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La participación de las mujeres en la ciencia ha estado siempre presente, pero durante siglos a muchas mentes brillantes femeninas se les privó de una educación científica formal, y de oportunidades para contribuir al campo de la investigación, por su condición de género. En los ... últimos años se ha hecho un gran esfuerzo por cambiar dicha situación y fomentar la educación STEM, que responde al acrónimo Science-Technology-Engenieering-Mathematics –CTIM (Ciencias-Tecnología-Ingeniería-Matemáticas), en español – entre las niñas. Sin embargo, aún quedan obstáculos que superar, desde romper estereotipos a conseguir un mayor acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad y a reconocimientos.
Con ese objetivo nació 'Women Doing Science', un movimiento de redes sociales fundado, en 2018, por la investigadora posdoctoral de la Universidad de California, Santa Bárbara (UCSB) Alexandra Phillips. Inicialmente, se trataba de un espacio donde compartir fotos de mujeres científicas de todo tipo, pero el impacto que generó hizo que se convirtiera en un caso de estudio sobre las reacciones de la audiencia ante la diversidad de representaciones, que fue publicado en julio en la revista académica Social Media + Society. Actualmente, el perfil de Instagram @womendoingscience tiene más de 95.000 seguidores y, gracias a la colaboración de un equipo de voluntarios internacional, se han compartido más de 800 fotografías de mujeres STEM. Además, la etiqueta #womendoingscience ha sido utilizado más de 25.000 veces.
En el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo hablamos con su creadora sobre esta iniciativa y su opinión respecto la situación actual de las mujeres científicas.
¿Qué te llevó a crear Mujeres Haciendo Ciencia?
Una de mis amigas es geóloga y es muy activa en Facebook durante sus expediciones de campo. Siempre publica muy buenas fotos de sí misma trabajando. Por ejemplo, hundida hasta las rodillas en el barro o sosteniendo rocas frente a la cámara. Recuerdo haber pensado en cuán poderosas podrían ser estas imágenes si estuvieran ampliamente disponibles, y cómo de bien contrarrestaban las típicas, y poco precisas, imágenes de mujeres científicas. Entonces, comencé a publicar fotografías de mis amigas geólogas y, al poco tiempo, de una manera que solo es posible en internet, empecé a recibir fotos y biografías de mujeres de todo el mundo que querían agregar su imagen a nuestra creciente galería. Empecé a pedir ayuda y, finalmente, nuestro equipo se expandió hasta lo que es hoy: 50 voluntarios en subequipos de diversidad, redacción, traducciones y demás.
En tu opinión, ¿cuál es la situación actual con respecto a los estereotipos de la mujer en la ciencia?
Los estereotipos de las mujeres en STEM siguen existiendo, pero creo que estamos en un momento de transición. Por ejemplo, un estereotipo clásico perpetuado en el cine es del hombre matemático que es representado como blanco, joven, una especie de genio solitario, perdido en un mar de ecuaciones, socialmente torpe e increíblemente brillante. Me imagino a los protagonistas de películas como 'El increíble Will Hunting', 'The Big Bang Theory' o 'Una mente maravillosa'. En lo que a este estereotipo se refiere, ya hay algunas evidencias de que Hollywood está cambiando. Por ejemplo, películas como 'Figuras ocultas' y 'Un pliegue en el tiempo' colocan a las mujeres de color en ese papel central.
Sin embargo, todavía hay estereotipos que se perpetúan, especialmente en los medios de comunicación, en los que las mujeres científicas se representan o inteligentes o atractivas, como si la habilidad científica estuviera reñida con la feminidad. Creo que para las niñas de hoy en día existe mucha incertidumbre no solo sobre el aspecto que puede tener una científica, sino también sobre lo que significa y representa ser científica.
¿Cuáles son los principales estereotipos que sufren las mujeres científicas?
En un artículo escrito publicado en 2003, la científica social Eva Flicker analizó 70 años de representaciones mediáticas de las mujeres en STEM (desde 1929 hasta 1997). Ahora está un poco desactualizado, pero creo que muchos de los temas que identificó siguen siendo sorprendentemente precisos. Uno que realmente me llama la atención es la representación de las mujeres científicas como «heroínas solitarias», un cliché que pinta a la mujer científica como una persona ultracompetente (a menudo por encima de sus compañeros masculinos), irrealmente joven, guapa y con una curiosidad insaciable, que prioriza la ciencia por encima de todo, a menudo sacrificando las relaciones personales o familiares. Flicker pone el ejemplo de la actriz Jodie Foster en la película 'Contact', pero se me vienen a la cabeza otros como el personaje de Brennan, en la serie 'Bones'; el de Ryan Stone en 'Gravity'; o incluso el de Shuri en 'Black Panther'.
Otro estereotipo dolorosamente común es la cosificación y la sexualización. Flicker llama a este papel el «experto ingenuo», donde una mujer científica es excepcionalmente atractiva, increíblemente joven, femenina, emocional, tiene algún conocimiento profesional y, a menudo, utiliza ropa poco realista, como Claire Dearing corriendo con tacones en 'Jurassic World' o Carol Marcus, en lencería, en 'Star Trek'. Estas imágenes son especialmente dañinas porque minimizan a las mujeres científicas como objetos de deseo para la mirada masculina.
