Borrar
El presunto asesino de Manuela: «Si hay semen en el cadáver, es mío»
El juicio de Manuela Chavero (y III)

El presunto asesino de Manuela: «Si hay semen en el cadáver, es mío»

Eugenio Delgado siempre ha sostenido que ella murió de forma accidental y que ocultó el cuerpo porque se bloqueó, aunque también habría admitido relaciones consentidas

Juan Cano, Natalia Reigadas, Evaristo Fdez. de Vega y María Díaz

Málaga | Badajoz

Miércoles, 8 de mayo 2024, 12:55

Eugenio Delgado, grilletes en las muñecas, cabizbajo y cariacontecido, anunció a los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) que quería hablar. Fue una declaración larga, de seis o siete horas, donde el presunto asesino de Manuela Chavero, la mujer desaparecida en 2016 en Monesterio, dio una versión que iría matizando posteriormente, pero que no alteraría en lo sustancial: fue una muerte accidental.

Detención de Eugenio Delgado en septiembre de 2020. HOY

Eugenio contó a los agentes que Manuela le había pedido varias veces que le devolviera una cuna que ella le prestó tiempo atrás para que la usaran unos amigos de él que pernoctaron unos días en la casa de la calle Cerezo. El 4 de julio, por la tarde, regresó de Huelva, donde estuvo pasando el día de playa con unos amigos. Se trajo algo de pescado y, como no le cabía en su domicilio, se dirigió a la vivienda de su madre para dejarlo en el congelador, que estaba vacío.

Al pasar por delante de la casa de Manuela, vio la luz encendida y se acordó de la cuna. Después de colocar el pescado (lo que justificaría el pico de gasto energético que detectaron los investigadores), caminó hasta la casa de ella y le propuso que le acompañara para cargar juntos la cuna de vuelta al domicilio de ella. Según él, la mujer asintió y lo siguió hasta la vivienda.

Finca ‘La Dehesa’, propiedad de Eugenio Delgado

Autovía Ruta de la Plata

Monesterio

Vivienda de Eugenio

Casa en propiedad de Eugenio

Casa de Manuela Chavero

Finca ‘La Dehesa’, propiedad de Eugenio Delgado

Autovía Ruta de la Plata

Monesterio

Vivienda de Eugenio

Casa en propiedad de Eugenio

Casa de Manuela Chavero

Carretera Gijón a Puerto de Sevilla

Finca ‘La Dehesa’, propiedad de Eugenio Delgado

Autovía Ruta de la Plata

Monesterio

Vivienda de Eugenio

Casa en propiedad de Eugenio

Casa de Manuela Chavero

Carretera Gijón a Puerto de Sevilla

Finca ‘La Dehesa’, propiedad de Eugenio Delgado

Autovía Ruta de la Plata

Monesterio

Vivienda de Eugenio

Casa en propiedad de Eugenio

Casa de Manuela Chavero

Una vez entraron, Eugenio cerró la puerta. La cuna estaba en la habitación del fondo. Al verla, Manuela le recriminó -siempre según esta primera versión del investigado- el estado en que la pareja la había dejado. Empezaron a transportarla entre los dos; ella iba delante y él, detrás. Iban pegados a la cama y ella tropezó por culpa de las chanclas.

Eugenio describió gráficamente la caída de Manuela, que según su relato se golpeó la parte posterior de la cabeza contra la cama. Aseguró a los investigadores que se bloqueó y que estuvo 10 o 15 minutos sin saber qué hacer. Manuela, dijo, tenía los ojos semi-abiertos y estaba sangrando. Limpió la sangre del suelo con lejía y con papel. Sacó a la víctima y la dejó en el pasillo porque no tenía claro qué hacer con ella. Le colocó un albornoz y la envolvió en una sábana.

