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Hay un francotirador que se oculta tras una cortina después de soltar una ráfaga contra un grupo de personas reunidas en el patio del recinto. Los balazos dejan numerosos heridos y hay sangre por todas partes. No, no es un escenario de guerra. Es un barrio de Antequera, en Málaga.
El tiroteo en las Tres Mil Viviendas de Sevilla, donde el pasado fin de semana se escucharon disparos al aire de un Kalashnikov (AK-47) que en su errática trayectoria llegaron hasta el mismísimo centro de la capital hispalense, confirma una realidad inquietante: la presencia de armas de guerra en ciudades españolas.
Pero no es la primera vez y no es -ni mucho menos- un caso aislado. Meses antes que en Sevilla, en concreto el pasado 6 de mayo, tuvo lugar el tiroteo de Antequera, donde se empleó una metralleta para resolver una discusión entre vecinas por un motivo completamente nimio: a una de ellas le molestaba el perro que, al parecer, la otra dejaba suelto.
En Antequera hubo cuatro detenidos y 16 heridos, los dos más graves, un hombre y una mujer ajenos al conflicto. A ella se la llegó a dar por muerta tras recibir un tiro en la cabeza. SUR ha accedido a la investigación de uno de los episodios más graves -si no el que más, por el volumen de víctimas- de los que se han registrado en la provincia.
El preludio de la tragedia tuvo lugar a las dos de la tarde. La comisaría de la Policía Nacional en Antequera recibió una llamada que alertaba de que se estaba produciendo una pelea entre vecinos de los bloques de la avenida de la Estación.
Las patrullas que acudieron al lugar se entrevistaron con una mujer que aseguró haber sido agredida por otra y también por un varón de la familia de ésta. Los agentes identificaron a la otra parte e informaron a ambos de los trámites a seguir: podían ir a comisaría para denunciarse mutuamente por lesiones leves y amenazas.
El siguiente aviso se registró exactamente 27 minutos después. No fue una llamada, sino varias, que pedían auxilio por un tiroteo con numerosos heridos justo en la misma ubicación que la alerta anterior. La comisaría movilizó todas las unidades disponibles, que no iban a ser suficientes ante la dimensión del suceso.
Al llegar, los agentes de los radiopatrullas encontraron la calle sembrada de personas que daban alaridos de dolor por los balazos que habían recibido. Los policías evacuaron en un zeta (vehículo oficial) a cuatro heridos y pidieron que acudieran todas las ambulancias disponibles.
En el edificio aún permanecían, atrincherados, los presuntos autores de los disparos. Una patrulla permaneció apostada en el rellano de la tercera planta para taponar la única vía de salida o acceso a la vivienda, mientras que sus compañeros establecieron un perímetro de seguridad.
Los mandos de la comisaría antequerana, que acudieron al lugar para examinar la situación y tomar decisiones, reclamaron apoyo del Equipo de Negociadores de la Comisaría Provincial y del Grupo de Operaciones Especiales (GOES), la versión local del GEO.
El dispositivo finalizó dos horas más tarde. A las 16.30, los cuatro hombres que se encontraban dentro de la vivienda se entregaron. Eran un padre y tres de sus hijos, todos ellos con antecedentes policiales. Los agentes intervinieron la metralleta y una pistola.
Una testigo declaró a los agentes que escuchó la refriega y que le sorprendió el sonido de «disparos de repetición», por lo que se asomó y vio a un hombre con una metralleta. Otra mujer, que resultó herida, manifestó que estaba «disparando a matar sin miramientos».
Más o menos sobre esa hora compareció en comisaría la mujer de uno de los detenidos (nuera o cuñada del resto) y relató su versión de lo sucedido. Según dijo, el día anterior se encontró al llegar a casa con el pastor belga suelto por el pasillo del edificio y el animal se abalanzó sobre su hijo y le lamió la cara.
La mujer contó que fue en busca de la dueña del can para recriminarle que solía dejarlo suelto en el rellano del bloque, pero no la encontró. Sin embargo, a la mañana siguiente -día de autos- se cruzó con ella cuando iba a comprar al súper con su hija. Serían las 13.50 horas y las versiones sobre lo que sucedió entre ellas son contrapuestas. Pero el resultado conocido es que hubo 17 heridos y que dos personas casi pierden la vida.
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