Hace cosa de año y medio a José Antonio Gómez, alcalde de Alpujarra de la Sierra, en la vertiente sur de Sierra Nevada, se le ocurrió transformar la única cabina de teléfonos en desuso que quedaba en el pueblo granadino en una especie de ... minibiblioteca pública donde poder dejar un libro y coger otro, con idea de fomentar la lectura y el intercambio de novelas, cuentos y poemarios.
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Médico rural jubilado, a José Antonio, de 67 años, le ha funcionado «muy bien» su receta de poner la cultura al alcance de la mano de sus otrora pacientes. Ante el éxito de la iniciativa, quiere pedir a Telefónica una decena de cabinas más y ampliar el proyecto a otros enclaves de este municipio de 900 habitantes repartidos en cuatro núcleos de población: Mecina Bombarón, Yegen, El Golco, y Montenegro, de apenas seis almas.
De las 42.000 cabinas desplegadas en España en 1990 solo tres 'cayeron' en Alpujarra de la Sierra, de las que ha sobrevivido una, la actual de Mecina Bombarón, en la plaza del Ayuntamiento, reconvertida en un espacio literario con estanterías y dos o tres decenas de libros. «Como nadie nos dijo de llevársela, empezamos a utilizarla como punto de intercambio literario. Se ve que la han perdonado la vida», bromea el regidor, que resalta lo bien cuidado que está el pequeño recinto acristalado y lo respetuosos que son los vecinos con los volúmenes que toman prestados. «Están en perfecto estado. Hay un movimiento muy bonito en torno a los libros y se están animando a leer más», señala el alcalde que indica que son las obras de su paisano granadino Federico García Lorca las que más entran y salen de la cabina.
Antes de ejercer como galeno durante cuatro décadas –los últimos 27 años en pueblos de la Alpujarra–, Gómez trabajó como tipógrafo, oficio en el que cultivó su amor por las letras. Una medicina que ha prescrito toda su vida, incluyendo los cinco mandatos que lleva al frente de este precioso enclave encaramado a 1.200 metros de altitud y rodeado de agua fresca que corre por manantiales, acequias, fuentes y viejos lavaderos. «Libros, cultura y naturaleza no es mala combinación», esgrime el alcalde, que quiere que Alpujarra de la Sierra sea conocido como 'El Pueblo Libro'.
Mimbres no le faltan. En Yegen vivió hace un siglo un jovencísimo Gerald Brenan que universalizó las tradiciones alpujarreñas en 'Al sur de Granada'. Hasta ese rincón perdido del mundo viajaron sus ilustres amigos del círculo de Bloomsbury, Virginia Woolf, Dora Carrington, Lytton Strachey, o el filósofo Bertrand Russell. De hecho se conserva tal cual la fonda en la que Brenan se instaló a su llegada a Yegen en 1920. «. «La tenemos como Espacio Brenan y sería un buen sitio para poner otra cabina», apunta Gómez.
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Además, la biblioteca municipal ha recibido una donación de ocho mil libros de la viuda de Pío Navarro, nieto de Niceto Alcalá Zamora, autor de un estudio antropológico de Mecina Bombarón (muy en la línea humanista de 'Al sur de Granada') que le llevó a residir varios meses en el pueblo y coger cariño a sus gentes. Y con esa base, el alcalde quiere montar un club de lectura y continuar dando pasos para que los vecinos de la Alpujarra de la Sierra vayan escribiendo sus páginas más brillantes.
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