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Imagen de archivo de la Guardia Civil D.S.
«Me pidió una pizza y me apuñaló para robarme el cambio»
Suceso en Málaga

«Me pidió una pizza y me apuñaló para robarme el cambio»

El repartidor agredido en Cártama asegura que dejó el trabajo tras el suceso, en el que el detenido lo embistió con el coche

Juan Cano

Málaga

Viernes, 18 de octubre 2024, 11:18

El pedido entró a través de la web a las 15.50 horas. El cliente quería una pizza margarita, una coca-cola y una cerveza. Total, unos 18 euros. Pero necesitaba cambio de 200 euros. Alberto (nombre ficticio) tiene 22 años y en aquel momento era uno de los repartidores de Telepizza en Cártama. El joven agarró su moto y se desplazó a la dirección indicada en el pedido. No era una casa.

Al llegar él con la moto, un hombre se bajó de un coche y salió a su encuentro. Alberto entendió que era el cliente. El joven le explicó que, por seguridad, no podían coger tanto cambio y que sólo llevaba 90 euros en la riñonera. «Cuando se lo expliqué, se quedó bien», recuerda Alberto. Pero no. El repartidor le entregó el pedido y el cliente se fue al coche. «Cuando volvió -continúa- yo tenía la riñonera en la mano para entregarle el cambio».

Según relata la víctima, en ese momento, el cliente le dio un tirón de la riñonera y le sacó un cuchillo. «Como te acerques, te apuñalo», asegura que le dijo. «Mi reacción -sigue- fue intentar recuperar mis cosas, y ahí fue cuando intentó apuñalarme».

Alberto cuenta que el agresor le lanzó una cuchilla que él medio logró esquivar. «Me dio en el costado izquierdo, cerca de la axila, pero afortunadamente fue una puñalada leve, como de un centímetro, y se le rompió el cuchillo. Tuve suerte», reconoce el joven.

Tras el forcejeo, el hombre se metió en el coche y él intentó subirse a la moto para marcharse de allí. «Como no tuvo suficiente, echó marcha atrás para atropellarme. Logré saltar y esquivarlo, pero se llevó por delante la moto y la arrastró unos 100 metros».

Alberto confiesa que nunca le había pasado algo así, «no soy chaval de peleas», añade. Fue a la Guardia Civil a poner la denuncia y los agentes le prometieron que en una semana estaba en el calabozo. «Y cumplieron, a los siete días me estaban llamando para que lo reconociera».

El detenido, al que le leyeron los derechos por intento de homicidio y robo con violencia, tiene 33 años y es vecino de Alhaurín el Grande. Tras comparecer en el juzgado, quedó en libertad provisional y a la salida se encontró con Alberto y con su madre. «Allí mismo se abalanzó otra vez sobre mí. Menos mal que ella se puso delante», concluye el joven, que ha dejado el trabajo como repartidor «del susto» que le cogió tras el suceso.

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