Villamayor de Armuña: de los quintos a la Feria de la Piedra

Si hay una tradición que destaca en Villamayor es la de los quintos ligada a las fiestas patronales de la Virgen de los Remedios, que se celebran en el mes de mayo y que comienzan y terminan con dos actos litúrgicos: la bajada y la subida de la Virgen de la hornacina del altar. La bajada de la Virgen se hace nueve días antes del domingo grande y durante esos nueve días se le reza un novenario entonando el himno dedicado a la patrona.

En estas fiestas tienen un gran protagonismo los quintos desde mediados del siglo XVIII, pues son ellos los encargados de realizar la ofrenda del ramo a la Virgen el día que se baja de la hornacina. El sábado de la fiesta, los quintos se desplazan a las orillas del Tormes para cortar un negrillo o aliso que colocan junto al altar mayor cobijando a la Virgen de los Remedios. En sus ramas se colocan naranjas y limones que simbolizan lo bueno y lo malo acaecido durante el año, así como las cintas bordadas por sus madres o por las quintas. También ponen pañuelos y mantones que con ese fin les ofrecen sus novias y amigas.

El ramo, así aderezado, queda en la iglesia hasta el martes siguiente en el que la Virgen sube de nuevo a su hornacina en el altar mayor. La Virgen de los Remedios sale en procesión por las calles de Villamayor el domingo por la mañana y en este recorrido no faltan los bailes tradicionales. Hay que señalar que la ofrenda del ramo desapareció durante cinco años, pero se recuperó en 1979.

Una fiesta que también se perdió pero que ha sido recuperada en los últimos tiempos es la de Las Candelas, en las que se ofrece a la Virgen palomas y roscas de pan dulce, además, la imagen porta durante la procesión las características cintas de los quintos de ese año como símbolo de su presentación a la comunidad para formar parte de la sociedad adulta. En esta fiesta antiguamente se corrían los gallos, que con el paso de los años dio paso a correr las cintas.

Por otro lado, dentro de las fiestas de la Virgen de los Remedios en mayo de 2001 nació la Feria de la Piedra para poner en valor uno de sus patrimonios: su arenisca. Una piedra que sale de sus canteras de los siglos XII y XIII.

Desde ese año, cada edición de la feria ha tratado de mostrar la riqueza de este material y en ella se han creado obras de arte gracias a los concursos destinados a escultores y a estudiantes; además de mostrar todo el trabajo de los canteros, un oficio ligado a Villamayor y que tanta historia tiene, junto a las herramientas que se utilizan. Todo ello en el hábitat minero, en el que se realizan visitas guiadas para escolares y público en general.

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