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Quizás la magia que envuelve a las estrellas fugaces, tanto por su atractivo como por la superstición de poder pedirles deseos, sea lo que nos lleve cada año por estas fechas a mirar al firmamento, expectantes por ver las perseidas. Esta lluvia de estrellas, popularmente ... bautizada como 'Lágrimas de San Lorenzo', tendrá su máximo de actividad en la madrugada del próximo 13 de agosto, en torno a las tres de la madrugada, así que hemos pedido consejo a los expertos de esta ciencia para saber cuál es la mejor forma de verlas.
Este 2022, «lamentablemente, el pico de las perseidas verá las peores circunstancias posibles para los observadores», ha anunciado el astrónomo de la NASA Bill Cooke, quien dirige la Oficina de Medio Ambiente de Meteoroides, en el Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA, en Huntsville (Estados Unidos). El problema es que el fenómeno coincide con la fase de luna llena que tendrá lugar la noche del 12 de agosto, por lo que la luz del plenilunio restará visibilidad al evento. Si en condiciones ideales «lo habitual es ver hasta 100 estrellas fugaces a la hora, este año la luna llena impedirá que veamos los meteoros más tenues, que son la mayoría, y solo nos permitirá observar los más brillantes, es decir, alrededor de una estrella fugaz cada 15 minutos», afirma Irene Puerto, astrofísica divulgadora de la Unidad de Comunicación y Cultura Científica del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
La buena noticia es que «el viernes siguiente, 19 de agosto, se podrán ver las perseidas más tenues antes de las dos de la madrugada en la península, cuando salga la luna menguante», añade Puerto. Esto se debe a que este fenómeno celestial, a pesar de experimentar su momento álgido a mediados de mes, se prolonga hasta finales de agosto.
Las perseidas pueden verse desde todo el hemisferio norte durante el verano. «Lo mejor es buscar un lugar lo más alejado posible de los núcleos urbanos, para evitar la contaminación lumínica que resta visibilidad a las estrellas fugaces, y que ofrezca pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas)», dice la especialista. No existe un punto concreto al que dirigir la vista, pero sí aconsejan mirar en dirección opuesta a la luna e, idealmente, «llevarse una esterilla para tumbarse en el suelo boca arriba, pues es la forma en la que podemos abarcar más porción de cielo a simple vista».
Los distintos tipos de material óptico, como prismáticos o telescopios, se desaconsejan en este caso, porque limitan el campo de visión. Aun así, Puerto sugiere llevarlos consigo porque, aunque no sea para ver las perseidas, se puede aprovechar el evento para observar también los cráteres de la luna llena.
Irene Puerto
Astrofísica del IAC
Por perspectiva, las perseidas parecen proceder de la constelación de Perseo, de ahí su nombre, sin embargo, de donde realmente surgen realmente es de la estela de polvo que deja el cometa 109P/Swift-Tuttle al acercarse al sol, algo que ocurre cada 133 años, aproximadamente. Los cometas están formados por rocas y hielo así que cuando en su trayectoria se aproximan al calor de una estrella, parte de su hielo se «derrite», dejando tras de sí miles de partículas de polvo del tamaño de un grano de arena que quedan flotando durante años en el espacio.
Las perseidas
Estas “estrellas fugaces” son,
en realidad, fragmentos del cometa
109P/Swift-Tuttle.
Las vemos cada verano cuando la órbita de la Tierra coincide con la trayectoria del cometa.
36 d.C.
Es la fecha del registro más
antiguo que se tiene de la
actividad de las perseidas.
Venus
Sol
Mercurio
Tierra
Marte
Cometa 109P/Swift-Tuttle
Descubierto en
1862 por Lewis
Swift y Horace
Tuttle.
26 Km.
Es el diámetro.
El doble de grande que el que provocó
la desaparición de los dinosaurios.
Meteoroides
Partículas de roca y
metal que se
desprenden del
cometa al pasar
cerca del Sol.
133 años
Tarda el cometa en orbitar el Sol.
2125
La última vez que el cometa fue visible
desde la Tierra fue en 1992 y no
volverá a pasar por nuestro planeta
hasta 2125.
FUENTE: Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
R.PARRADO
Las perseidas
Estas “estrellas fugaces” son,
en realidad, fragmentos del cometa
109P/Swift-Tuttle.
Las vemos cada verano cuando la órbita
de la Tierra coincide con la trayectoria
del cometa.
36 d.C.
Es la fecha del registro más
antiguo que se tiene de la
actividad de las perseidas.
Venus
Mercurio
Sol
Tierra
Marte
Cometa 109P/Swift-Tuttle
Descubierto en 1862 por
Lewis Swift y Horace Tuttle.
Meteoroides
Partículas de roca y metal
que se desprenden del
cometa al pasar cerca
del Sol.
133 años
26 Km.
2125
Tarda el cometa
en orbitar el Sol.
Es el diámetro.
El doble de grande
que el que provocó
la desaparición de
los dinosaurios.
La última vez que el cometa fue visible desde la Tierra fue en 1992 y no volverá a pasar cerca de nuestro planeta hasta 2125.
FUENTE: Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC).
R.PARRADO
El movimiento de traslación de la Tierra lleva a nuestro planeta a atravesar esa nube de polvo anualmente por estas fechas, por eso podemos observar las perseidas cada año. Cuando ocurre, esas partículas del cometa 109P/Swift-Tuttle atraviesan la atmósfera a una velocidad de miles de kilómetros por hora, lo que hace que se desintegren y creen destellos brillantes durante una fracción de segundo, las llamadas estrellas fugaces, que en realidad son meteoros.
Las perseidas es una de las lluvias de estrellas más famosas porque, al coincidir con el verano, la temperatura y el tiempo de ocio animan a la gente a salir a observar el cielo por la noche. Sin embargo, ocurren muchas otras a lo largo del año. En enero, por ejemplo, pueden verse las cuadrántidas, que se atribuyen al asteroide 2003 EH1; en abril, las líridas, hijas del cometa Thatcher; y en diciembre las gemínidas, generadas por el asteroide (3200) Faetón, entre otras. «La mayor lluvia de estrellas de la historia fue una de las leónidas, el 17 noviembre de 1986, con 100.000 meteoros por hora y, en general, esta lluvia de estrellas suele ser más espectacular que las perseidas, pero al producirse en noviembre hay más probabilidades de que esté nublado y sea difícil verlas», explica Puerto.
A medida que se desvanece la luna llena, las Perseidas comenzarán a menguar el 21 y 22 de agosto y cesarán por completo el 1 de septiembre, según ha anunciado la NASA. Para quien prefiera verlas desde casa, el IAC retransmitirá el evento en vivo desde el Observatorio Roque de los Muchachos, en la Palma, y desde las islas Madeira, a través del canal sky-live.tv.
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