c. b. e.
Segovia
Lunes, 6 de abril 2020, 11:17
La naturaleza no entiende estados de alarma. Está felizmente comprobado. Noche de sábado y de confinamiento doméstico. El silencio abrumador; no parece fin de semana a los pies del Acueducto, cuando antes de que la pandemia irrumpiera para trastornar los hábitos y la cotidianeidad ... era un hervidero de chavalería yendo y viviendo. En esa calma nocturna, en esa serena paz que habita en las calles, unos corzos salieron de su ecosistema vegetal y decidieron dar vida al corazón de la ciudad hibernante por el coronavirus.
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Las cámaras de la Policía Local captaron la visita y el paseo de dos de estos cérvidos, confiados ante el mutismo reinante y la penumbra de la noche sabatina. Cruzaron, ignorando el confinamiento humano, la plaza de Artillería, se acercaron al césped y las flores que crecen impasibles a la pandemia en la rotonda ante el Acueducto, olisquearon y prosiguieron su paseo nocturno por la Vía Roma de Segovia, tranquilos y despreocupados ante un tráfico casi inexistente.
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