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El obispo de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa, la magistrada del Supremo María Luisa Segoviano y el rector de la Universidad de Salamanca, Raúl Rivero, ante la fachada del Palacio Fonseca. A. Mingueza
XXXV aniversario del Estatuto de Autonomía

Identidad, resistencia y provocación, el 'kit' de supervivencia de Castilla y León

XXXV aniversario del Estatuto de Autonomía ·

Una magistrada, un rector universitario y un obispo, con el hilo conductor de su formación jurídica, dialogan sobre los 35 años de la autonomía de Castilla y León y apuestan por un salto «tranquilo» sin perder las raíces

M. J. Pascual

Salamanca

Lunes, 19 de febrero 2018, 09:01

Capilla del Colegio Arzobispo Fonseca, 27 de junio de 1981. La asamblea de parlamentarios nacionales y diputados provinciales de Castilla y León aprueba el proyecto del Estatuto de Autonomía que, dos años depués, el 3 de marzo de 1983, tomaría carta de naturaleza con ... su publicación en el Boletín Oficial del Estado. Escondido tras el ‘palabro’ ochentero de moda, el ‘Ente autonómico’ nació vacilante y fue el último en configurarse por los recelos de provincias abiertamente secesionistas. Pero, 35 años después, Castilla y León se ha convertido en una de las autonomías ’no históricas’ que más estabilidad política aporta al Estado más descentralizado de Europa y la que, «mejor hace sus deberes» de deuda y déficit, según reconoce el ministro Cristóbal Montoro. Aunque, para malestar del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, por el momento ello no se traduzca en una mayor, mejor y más justa financiación del Estado para los servicios públicos básicos (sanidad, servicios sociales, educación) que tiene que prestar a una población cada vez más envejecida y residente en más de 2.000 pueblos donde hay más defunciones que bautizos. Castilla y León, la comunidad más extensa de España, es el mejor piloto indicador para testar los problemas que acechan a la supervivencia de España y la vieja Europa y pensar en posibles soluciones.

En el Colegio del Arzobispo Fonseca o de los Irlandeses, con su imponente medallón dedicado al Apóstol Santiago y la batalla de Clavijo en la fachada, a pocos metros de la original capilla de planta cuadrada presidida por un retablo de Alonso Berruguete, donde se dijo sí al proyecto del Estatuto, se celebró esta entrega salmantina de los encuentros de El Norte sobre los 35 años de vigencia de la Ley mayor de Castilla y León. Una magistrada, María Luisa Segoviano; un rector universitario, Ricardo Rivero; y un obispo, Raúl Berzosa, tirando de su hilo común de juristas, se sentaron en la hospedería para conversar sobre la evolución de Castilla y León en estas tres décadas y media y lo que creen que le depara el futuro. ¿Se sostienen otros 35 años así?

Marco legal

Recentralizar, no; pero sí corregir el modelo

Ricardo Rivero, el anfitrión como rector de la USAL, es el primero en romper el fuego en la conversación y, aunque no se menciona expresamente el ‘procés’ catalán, está inherente en la respuesta. «Mi opinión es positiva respecto del proceso de descentralización política y administrativa en España, aunque con correciones. No me adhiero a corrientes recentralizadoras que han nacido como resultado de posibles excesos. Creo en mantener este modelo, pero adaptado a las necesidades del tiempo. La aproximación de las decisiones a los territorios incrementa la calidad de las mismas y la identificación con sus intereses y necesidades propias, porque este territorio es distinto. Luego están las variables económicas y sociales de Castilla y León, como la despoblación, claro.

La periodista María Jesús Pascual con los invitados a conversar sobre el Estatuto, y el director del diario, Carlos Aganzo. A. Mingueza

El obispo de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa matiza que en Castilla y León «partimos de un pecado original de base, es una autonomía ficticia y la última, tuvimos el problema de Segovia, las dos Castillas, el Condado de Treviño y una realidad sociocultural muy rica que nos condiciona el presente y el futuro». El prelado ofrece a Castilla y León un ‘kit’ de supervivencia que tiene tres patas: «identidad, resistencia y provocación».