Eugenio cargó el cadáver de Manuela en el maletero del Opel Vectra y se dirigió a una de sus fincas, concretamente a 'La Dehesa'. Seguía sin saber qué hacer con ella cuando se acordó de una oquedad, una antigua zorrera hecha por unos cazadores en su parcela. La depositó allí con sus propias manos. Pero antes, se le ocurrió desnudarla para, según dijo, evitar que los animales carroñeros tiraran de la ropa y sacaran algún resto. En cambio, le siguió colocando encima la sábana y el albornoz. Las prendas de Manuela las quemó en el cortijo.

Eugenio declaró que enterró desnuda a Manuela para que los animales no sacaran los restos

Los agentes de la UCO se desplazaron con el detenido hasta la casa de campo para que les señalara el punto exacto del enterramiento. Al retirar la tierra, encontraron una sábana con motivos florales que envolvía el cadáver de Manuela, en el que hallaron unas cuerdas anudadas a los huesos y unas tiras que podían sugerir, a juicio de los investigadores, una escena de violencia sexual. También había una bolsa de color negro.

Desaparece una mujer en Monesterio en julio de 2016

“A Manoli se la han llevado”. Asegura su familia

En 2019, se inicia una nueva búsqueda con personal especializado en desapariciones

El 20 de septiembre de 2020 detienen a Eugenio.D por el homicidio de Manuela Chavero

Desaparece una mujer en Monesterio en julio de 2016

“A Manoli se la han llevado”. Asegura su familia

En 2019, se inicia una nueva búsqueda con personal especializado en desapariciones

El 20 de septiembre de 2020 detienen a Eugenio.D por el homicidio de Manuela Chavero

“A Manoli se la han llevado”. Asegura su familia

Desaparece una mujer en Monesterio en julio de 2016

En 2019, se inicia una nueva búsqueda con personal especializado en desapariciones

El 20 de septiembre de 2020 detienen a Eugenio.D por el homicidio de Manuela Chavero

“A Manoli se la han llevado”. Asegura su familia

Desaparece una mujer en Monesterio en julio de 2016

En 2019, se inicia una nueva búsqueda con personal especializado en desapariciones

El 20 de septiembre de 2020 detienen a Eugenio.D por el homicidio de Manuela Chavero

Inspeccionaron el cortijo como escenario secundario. Era una especie de casa de aperos maloliente, semiderruida, con las paredes negras y con cadáveres de animales dentro de jaulas a los que Eugenio, al parecer, había dejado morir de hambre. En el suelo, donde decía haber quemado la ropa, observaron unas manchas en el suelo. Había señales de proyección de sangre y signos de haber arrastrado algo por el suelo.

Los investigadores suspendieron la inspección ocular porque, para continuar, y ante la posibilidad de que el cortijo pasase a ser el escenario principal, necesitaban material más sofisticado. Eugenio empezó a tomar conciencia de que la Guardia Civil había encontrado pistas que no encajaban con su relato: las cuerdas y los signos de arrastre en el cortijo.

Continúa la investigación de la muerte de Chavero en la finca del detenido HOY

En ese paréntesis en el que habían paralizado los trabajos, mientras esperaban fuera para no contaminar el escenario, Eugenio llamó aparte al capitán y al sargento que lideraron la investigación. Quería hablar con ellos de manera reservada. Los agentes advirtieron que estaba nervioso, agobiado. Balbuceaba. Entonces, realizó una manifestación espontánea que es a la que se agarra la acusación pública para probar el móvil sexual del crimen: «Si por un casual aparecen restos de semen en el cadáver de Manuela, es mío». Reconoció que habían mantenido relaciones, aunque -precisó- «consentidas».

En sede judicial, Eugenio modificó la primera versión que había dado e introdujo el cortijo en su relato. Contó que la noche de autos llevó el cadáver hasta la casa de aperos y lo dejó allí hasta la mañana siguiente, cuando regresó para enterrarlo en el hueco de la antigua zorrera.

