Por qué nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena

Acordarse de Santa Bárbara cuando truena es una de las expresiones más populares del refranero. Pero en pleno 2025 la historia que hay detrás de este dicho no está tan extendida. Por eso vamos a contar la vida de esta santa que tuvo uno de los martirios más salvajes del santoral pero que se vengó cuando subió al cielo.

Santa Bárbara era hija de un noble turco muy rico y como no quiere que se case le construye una torre y en su interior lo llena de dioses paganos. Ella en su interior entiende que tiene que haber un solo Dios verdadero.

A sus oídos llega que hay un sacerdote en Alejandría llamado Orígenes y le entra inquietud por hablar con él. Así que le envía una carta que fue transcrita Santiago de la Vorágine. Según estos escritos Orígenes se da cuenta de que está ante una mujer muy inteligente y le envía libros para que se instruya y a un evangelizador. Ella en su encierro va leyendo y aprendiendo en la religión cristiana.

Hasta que un día Santa Bárbara le explica a su padre que se ha convertido al cristianismo y este se enfureció sobremanera, por lo que ella se escapa.

Pero su padre le da alcance y acaba llevándola ante Marciano que, al reafirmarse ella en su cristianismo, mandó que la cortaran los pechos y que la azotaran. Después la encierran en una cárcel pero esa noche, según la leyenda, Dios la salvó.

Al ver que seguía viva intentaron quemarla también y aplastarle la cabeza pero tampoco lograron matarla. Así que la desnudaron, la pasearon por el pueblo e intentaron desollarla pero bajó un Ángel que la cubrió y la salvó.

Al final decidieron cortarle la cabeza, siendo su padre el que llevó a cabo la ejecución en el monte. Santa Bárbara al fin muere y sube al cielo. Cuando su padre se iba a casa se encontró un fuego voraz que con el paso de los siglos cambió en la versión por una gran tormenta y un rayo destructor. De ahí el dicho «nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena».

La devoción a esta santa se profesa desde el siglo VI y desde el XV se santificó oficialmente. Empezó en la parte oriental del Imperio Romano pero se extendió por todo el mundo cristiano siendo a día de hoy una de las santas más importantes.

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