Distinta, singular y única

Carmen González Álvarez, óptico-optometrista, está al frente de este negocio familiar, reformado para satisfacer mejor las necesidades de sus clientes

«Creo que el trato personalizado y un buen seguimiento de la salud ocular son esenciales para muchos de nuestros pacientes»

Carmen González Álvarez

Carmen González Álvarez es una enamorada de la parte sanitaria de su trabajo. La propietaria de la Óptica Álvarez Atienza estudió Óptica y Optometría en la universidad Complutense de Madrid, y después de trabajar en España decidió irse a Inglaterra, donde hizo un máster y un doctorado en Cambridge. «En Inglaterra trabajé como optometrista durante 10 años. En Cambridge tuve la suerte de impartir clases en la universidad, ya que la parte clínica de esta profesión siempre me ha gustado mucho. A raíz de eso, he dado clases en muchas universidades de países desarrollados como España o Inglaterra o en países en vías de desarrollo como Nicaragua y Mozambique. En este último, participé en la apertura de una nueva universidad de Optometría y di clases a la primera promoción de optometristas de ese país. Trabajar allí me cambió la perspectiva de las cosas importantes en la vida», apunta.

Carmen se incorporó al negocio familiar en 2008. Durante los primeros años en la óptica, compaginó su trabajo en Burgos con la docencia en la Universidad Europea de Madrid. Unos años más tarde, «mi tía Ángeles, la persona que abrió el negocio en enero de 1976, se jubiló y me quedé al frente del negocio. En el año 2014, reformamos nuestras instalaciones para dar un mejor servicio a nuestros pacientes, y creo que fue la decisión correcta ya que la óptica es muy bonita y se nos ve mucho más».

El resultado es una óptica «diferente, singular y única», con la misma filosofía de siempre: «Estar al servicio y cuidar la salud ocular de todos los burgaleses y de aquellos que vienen de fuera. El examen visual que hacemos es muy completo. Revisamos, no solo la refracción de las gafas, sino pruebas binoculares, y salud ocular con tensión ocular, fondo de ojo. Además, me he especializado en visión infantil, especialmente en terapia visual y control de miopía en niños. Hoy en día, la miopía está en aumento y hay muchos niños que la sufren desde una edad mucho más temprana que antiguamente, el uso de un buen tratamiento puede ralentizar mucho su progresión. La terapia visual ayuda a muchos niños con problemas de aprendizaje».

Algunos de sus clientes califican este establecimiento como «una óptica museo» por la amplia exposición de gafas con más de un siglo de antigüedad, «y donde también pueden verse algunos aparatos también de la época, para imaginarnos cómo era el servicio de optometría antiguamente. Todo esto contrasta con la maquinaria más puntera en la detección y seguimiento de anomalías visuales que utilizamos en nuestro día a día».

Tradición y actualidad, salud, moda y tendencias…, todos estos conceptos caminan juntos de la mano en Óptica Álvarez Atienza. «En nuestro establecimiento se encuentran colecciones y modelos de gafas distintas y personales, marcas españolas y extranjeras, que se seleccionan año tras año en las ferias de Milán, Munich y París, las más innovadoras a nivel mundial en el sector de la óptica».

Carmen sigue ilusionada con el trabajo que realiza y con la atención tan personalizada que da a sus pacientes. «Sé que la competencia es feroz, sobre todo debido al comercio ‘online’, pero creo que el trato personalizado y un buen seguimiento de la salud ocular son esenciales para muchos de nuestros pacientes», concluye.