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El científico británico Ian Wilmut, uno de los 'padres' de la oveja 'Dolly', ha fallecido a los 79 años, ha informado este lunes el Roslin Institute de Edimburgo. El biólogo y su equipo idearon la técnica pionera que llevó al nacimiento de la famosa oveja, ... el 5 de julio de 1996, y revolucionó el campo de la clonación genética.
El trabajo de Wilmut «tuvo un alcance global», ha asegurado Bruce Whitelaw, director de la institución académica escocesa en la que se llevó a cabo el avance, que ha recalcado que su legado continúa inspirando numerosos descubrimientos en «la investigación de la biología humana y animal».
'Dolly' -llamada así por la cantante estadounidense Dolly Barton- nació en un laboratorio del Instituto Roslin, donde se extrajo de la ubre de una oveja de seis años de edad una célula que fue insertada en un óvulo procedente de otra oveja al que previamente se había extraído el material genético original. Posteriormente, el óvulo se implantó en el útero de la que sería la 'madre portadora', en cuyo vientre se desarrolló el feto clonado. El resultado fue un ejemplar genéticamente idéntico al animal adulto del que se extrajo la célula original.
Su existencia no fue anunciada hasta siete meses después de su nacimiento, lo que despertó una gran controversia sobre los límites de la clonación. El animal, que dio a luz media docena de corderos, fue sacrificado seis años después al sufrir artrosis precoz y una infección pulmonar. Su cuerpo fue donado al Museo Nacional de Escocia, donde sigue exhibiéndose. La famosa oveja no fue el primer animal clonado. En 1962 investigadores liderados por el británico John Gurdon lo habían conseguido, aunque con una rana. Este hito le valió el premio Nobel de Medicina en 2012.
Nacido en 1944 en el seno de una familia de profesores, el propio Wilmut, que reveló en 2018 que padecía Parkinson, destacó en su momento los riesgos que conllevaba esta práctica, no solo desde el punto de vista ético, sino también desde una perspectiva práctica, ya que se necesitan hasta 200 implantes para obtener un éxito y provoca múltiples problemas de salud en los individuos obtenidos de esta forma, como se pudo comprobar con la propia 'Dolly'. En 2007 anunció que abandonaba esta técnica por un sistema alternativo desarrollado con científicos japoneses y que resultaba «socialmente más aceptable». El científico se opuso a la clonación humana por, entre otros motivos, «los problemas psíquicos que podría sufrir una persona si descubre que es copia de otra». Sí que se mostró partidario de la investigación con células madre para ofrecer tratamientos a enfermos terminales.
Condecorado en 2008 por la reina Isabel II como caballero del imperio británico por sus aportaciones a la ciencia, Wilmut reconoció un año después que la mayor parte de la investigación fue mérito de su colega Keith Campbell, un experto en microbiología que falleció en 2012 a los 58 años tras ahorcarse por accidente en su dormitorio cuando estaba ebrio.
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