La descentralización es positiva, pero con matices, también para la magistrada vallisoletana María Luisa Segoviano, experta en la jurisdicción social y una de las pocas mujeres, y de esta tierra, en el Tribunal Supremo. «En términos generales, la descentralización me parece positiva por lo de, acercar la administración a los administrados. Pero, en el caso concreto de de Castilla y León, sí incidiría en dos defectos corregibles: determinados vacíos de competencias que han pasado y que no tenían que ser asumidos. Y lo que me parece capital: que exista una verdadera coordinación entre administraciones, porque en muchas ocasiones se echa en falta lo que es competencia del Estado y no acabamos de ver dónde empieza y dónde termina la competencia de las otras administraciones.

«La universidad está hoy excesivamente burocratizada y eso mata la imaginación y las ganas de trabajar»

María Luisa segoviano

–Ricardo Rivero: Que hay problemas de coordinación es evidente, no sé si produce una general desafección u otros problemas más profundos, como la desconfianza, pero generalmente propicia desaffecciones. Hay un denominador, que es la necesidad de mejora. Cuestión distinta es si un modelo centralizador es mejor que este. Lo cierto es que el progreso económico y social en Castilla y León en 35 años no tiene parangón en el periodo contemporáneo y está asociado a un marco constitucional de libertades y la autonomía tiene aquí un papel.

–Raúl Berzosa: En 35 años se ha producido una transformación enorme, nadie imaginaría que estaríamos en la Unión Europea (aunque sea solo de mercaderes) ni tampoco la despoblación. La Castilla utópica no tiene que ver con este cambio de época que estamos viviendo. En un solo día, en mi despacho e Ciudad Rodrigo me encuentro un resumen de todas las carencias de Castilla y León: económicas, falta de atención sanitaria, falta de motivación existencial, proyectos sociales, cansancio vital, envejecimiento y despoblación, y de esto hablamos, no de Castillas ideales.

El hecho de que se propugne una reforma del Estatuto de Autonomía para ‘blindar’ derechos básicos como la educación, la salud y la asitencia social con partidas económicas que no bajen, independientemente de quien gobierne en la Junta de Castilla y León es una cuestión a la que los protagonistas del diálogo se enfrentan con cierto escepticismo.

Para los tres juristas, el papel de la mujer en el mundo rural, sobre todo, es de vanguardia, pero tiene que ir acompañado de buenos servicios públicos y facilidades al emprendimiento y a la natalidad

–R. B.: ¿’Blindar’? ¿Si tienes una joya y la blindas, para qué? Está en juego hacia dónde queremos caminar en esta Castilla y León. Estamos en un cambio de época, con una realidad europea. ¿Centralización o descentralización? ¿Para qué? Primero hay que decidir hacia dónde caminamos.

–R. R.: Efectivamente, nuetra sociedad tiene muchos problemas, esto no es exclusivo de Castilla y León. Hay situaciones como la desmotivación o la perplejidad de los jóvenes que necesitan cambios sociales más profundos. Si nos centramos en el Estatuto y la evolución de estos 35 años hay progresos en atención sanitaria, en los ciudadanos, las prestaciones en Castilla y León son más completas, hay un despliegue de la red de servicios sociales y en la educación. Pero es cierto que en los diez últimos años se ha producido un estancamiento y retroceso. Pero quizá no haya que modificar el Estatuto, una norma no va a mejorar prestaciones sociales o de sanidad, pero que haya una identificación de quien gobierna con las necesidades propias ayuda a sensibilizarse más con la solución de las mismas. Creo que la sensibilidad del obispo demuestra la importancia de que las decisiones y competencias se aproximen a los ciudadanos.

Reto demográfico

Encarar la migración para atajar la despoblación

–M. L. S.: El acento hay que ponerlo en la despoblación, un problema muy peculiar de esta comunidad que me parece que lo vemos día a día, no solo cuantitativamente, sino cualitativamente: se está formando a gente muy buena y mi desolación es cuando les he visto que se marchaban. En Castilla y León no somos capaces de ofrecerles un trabajo. La gente termina la carrera y tiene que abandonar el territorio. No solo pierdes a ese cualificado, todo ese esfuerzo, tiempo y dinero que revierte en beneficio de otros lugares. Parece lógico, tenemos buenas universidades, se forma bien a la gente, pero que no haya salida para estas personas... Y también hay otros sectores de población que abandonan. El que haya abandono de población es empobrecimiento de capital humano, social, político, limitaciones de todas las posibilidades. No sé que solución habrá, pero es lo más urgente.

