La eterna diosa Cibeles no está a salvo de los achaques. Y como cumple a la fuente que la representa, los suyos son acuosos. El centenario monumento, símbolo de la fertilidad y la abundancia e icono de Madrid, estará en dique seco durante dos meses. ... El agua que fluye por sus entrañas compromete la salud de esta joya neoclásica diseñada por Ventura Rodríguez que lleva casi 240 años viendo pasar el tiempo. Como su vecina Puerta de Alcalá, el otro gran emblema de la villa, a la que Cibeles y sus marmóreos leones dan la espalda.
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Los técnicos detectaron un elevado consumo de agua en la red que abastece a la fuente desde el subterráneo arroyo de Oropesa, que discurre bajo el Paseo del Prado. Se confirmaron filtraciones y falta de impermeabilización en sus tres vasos y la reparación resulta «imprescindible» para mantenerla en condiciones óptimas.
Los trabajos de rehabilitación comenzaron este lunes. No estará en la UCI, como muchos de su vecinos aquejados de la Covid-19, pero sus 'médicos' sanearán sus cañerías y cerrajería, cambiarán los apliques de la iluminación por otros de acero inoxidable y se eliminarán restos de anteriores impermeabilizaciones. Si todo va bien y la climatología ayuda, los facultativos del agua y la piedra darán el alta a La Cibeles en julio. Los 50.000 euros de coste de la operación no supondrán un gasto extra para las arcas municipales ya que, según el consistorio, se incluye en el contrato con la empresa encargada del mantenimiento de las fuentes de Madrid.
La benefactora diosa y sus leones -Atalanta e Hipómenes- habían pasado por el 'taller' en varias ocasiones, la última hace cuatro años, por lesiones estructurales, desplomes y fracturas. En 2002 fue 'operada' tras sufrir la vandálica mutilación de su mano izquierda. Durante la Guerra Civil, una pirámide de piedra, ladrillo y sacos terreros la preservaron de los obuses durante más de dos años. También sufrió el acoso del furor futbolístico, primero colchonero y ahora merengue, para celebrar ligas y copas. Se puso coto a tanto entusiasmo balompédico vallándola en esos ardorosos días.
Ventura Rodríguez (1717-1785) diseñó en 1777 la icónica fontana, hoy con réplicas en México D.F. y Pekín. Se instaló en 1782 en un emplazamiento muy próximo al actual. El influyente arquitecto ilustrado diseñó también las cercanas fuentes de Neptuno y Apolo o la Basílica del Pilar en Zaragoza. Trabajó para Felipe V, Fernando VI y Carlos III, monarca que tumbó su proyecto para la Puerta de Alcalá en favor del de Sabatini.
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