¿En tu carrera como investigadora has tenido que enfrentarte a muchos estereotipos?
Como mujer en STEM he experimentado muchos casos pequeños de estereotipos a lo largo de mi carrera. Por ejemplo, comentarios menores sobre mi apariencia, ropa, color de pelo (porque es rubia), edad… Me he dado cuenta de que los espacios académicos parecen recompensar más las características 'masculinas' de ser científico, así que he adquirido ciertos hábitos por miedo a que no me tomen en serio, como dejar de llevar vestidos a las conferencias o maquillaje en el laboratorio. Creo que estas decisiones suponen una gran diferencia sobre cómo nos ven a las mujeres científicas, y más todavía para las mujeres de color.
Women Doing Science ha tenido tres publicaciones particularmente virales. ¿Qué tenían de especial y qué conclusiones habéis sacado de ellas?
Tal como resumieron Berger y Milkman en 2011: «la viralidad está impulsada por la excitación fisiológica». Por lo tanto, es mucho más probable que las publicaciones que provocan reacciones muy positivas, o negativas, se vuelvan virales. Eso es lo que tenían en común las tres imágenes que se viralizaron de nuestro perfil.
En dos de ellas la razón fue positiva, porque inspiraron asombro o admiración; mientras que la tercera provocó ira y resentimiento. Además, curiosamente, las tres estaban asociadas a estereotipos. Las dos primeras fueron muy celebradas porque rompían estereotipos: una imagen mostraba a una posdoctorada en una pizarra llena de ecuaciones complejas y, la otra, a una profesora en una oficina muy desordenada. La tercera foto, en cambio, fue duramente criticada (¡en su mayoría por mujeres!) al mostrar a una estudiante de doctorado en Biología con el cabello suelto, tacones y maquillaje, pues la consideraron «demasiado femenina» para ser científica.
No es la primera vez que esto se demuestra. Estudios anteriores han encontrado que cuanto más atractiva una persona califica a una mujer, menos probable es que crea que es científica, porque todavía no nos hemos hecho a la idea de que esta puede ser inteligente y hermosa al mismo tiempo. Mi mayor conclusión al estudiar este caso de publicaciones virales fue que las mujeres en STEM tienen un sentido de pertenencia realmente frágil, y esa inseguridad hace que estos impulsos y amenazas en las redes sociales tengan un impacto desproporcionado en su identidad.
¿Qué propondrías para mejorar el desarrollo identitario de las mujeres en STEM?
¡Es una pregunta difícil! Hay tantas cosas en las que se pueden cambiar… Creo que algo importante y útil es mejorar la representación de las mujeres en STEM en los medios de comunicación, como personas multidimensionales y diversas que somos. Además, las universidades deberían priorizar la asignación de puestos de responsabilidad a mujeres científicas con distintos perfiles, para que actúen como figuras de referencia para las nuevas generaciones de estudiantes, pues muchas mujeres buscan en las redes sociales esos modelos a seguir al no encontrarlos en su entorno.
¿Qué consejos darías a las futuras científicas y científicos?
Les diría que no tengan miedo a crear su propio camino en las ciencias STEM en el caso de que ninguno de los caminos marcados se ajuste a lo que desean hacer. Hay mucho espacio para la creatividad y para todo tipo de personalidades.
Eso sí, marcar su propio camino puede ser realmente difícil y agotador, así que les diría que es muy importante que busquen mentores que puedan ayudarlos y guiarlos a través de lo desconocido. Además, que no tengan reparo en buscar a sus mentores en lugares inusuales. El poder de las redes sociales es que hace que las conexiones lejanas sean completamente factibles.
¿Cuál es el futuro de Mujeres Haciendo Ciencia?
Creo que la gente puede sentirse decepcionada, pero el futuro de Women Doing Science es que acabamos de dar por finalizado el proyecto en Instagram este mes de octubre, cuando realizamos la última publicación. Las redes sociales son un panorama en constante cambio, y la forma en que diseñamos 'Women Doing Science' en 2018 simplemente ya no es tan compatible con el rumbo de Instagram.
Hemos tomado esta decisión en equipo y hemos sido realmente estratégicos al dejar evidencias de algunos legados del proyecto. El primero, y quizás el más desafiante, es el artículo académico que publicamos en julio con las conclusiones del proyecto. El segundo es la creación del fondo Wonder junto a la Unión Geofísica Estadounidense, una beca que proporcionará subvenciones anuales de viaje y oportunidades de tutoría para mujeres negras o indígenas. Y el tercero son las propias publicaciones de Instagram, que permanecerán en el perfil de @women.doing.science, aunque dejemos de compartir nuevas imágenes, para que cualquiera pueda explorar las más de 800 fotografías de mujeres científicas presentadas en los últimos cuatro años.
Igualmente, mantendremos abierto el perfil en español de @mujeres.haciendo.ciencia, en la que se publican imágenes e historias de científicas latinoamericanas con publicaciones en español y portugués.
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