«Hace treinta años era difícil imaginar que iba a haber una presidenta de las Cortes de Castilla y León»

Ricardo Rivero

–R. B.: Unido a la despoblación y no solo aquí, en toda Europa, está la migración. Tenemos miedo a lo desconocido, pero lo que todo el planeta tiene que afrontar, porque es una aldea global, es el tema de la (migración (no inmigración), que precisa de una solución urgente y no solo es política, sino social: hay que mentalizar que se necesita mano de obra y personas que nos rejuvenezcan los pueblos, si se me permite, úteros fecundos, no estériles, porque estamos prefiriendo la muerte antes que la vida de miles de personas que pueden venir a enriquecernos.

–R. R.: El Ministerio de Asuntos Sociales hizo hace diez o doce años un estudio sobre regulación de la migración en España, en la que colaboró la oficina de Extranjería de Valladolid y ofreció unas cifras muy significativas en paralelo al crecimiento económico: Había un 3% de población emigrante, pero la crisis lo trastocó. La reactivación económica puede suponer de nuevo la llegada de emigrantes. Castilla y león es una comunidad de acogida, que los ha recibido bien, pero se han marchado. Otra cuestión es que el Gobierno no ha puesto en marcha politicas de fomento de la natalidad. ¿Quién va a pagar las pensiones? Las cifras de natalidad son muy bajas, pero no ha habido políticas públicas para revertir esto. Hoy una familia numerosa es un milagro, una heroicidad. Se debería de pensar más en las familias numerosas. También en los inmigrantes, que lo pasan igual de mal o peor. Es normal que haya una contención de la inmigración, pero con garantias.

Ruralidad

¿Conservar especies protegidas antes que personas?

–R. B.: Tenemos una gran responsabilidad política, social y cultural. La globalización es para siempre. En el monasterio de San Felices de los Gallegos han entrado dos novicias, una de Guatemala y otra de Kenia. Hay que hacer hncapié en que el éxodo rural no es casualidad: se prefiere conservar especies protegidas antes que personas: lobos, cerdos ‘patanegra’ y moruchas. Estamos al oeste del oeste. Es triste que Castilla y León vaya a quedarse como tierra de cotos, golf y turismo cultural.

–M. L. S.: El problema de la emigración, que no es solo de Castilla y León, tiene leyes estrechas y fronteras anchas: en una época determinada no se le pone dificultades, pero en las crisis económicas y por la presión de los de dentro, entonces aplicamos la ley. Yo estoy agradecidísima porque estas personas hacen labores que no queremos hacer los de dentro: cuidar personas mayores, niños, muchos trabajan en el campo y han ayudado mucho y bien en unos años. Ahora que la situación económica no es tan buena no se les agradece lo que han hecho.

–R. B.: Yo prefiero hablar de población migrante y esto no es un tema político exclusivamente de Castilla y León, es un problema a abordar desde el punto de vista de toda la sociedad. ¿Estamos preparados para la acogida, especialmente en los pueblos, a cambiar de mentalidad y a no tener miedo a la diferencia?

Igualdad

La mujer, la gran revitalizadora de los pueblos

Es inevitable, cuando se habla de poner freno a la despoblación, que los invitados a los diálogos de El Norte se detengan en la evolución del papel de la mujer en estos 35 años. Cuando arrancaba el Estatuto de Autonomía, todavía la agricultora no podía pedir un crédito al banco si no ifirmaba su marido, a pesar de que la igualdad ya era un derecho reconocido por la Constitución.

–M. L. S.: No hace mucho, en una reunión en la que participé con motivo del Día de la Mujer Trabajadora se abordaba las enormes dificultades con las que se topaba una mujer que tenía a su cargo una explotación agraria. En ambientes no urbanos es mucho más difícil para la mujer el papel de emprendimiento, les cuesta mucho llevar a cabo esos proyectos y me da la sensación de que es más dfícil ponerlos en marcha en el medio rural que en el ámbito urbano.

