Unicaja prevé una caída del PIB de Castilla y León de hasta el 10,8%, con repunte del 8,1% en 2021

Las malas noticias no terminan aquí, ya que la ansiada recuperación en 'V' no alcanzaría a dibujar dicha letra correctamente. El número l número 21 de la publicación trimestral 'Previsiones Económicas de Castilla y León' de la entidad financiera señala que para 2021, «las primeras estimaciones apuntan a que tanto la producción como el empleo aumentarían, sin llegar a recuperar los niveles previos a la crisis». Los expertos prevén así que la producción de la comunidad autónoma crezca el año próximo entre el 5,5% y el 8,1%. Es decir, que la economía no volvería a la casilla de 2019 con un año perdido, sino que aún arrastraría un déficit de más de ds puntos porcentuales de riqueza.

Los analistas prevén, asimismo, un significativo impacto sobre el empleo, que podría disminuir, de media en el año, en torno al 6%, lo que supondría la destrucción de cerca 59.000 puestos de trabajo. La tasa de paro se situaría de este modo en el 16,9% – fue del 11,6% en el promedio de 2019–, aunque advierten que «podría llegar a superar el 19% si la 'vuelta a la normalidad' se retrasase hasta finales de año».

En el promedio de 2021, el mercado laboral podría registrar un aumento del 2,7% en términos de empleo, de forma que la tasa de paro descendería hasta el 14,7%, «aunque podría permanecer cerca del 17% si la reactivación de la economía se retrasase aún más de lo previsto», avisan.

Coincide el estudio con la totalidad de análisis conocidos en que «el 'shock' de demanda también está siendo muy acusado, y el deterioro del mercado laboral y la renta disponible incidirá notablemente en el comportamiento del consumo privado, al margen de la incidencia que pueda tener el propio confinamiento». Además, «la elevada incertidumbre provocará un grave impacto en la inversión y la caída de la economía mundial tendrá una significativa influencia en las exportaciones» de las empresas castellanas y leonesas.

Tras admitir que las perspectivas económicas están sometidas a una incertidumbre muy elevada, Unicaja invita a tomar todas las proyecciones económicas «con extrema cautela» y a considerarlas «aproximaciones a lo que puede ser la evolución de la producción y el empleo, en escenarios marcados por un gran número de supuestos».

La información disponible para el periodo transcurrido desde la puesta en marcha de las medidas de contención de la epidemia es escasa, lo que dificulta el uso de las metodologías habituales utilizadas en la elaboración de previsiones. De hecho, el informe trimestral prescinde por primera vez de previsiones provinciales.

La total pérdida de actividad en la rama de fabricación de vehículos, al igual que en la hostelería, la restauración y las actividades de ocio, unidos a los descensos en el comercio y el transporte, rama todas ellas con un peso muy significativo en el PIB de Castilla y León, resultan determinantes en el impacto en el PIB.

«Otros sectores, como el agrario, estarían registrando menor pérdida de actividad dada su condición de esencial, si bien es cierto que también estarían acusando los efectos de las medidas de contención, sin olvidar las dos semanas de pérdidas de producción» derivadas de la hibernación, «que habrían afectado también a ramas como la construcción», detallan.

En cuanto a la capacidad de reactivación de la actividad tras la finalización del estado de alarma, Unicaja toma en consideración dos escenarios, que son los que le llevan a prever una caída en el PIB del 7,6% en un caso, o del 10,8%, en el peor de los supuestos. El primero considera que la actividad comenzaría a recuperarse en la segunda mitad del año y en el segundo trabaja con la hipótesis de que, si bien se produciría lo anterior, las ramas vinculadas a la hostelería, restauración y ocio no recuperarían su ritmo de actividad en lo que resta de año, dependiendo de cómo sea el proceso de desescalada de la economía».