La cuna que Manuela le había dejado no era tan pesada como para necesitar que la transportaran los dos

En esas, la UCO localizó a un nuevo testigo, un hombre que, pocos días después de la desaparición de Manuela, limpió a fondo el todoterreno de Eugenio y observó unas manchas de sangre que le mosquearon. De hecho, se lo comentó a un amigo del investigado, pero éste le quitó importancia afirmando que Eugenio era muy descuidado y que seguramente serían de algún animal muerto, ya que era cazador.

Los estudios criminalísticos también desmontaban la coartada de Eugenio sobre lo pesada que era la cuna, hasta el punto de requerir que la transportaran juntos. Según las fuentes consultadas, pesaba muy poco (un hombre corpulento como él podía levantarla con un brazo), cabía perfectamente por la puerta y tenía hasta ruedas giratorias.

La autopsia no apreció traumatismo alguno en la parte posterior de la cabeza de la víctima. Es decir, la fractura craneal a la que él hace alusión en su relato no existiría desde el punto de vista forense. En cambio, los galenos sí que detectaron lesiones en la cara, con pérdida de dos piezas dentales y fractura de los huesos propios de la nariz, así como dos costillas rotas en el costado izquierdo y una en el derecho. Todas esas lesiones fueron antemortem y ninguna ocasionó, por sí misma, el óbito de Manuela Chavero. Los médicos creen que el mecanismo de la muerte fue asfíctico.

Secreto de sumario

El secreto de sumario se levantó y Eugenio tuvo acceso a todos los informes que había contra él. Entre ellos, la autopsia. En una nueva declaración a raíz de la reconstrucción del caso realizada en mayo de 2021, el sospechoso volvió a cambiar de versión e introdujo un elemento hasta ahora inédito: para trasladar a Manuela desde el cortijo hasta la zorrera (unos 200 metros), cargó el cadáver en la pala de una retroexcavadora y, según reveló entonces, hubo un momento en que, al pasar junto a una encina, se deslumbró por el sol naciente, tropezó con una piedra y Manuela se cayó de la pala, golpeándose contra el suelo.

Nuevo registro en la vivienda del acusado del crimen de Chavero. HOY

Los investigadores intuían que Eugenio había introducido ese nuevo giro en su relato para justificar los traumatismos que el cadáver presentaba en la cara y las costillas. Así que se centraron en desmontar esa posibilidad. Para ello, encargaron un informe al Instituto de Meteorología sobre la posición exacta del sol a primera hora de la mañana, que es cuando dice que transportó el cuerpo, y solicitaron a sus compañeros del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) que estudiaran el terreno para comprobar la hipótesis.

Agentes del Seprona llegaron a medir la salida del sol en la finca propiedad de Eugenio donde apareció el cuerpo de Manuela

Teniendo en cuenta la posición del cortijo, el camino de tierra y la ubicación de la zorrera, para el traslado del cadáver, Eugenio debía llevar un rumbo de 167 grados Sur. Los agentes del Seprona concluyeron que, dado que el sol sale por el Este, no pudo deslumbrarle al pasar junto a la encina, que en cualquier caso daba sombra justo en ese punto.

El juez consideró durante la instrucción que no había indicios suficientes para probar el asesinato, sino más bien un «homicidio por omisión», que se habría producido porque Eugenio no habría socorrido a Manuela tras golpearla. La Fiscalía no comparte el criterio del juez y pide la prisión permanente revisable por asesinato en relación a un delito contra la libertad sexual. La defensa reclama la libre absolución al considerar que la muerte fue accidental.

Tras investigar el caso durante todos estos años, los agentes están convencidos de que Eugenio atrajo a Manuela con la excusa de la cuna o con cualquier otra -engañada o por la fuerza- hasta su casa de la calle Cerezo y allí la agredió sexualmente, ocasionándole la muerte. Los investigadores, antes o después, en Madrid o en Badajoz, siempre han coincidido en una idea: «Manuela entró a morir. Todo le vino en contra. No era su día».

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta El presunto asesino de Manuela: «Si hay semen en el cadáver, es mío»