«En una sociedad tecno-líquida, los jóvenes no les interesa tanto la lucha de sexos ni los roles masculino-femenino»

Raúl Berzosa

–R. R.: Esas exigencias de la mujer supeditada al varón desaparecieron con la Constitución, que supuso igualdad de derechos. En la actualidad, hay excelentes empresarias, presidentas de confederaciones empresariales, de empresas, juristas en el Tribunal Supremo, excelentes consejeras en el Gobierno de la autonomía, tenemos una presidenta en las Cortes de Castilla y León. Esto, hace 30 años, era dificil de imaginar. Son buenos ejemplos para las niñas que se miran en estos espejos. Se ha producido una progresión positiva en este sentido, aunque en los últimos años haya una tendencia desfalleciente en la reivindicación de la igualdad plena, en las generaciones más jóvenes hay un retroceso en los estudios técnicos por parte de las mujeres y se están fortaleciendo estereotipos de la adolescencia. La educación debería incluir un esfuerzo de transmisión de mensajes contra esos estereotipos. El esfuerzo de políticas públicas más decididas que no presupongan que hemos alcanzado la igualdad real.

–R. B.: Creo que estamos llegando tarde a este debate en el medio urbano, donde hay que contraponer la ideología de género con el transhumanismo (la posición que defiende la mejora del ser humano para alcanzar un estado superior o posthumano). A las chicas y chicos, en general, el tema de los roles masculino y femenino ni les importa ni lo tienen tan claro en esta sociedad cibernética y tecno-líquida (jóvenes que se cierran en una habitación con su ordenador, una sociedad insaciable, siempre activa y digitalizada) donde no les importa tanto la lucha de sexos. Otra cosa es el mundo rural, que es matriarcal. La casa, la iglesia, las pocas o muchas actividades que se organicen son todas impulsadas por las mujeres, el hombre se ha quedado en segundo lugar. Aprovecho para felicitar a las mujeres, porque son ellas las que están peleando por la pervivencia rural.

En la revisión de las competencias transferidas a Castilla y León –la de Justicia, por cierto, no lo está, a pesar del amago de hace siete años con el denominado Pacto por la Justicia refrendado por las Cortes, aunque se renunció a las competencias si no iban aparejadas de presupuesto y no parece que la Junta esté por la labor de reivindicarla– los tres invitados de los diálogos de El Norte miraron, hacia la educación. El Plan Bolonia, comentaron profesores que asistieron «de oyentes» a los diálogos, les hace perder mucho tiempo justificando el trabajo que realizan para adobar las estadísticas comunitarias.

–M. L. S.: Tras muchos años de dar clase, considero que tiene que haber una proyección más práctica de las enseñanzas, que aún hoy pecan de ser muy rígidas y teóricas. Hay que dar a los estudiantes una visión práctica de para qué sirve eso que estudia. Últimamente estoy alejada de la enseñanza, pero colegas míos y profesores coinciden en que está excesivamente burocratizada la universidad, y eso mata la imaginación y las ganas de trabajar.

Educación

Cultivar y conservar a los cerebros universitarios

–R. R.: Todas las organizaciones públicas están necesitadas de desburocratización, hay que ir más al trabajo y hacer un buen trabajo que a contar en muchos papeles lo que se está haciendo. En Castilla y León la transferencia no ha producido un resultado negativo. Los indicadores demuestan que la competencia educativa se ha gestionado razonablemente bien. Pero el debate en España sobre si se debería recentralizar por los abusos cometidos en otras comunidades autónomas... No pueden pagar justos por pecadores, no se debería propiciar un resultado de recentralización de las competencias educativas. Quien mejor conoce el mapa y se identifica con las necesidades de un territorio extenso son las autoridades más cercanas. Que la educación esté bien gestionada es importante, y aquí lo está.

–R. B.: Hay que diferenciar entre Primaria y Secundaria y la educación universitaria. Respecto de las dos primeras, felicito a las autoridades por el enorme esfuerzo por llegar a todos los puntos y con calidad, así como al profesorado, a quien doy las gracias. Me preocupa el gran número de universidades que hay y qué precio pagamos.

