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Dos agentes de la Policía Nacional en las inmediaciones de la villa en la que tuvo lugar el suceso. JOSELE
Una mansión okupada y una fiesta clandestina: las incógnitas del crimen de Estepona
Crónica negra

Una mansión okupada y una fiesta clandestina: las incógnitas del crimen de Estepona

La policía trata de esclarecer la muerte de un hombre que recibió un disparo en la espalda en una villa de lujo

Juan Cano e Irene Quirante

Málaga

Martes, 13 de agosto 2024, 09:14

El lugar del suceso es una mansión. Una villa de lujo que se había convertido para los vecinos en un infierno en medio del paraíso, que es como se llama la urbanización. Los residentes llevaban años denunciando que allí se celebraban fiestas clandestinas en las que hasta se cobraba entrada.

La última, el pasado fin de semana, acabó en muerte. Un hombre de 34 años y nacionalidad belga falleció tras recibir un disparo en el tórax. La Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación y, como han precisado a primera hora de este martes, aún no había practicado detenciones en torno a este suceso.

El primer aviso a los servicios de emergencias quedó registrado a las 8.55 horas de este lunes, 12 de agosto. Una persona telefoneó al sistema 112-Andalucía para informar de que se habían producido «disparos» y que había al menos un herido. Inmediatamente, movilizaron a la Policía Nacional, a la Local y a los sanitarios del 061.

Al llegar a la villa, situada en la calle Hortensia, los agentes localizaron a la víctima en una de las dependencias sobre un charco de sangre. Aunque trataron de reanimarla, todos sus esfuerzos fueron en vano. El disparo, con orificio de entrada por la espalda, era mortal.

El cadáver fue trasladado a un centro hospitalario para hacerle pruebas radiológicas a fin de detectar algún otro impacto de bala. Tras ello, la funeraria judicial llevó el cuerpo hasta el Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga para realizar la correspondiente autopsia.

La Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación para esclarecer las circunstancias del crimen y detener al autor del disparo. Por la tarde, se estableció un importante dispositivo en torno a la vivienda con efectivos uniformados y de paisano para inspeccionar a fondo la vivienda. También peinaron todas las casas colindantes por si las cámaras de seguridad llegaron a captar el crimen o la huida del responsable.

Fuentes próximas a la investigación indicaron que se trata de una mansión okupada que en el pasado habría sido propiedad de un futbolista. Al parecer, en ella se instaló con su pareja un hombre que, según vecinos, organizaba las fiestas. La mujer de este individuo comentó a los periodistas que no eran okupas y que tenían un contrato en vigor.

Sea como fuere, la vivienda en cuestión estaba en el radar de la policía, como reconocen las mismas fuentes. Los agentes ya sabían, principalmente por los vecinos, de la celebración de estas fiestas clandestinas, que se pusieron de moda durante la pandemia de la Covid-19.

Muerte de un DJ

De hecho, no es ni mucho menos la primera vez que este tipo de fiestas desembocan en enfrentamientos a tiros e incluso en un homicidio. Chema, conocido artísticamente como dj JM Ares, murió en marzo de 2021 tras recibir un disparo durante una fiesta ilegal en la que pinchaba.

La Fiscalía, que pidió nueve años de cárcel para el acusado de aquella muerte, describió que en el chalé de Guadalmina (Marbella) donde murió el DJ se estaba celebrando una fiesta a la que asistieron más de 35 personas que se encontraban «bebiendo, bailando y con música a elevado volumen».

En un momento determinado, el acusado, que estaba en compañía de un grupo de amigos en una de las mesas reservadas, se levantó y «para llamar la atención» presuntamente esgrimió una pistola cuya marca y modelo se desconoce y realizó tres disparos hacia el techo de la vivienda. Una de esas balas rebotó y alcanzó en el cuello a Chema.

Tampoco fue un caso aislado, porque en esos mismos meses se registraron al menos dos incidentes más con armas de fuego en fiestas clandestinas organizadas en villas privadas de Benahavís, aunque ambos sucesos se saldaron con heridos.

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