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Nerea Escámez
Almería
Jueves, 2 de enero 2025, 12:20
La investigación sobre el crimen de la app de citas en Almería arroja un relato escalofriante: una mujer de 38 años, de origen magrebí, habría perdido la vida asfixiada por su amigo, de 28, conocido recientemente, bajo los efectos del consumo de sustancias estupefacientes. El arma homicida: la correa de un perro.
El autor confeso del crimen de una mujer a la que no le unía ningún tipo de relación sentimental -eran solo amigos, conocidos en una aplicación de citas- acabó «derrotando», como denominan los agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado al momento en el que en un interrogatorio el presunto autor de los hechos confiesa íntegramente los mismos. Y lo hizo después de haber mantenido incluso que él había sido mero testigo del crimen.
Casado y con su mujer encinta, el presunto homicida habría conocido a la víctima en cuestión de días por una aplicación. Lo habría hecho después de llegar a Almería desde Alemania, en donde reside, para pasar las fechas navideñas con familiares residentes en la capital. La Policía Científica ha recopilado elementos relacionados con el crimen para su estudio. Mientras tanto, en el Instituto de Medicina Legal de Almería se trabaja para certificar la identidad de la víctima, de cuya filiación tan solo se conoce por el momento lo confesado por el autor confeso.
Las primeras hipótesis de la investigación pasan por que el hombre habría perpetrado el homicidio bajo los efectos de alguna sustancia estupefaciente -posiblemente crack- y, tras asfixiarla con una cadena o cuerda de las que sirven para mantener el control sobre un perro, al hombre le invadió el miedo e intentó hacer desaparecer el cuerpo quemándolo en un descampado.
Concretamente, el lugar es una zona deshabitada alejada de Retamar, junto a un antiguo restaurante, La Capea, en el Paseo de Castañeda. Allí, el presunto autor de los hechos habría descargado el cuerpo y le habría prendido fuego con la intención de no dejar rastro del crimen. Retamar se encuentra a unos 20 minutos de la capital almeriense y el solar en una zona sin residentes en el entorno que pudieran dar la voz de alarma.
Más tarde, según la hipótesis policial, el ahora arrestado e internado en prisión habría abandonado el cuerpo y se habría acercado hasta la Comisaría Provincial del Cuerpo Nacional de Policía donde en un primer momento confesó haber sido testigo de un homicidio hasta que la pericia de los agentes acabó haciéndole confesar los hechos consumados.
El principal sospechoso fue detenido allí, en dependencias policiales, el pasado lunes, 30 de diciembre, y tras ser puesto a disposición judicial en el Juzgado de Instrucción número 6 de Almería, decretó su ingreso en prisión, comunicada y sin fianza este primer día de enero.
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