Un verano de turismo rural activa la alerta por la siniestralidad de las carreteras secundarias en Castilla y León

Ahora, con la desescalada y la proximidad de un verano atípico, se avecina un periodo en el que el turismo rural va a cobrar mayor protagonismo que en otros años, con un previsible fuerte incremento del tráfico por carretera. Dos factores emergen cual amenazas para unas vacaciones con final feliz: el mayor uso de un parque de turismos muy envejecidos; y el estado de conservación de la red secundaria, deficiente en no pocos casos, según informa El Norte de Castilla.

Castilla y León es la tercera comunidad autónoma con más fallecidos en carretera convencional, según un estudio de la Fundación Línea Directa, que estima que este año los muertos en las carreteras secundarias en España volverán a suponer el 75% de los fallecidos de las vías interurbanas, un dato similar al conjunto de la década. En 2018, Castilla y León registró el 13% del total de fallecidos en carreteras convencionales a nivel nacional, una de las tasas más elevadas. El índice de letalidad de las vías secundarias multiplica por 1,5 veces el de las autovías y autopistas.

Castilla y León cuenta con una red de carreteras convencionales de 30.547 kilómetros de extensión (el 20% de España), de los cuales 3.462 dependen del Estado, casi 11.000 de la Junta y unos 16.000 de las diputaciones.

El recorte de las inversiones en conservación y mantenimiento acumulado en los últimos años hace que, según un informe de 2019 de la Asociación Española de la Carretera, las vías estatales y autonómicas acumulen un déficit de más de mil millones que se deberían destinar fundamentalmente a la reparación del firme.

El dato positivo que trae la covid-19 es que el número de fallecidos en el conjunto del año se verá reducido en torno al 27%, con un total de cerca de 600 muertos frente a los 800 del año anterior en este tipo de carreteras. Y si bien es cierto que la bajada de la siniestralidad también ha llegado a las carreteras secundarias, desde la fundación instan a no bajar la guardia.

«La crítica más común por parte de los conductores se centra en el estado y el déficit de mantenimiento de estas carreteras;también en que una mayoría no tienen arcén de 1,5 metros; y en que son frecuentemente transitadas por ciclistas, lo que aumenta la peligrosidad. Pero lo cierto es que hasta el 83% de los conductores castellanos y leoneses admiten haber cometido alguna irresponsabilidad o legalidad al volante y la mitad desconoce cuál es el límite de velocidad en las carreteras», señala Francisco Valencia, responsable de Gobierno Corporativo de Línea Directa y director general de su fundación.

Advierte de que solo hace falta arrancar el coche para observar «una cierta euforia por la salida del confinamiento y a la vez comprobar que las vías están más despejadas». «Este verano nos auguran que habrá una aversión general al transporte público y más vacaciones en el interior, lo que unido al abandono del mantenimiento de los coches y la antigüedad del parque son demasiados factores de riesgo. La despreocupación es siempre preocupante», resume el directivo, para quien una de las medidas más útiles para alertar a los conductores son las informaciones que les llegan desde los medios de comunicación.

La edad media de los coches que circulan por las carreteras de la región se sitúa en 12,3 años, la más elevada de España, y según cálculos de la patronal de concesionarios, Faconauto, más de un tercio de los 1,32 millones de turismos dados de alta en la DGT supera los 16 años.

«Las carreteras están como están, su reparación y mejora, así como el desdoblamiento de carriles es lento y el control del riesgo por parte del conductor se convierte en el elemento más importante», sostiene Valencia.

Las salidas de la vía, sobre todo en las rectas, son el accidente más repetido en las carreteras secundarias (35%), y generan una alta mortalidad, con un 37% de los muertos. Por frecuencia, le siguen los siniestros por colisión frontal y frontolateral (23,5%), que generan un 28% de los fallecidos, aunque en el caso de la colisión frontal tiene una tasa de letalidad dos veces superior a las salidas de vía. Entre los factores concurrentes se encuentran las distracciones, la velocidad inadecuada, el cansancio y el consumo de alcohol o drogas.

La presencia o no de arcén en este tipo de vías tiene también una importante incidencia: un 78% de fallecidos en carreteras convencionales se produjo en carreteras sin arcén o con dimensiones inferiores a 1,5 metros. Además, los meses de junio a septiembre son los que mayor siniestralidad registran: el 40% de las muertes en estas vías tiene lugar en verano.

En cifras absolutas, Cataluña ocupa el primer puesto en fallecidos en carreta convencional (17%), seguida de Andalucía (13,4%) y Castilla y León (13,3%). Ahora bien, la extensión de la red es determinante en el dato, ya que si se relativiza en número de accidentes por kilómetros de vía, Cataluña (0,48) y Madrid (0,45) ocupan los primeros lugares, mientras que Castilla y León aparece a la cola, con 0,07 accidentes por kilómetro. Algo que no debe ser excusa para el relajamiento.