–R. R.: La Constitución española no reserva un monopolio. Es correcto que se abra un espacio a la iniciativa privada en Castilla y León y tienen derecho a emprender esa propuesta, aunque sin recursos públicos, porque de lo contrario no garantizaría la igualdad de oportunidades. Lo que sí está obligada a garantizar Castilla y León es una oferta pública que permita que todos los estudiantes tengan la posibilidad de formarse. Los cambios demográficos afectan y se han perdido muchos estudiantes, pero si se compara la calidad de la universidad pública con la privada, nuestros estudiantes son contratados fuera de la comunidad autónoma. También las familias saben discernir entre ofertas serias y las que tienen un solo propósito lucrativo.

El obispo de Ciudad Rodrigo, Raúl Berzosa, la magistrada del Supremo María Luisa Segoviano y el rector de la Univerisdad de Salamanca, Raúl Rivero, en la capilla del Colegio del Arzobispo Fonseca. A. Mingueza

–R. B.: Pero ¿Es un criterio que cada capital de provincia tenga que tener universidad?

–R. R.: Es cierto que en las públicas el nivel de exigencia es mayor, pero un monopolio de la universidad pública no es buena idea, aunque sí que se exigiera a las privadas proyectos de investigación y doctorados.

Tampoco es muy coincidente la mirada de los tertulianos a Castilla y León para calibrar el peso específico de la comunidad en el conjunto de España y la infuencia de los pròceres autóctonos en la toma de decisiones que ‘barran para casa’.

–R. B.: En este momento, ni siquiera la realidad española es de peso, por la globalización. Lo que más peso tiene de Castilla y León en el contexto europeo es su historia, su cultura, su patrimonio. El gran reto está en lo que los castellanos y leoneses queramos ser, pero hacerlo sin perder nuestra identidad profunda, con sana resistencia y siendo capaces de provocar.

–R. R.: En proporción al volumen de población, creo que la incidencia de Castilla y León en la política española es la adecuada. Hay muchos castellanos y leoneses en puestos de responsabilidad en Madrid. Claro, siempre hay que decir que nos tienen que dar más, pero lo que yo percibo de la dinámica institucional es que esa influencia existe. Hay 17 comunidades autónomas y nuestro PIB está a la mitad de la tabla, pero no creo que estemos en desventaja en los procesos de toma de decisiones.

–M. L. S.: Yo soy pesimista. Por razones históricas siempre hemos sido para el resto ‘el centralismo’, siempre te acusan de algo. Yo creo que las decisiones que se toman no son excesivamente favorables a Castilla y León.

–R. B.: Castilla y León no está en el eje del desarrollo europeo, sino en el de la marginalidad y la marginación. Depende de las personas y personajes que seamos capaces de generar, pero más que un genio colectivo, lo que da la tierra son genialidades personales.

–El futuro, entonces, ¿de Tierra de Sabor a Tierra de Saber?

–M. L. S.: El futuro es siempre imprecedible y las realidades actuales nos muestran que cada día es una sorpresa. Lo positivo es que Castilla y León es una tierra muy estable y serena, y no la veo peor de como estamos ahora. No creo que se produzca un salto cualitativo importante sino tranquilo, continuado.

–R. R.: Es la respuesta más prudente. Una prospectiva a 35 años no es posible, pero la especialización pasa por nuestros mejores valores: los sabores, la industria agroalimentaria, potenciar la producción de calidad, ser tierra de referencia, eso traerá muchas oportunidades, sin descuidar la potencialidad clásica: el saber y la cultura. Castilla y León puede vivir otros mil años de su cultura. Nuevas versiones de Santa Teresa y Delibes, pensadores tan de la tierra como el vino y el jamón. Vendrán otros avatares, pero se van a seguir produciendo buenos saberes y sabores, estoy de acuerdo con esa idea de estabilidad. Nosotros no nos transformamos tan fácilmente, mantenemos nuestras esencias.

–R. B.: Tiene que ser una tierra de sabor, de saber y de ser. No habrá enormes cambios a nivel poblacional. El mundo rural agoniza, se está descubriendo por los migrantes y aquellos que se fueron jóvenes, vuelven a redescubrirlo. Hay esperanza.

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