonista, un Oneguin que siente «muy cercano» a él y que entiende como «un ser cínico, frío y superficial». «Supone un gran trauma psicológico enfrentarme al personaje en cada nueva producción, pero siempre logro descubrir nuevos aspectos», reconoce el experimentado cantante que lleva casi dos décadas afrontando el papel. «Disfruto mucho porque puedo exponer mi lado más oscuro», dice prometiendo que «cada representación será un poco diferente».
El elenco lo completan la soprano Kristina Mkhitaryan (Tatiana), el tenor Bogdan Volkov (Lenski), la mezzosoprano Victoria Karkacheva (Olga) y el bajo Maxim Kuzmin-Karavaev (El príncipe Gremin / Zaretski).
'Eugenio Oneguin' es una novela introspectiva y confesional escrita en verso por Alexandr Pushkin (1799-1837). Un narrador omnisciente amigo del protagonista describe su corta y atribulada vida con distancia crítica e irónica. Está inspirada en las peripecias vitales del propio escritor que, como el poeta Lenski en las páginas de su libro, moriría prematuramente en un duelo.
Cuando Chaikovski decidió componer su ópera, la obra de Pushkin se veneraba como un monumento de la literatura rusa, precursora de las grandes obras de Gógol, Turguénev, Dostoievski o Tolstói. El músico utiliza en el libreto fragmentos literales de la obra, omite y cambia algunas escenas y transforma en música la complejidad de los personajes, a los que trata con compasión, comprensión y ternura, distanciándose del sarcasmo de la obra literaria.
La sencilla trama esconde los conflictos internos de los personajes, todos víctimas del implacable y hostil contexto social. Tatiana, joven culta y melancólica nacida en una familia rica y que se refugia en la literatura, conoce a Oneguin, -dandi, intelectual, seductor, ególatra, sarcástico y rebelde paradigma del héroe romántico-, al que confiesa su amor en una carta apasionada. Una misiva a la que Chaikovski da voz con la poesía de Pushkin, creando una de las más bellas y largas arias del repertorio lírico romántico.
Oneguin desprecia los sentimientos de Tatiana y coquetea con su hermana Olga, una ingenua provinciana. Provoca los celos de su prometido Lenski, poeta y gran amigo suyo a quien matará en un duelo. Oneguin deambula desde entonces, desnortado y lastrado por su culpa. Años más tarde se cruza de nuevo con Tatiana, convertida en una mujer refinada, atractiva y glamurosa, esposa del príncipe Gremin, a la que expresa su tardío amor. Será repudiado por ella, que decide ser fiel al marido.
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