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Miguel a. conde
Valladolid
Jueves, 7 de julio 2022, 20:03
El nuevo contrato para la teleasistencia avanzada permitirá ampliar la atención de aquellas personas que deciden quedarse en sus domicilios. La medida incluye el seguimiento de beneficiarios y cuidadores, así como la instalación en sus hogares de detectores y sensores de humo, gas o CO2. ... Además, se abordará la digitalización de todos los terminales para conectar con los mayores en los domicilios, además de la seguridad en el hogar, la asistencia móvil y los dispositivos de asistencia personal.
El proyecto tendrá un coste de 39,8 millones de euros en un plazo de tres años a contar desde el 1 de noviembre. Podrá ser prorrogable anualmente en un periodo de tiempo máximo de dos años. Será una única empresa la que prestará para así garantizar la igualdad de trato de todos los usuarios adscritos al servicio. Así lo ha expresado Isabel Blanco, consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno de la Junta.
El contrato, que se espera que sea adjudicado en octubre, tendrá una duración de tres años a contar desde el 1 de noviembre, pero podrá ser prorrogado anualmente por un periodo máximo de dos años. El modelo propuesto por la Junta pretende modernizar el servicio, de manera que pueda ser personalizado en función de las necesidades de los usuarios, y pueda contribuir a paliar situaciones de soledad, duelo e incluso detectar posibles riesgo para el usuario.
Según la consejera, se han incluido dos novedades. La primera es la creación de una plataforma unitaria de la Junta, con el objetivo de gestionar altas, bajas y suspensiones, de manera que las corporaciones locales encargadas de estas gestiones puedan quedar libres de esa carga de trabajo. En relación a ello, Isabel Blanco destaca que el servicio permitirá además la gestión de citas médicas y su recordatorio. La segunda novedad es la transformación de los aparatos de teleasistencia, como los botones de emergencia en los sensores de movilidad instalados en los domicilios de las personas.
Desde el año 2018, la evolución de personas que usan el servicio ha sido exponencial, ha asegurado la consejera de Familia. En 2020, la cifra era de 38.000 usuarios, que en el año siguiente aumentó hasta los 48.000. Calculan que la cifra pueda seguir sumando hasta los 50.000 para este año.
El modelo pretende consolidarse como herramienta indispensable del sistema de Dependencia 5.0, de manera que las nuevas tecnologías se pongan al servicio de las personas más vulnerables. Se espera que, gracias a la medida, los Servicios Sociales también se modernicen y digitalicen.
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