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El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCYL) intentará aclarar el incremento de fallecimientos en marzo y abril de este año y su posible relación con la pandemia de coronavirus.
El presidente del TSJCyL, José Luis Concepción, ha acordado, en ejercicio de ... sus facultades de inspección, solicitar a los Juzgados de Registro Civil de los partidos judiciales de Castilla y León todos los datos sobre fallecimientos certificados durante los meses de marzo y abril del presente año, así como los de 2018 y 2019.
En el escrito, facilitado a Efe por el Gabinete de Comunicación del TSJCL, se pide a los registros civiles que proporcionen las causas de muerte, inmediatas o intermedias, con especial detalle de las que puedan estar relacionadas con los síntomas propios del covid-19.
El propio tribunal se ha encargado de remitir a los registros civiles el listado de criterios médicos admisibles como síntomas del coronavirus, según el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España. Del mismo modo, se ordena también a los médicos forenses que colaboren en esta labor con los registros civiles y se pide la colaboración de los colegios oficiales de médicos de cada circunscripción en la revisión de los casos que resulten sospechosos de coronavirus pero no han sido confirmados. En la justificación de la decisión, se apunta que se trata de seguir el protocolo del Consejo General del Poder Judicial.
Se ha comprobado que después del decreto del estado de alarma y la limitación de actuaciones de la administración de Justicia, una de las principales actividades de los órganos judiciales tras la suspensión de las actuaciones era la referente a la atención a los servicios del Registro Civil. Precisamente citan la de recepción de las certificaciones médicas de fallecimiento y expedición de las licencias o autorizaciones de enterramiento.
Las informaciones recabadas de los responsables del Instituto de Medicina Legal, según el TSJCYL, pusieron de manifiesto que el origen de este problema era el aumento significativo de la mortalidad, aunque no siempre aparecía referenciado a la infección por el virus. Se debía fundamentalmente al no sometimiento a muchas de las personas afectadas a test o analíticas que acreditaran cumplidamente dicho contagio, si bien todos los indicios y síntomas de las patologías inmediatamente causantes de la muerte apuntaban a dicha infección como causa principal o determinante de la misma.
Se señala, además, que los casos que no siempre se confirmaban en el certificado de defunción, tampoco se podían confirmar después, dado que los forenses no intervenían, al no tratarse de una muerte violenta.
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