La superficie del cultivo de pistacho crece 3,5 veces en tres años, hasta las 1.700 hectáreas

Estos son algunos de los datos que se dieron a conocer en la jornada formativa organizada por las cooperativas Piñonsol y Acor en la que se analizó la viabilidad del pistacho como un cultivo alternativo al cereal, teniendo en cuenta su adaptabilidad al terreno y la comercialización final del producto.

El hecho de que estas dos cooperativas hayan dado un paso al frente a la hora de formar a sus socios en esta variedad tiene que ver con la demanda de información por parte de los mismos. «Acor tiene muchos socios y había inquietud por un cultivo que se está poniendo mucho y se puede llegar a saturar el mercado», justificó el presidente, Justino Medrano.

Reconoció el interés del actual Consejo Rector de Acor por diversificar cultivos «viables y rentables» al tiempo que matizó que los pistachos son producciones «exigentes» por lo que hay que conocer las características de la tierra antes de decantarse por este cultivo. La alianza entre las dos cooperativas viene motivada porque Piñonsol cuenta con la red comercial mientras que Acor «cuenta con los agricultores, gente que sabe producir y un servicio agronómico de eficacia probado por eso queremos agrupar la oferta y crear una marca que permita devolver el valor añadido», manifestó en el transcurso de la jornada celebrada en Valladolid, Amelia Pastor, gerente de Piñonsol.

El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) ha efectuado un mapa en el que se clarifican las zonas viables. Además, ha identificado hasta 36 cultivos diferentes que son una alternativa seria al cereal en la Comunidad, entre los leñosos se encuentran: pistacho, almendro, olivo, nogal, avellano, trufa, otros frutales; en los herbáceos: quinoa, camelina, adormidera, trigo sarraceno, trigo fuerza, estevia, teff, azafrán, cannabis de uso medicinal, maíz dulce: de mesa y de palomitas, alpiste, lúpulo, sorgo, kale, espelta, mijo, calabaza de cabello de ángel y espárragos; en los cultivos arbustivos: lavandín y lavanda, salvia, mejorana, romero, genciana, arándano, frambuesa y otros frutos rojos, hinojo, ciprés, otras aromáticas y medicinales.

En cuanto a la rentabilidad, una vez entrado en producción, se sitúan entre 6.000 y 8.000 euros por hectárea. Eso sin contar con otros procesos de transformación que permitirían incluso duplicar estos ingresos, aseguran desde la Consejería. Una plantación de pistachos necesita unos diez años para estar a pleno funcionamiento.

La Junta de Castilla y León ha destinado ayudas por importe de cuatro millones de euros (1,6 millones en el año 2018) para impulsar el cultivo del pistacho en la Comunidad, uno de los considerados cultivos alternativos por el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl), que ha experimentado «una progresión importante» y que ya alcanza las 1.700 hectáreas y los 370 productores, en su mayoría agrupados en cooperativas, según informó ayer el conejero de Agricultura, Jesús Julio Carnero, quien participó en la clausura de la jornada, organizada por Acor y PiñonSol, y celebrada en el salón de actos de Cajamar en Valladolid.