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El alcalde de León, el popular Antonio Silván, se ha trasladado esta mañana a la capital de España para, desde la prestigiosa tribuna de Nueva Economía Fórum, proponer a «todos los partidos» que huyan de sus intereses particulares» y «del cortoplacismo» y consigan pactos de ... Estado en materias sensibles para el futuro de España. «El futuro de todos nos va realmente en ello», ha aseverado en presencia de representantes de todas las administraciones del Estado, encabezadas por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, y de importantes empresarios.
Silván, en un discurso cargado de optimismo, autoestima y defensa de lo conseguido en los últimos años en la capital leonesa, ha colocado el foco en dos graves problemas que pueden poner en peligro, si no lo están empezando a hacer ya, el futuro no solo de León, no solo de amplios territorios del interior peninsular, sino el futuro de toda España: la despoblación y el envejecimiento. Por eso ha reclamado un plan «integral y agresivo«, que cuente con la participación del Estado y de la Unión Europea y que contenga un suficiente número de iniciativas como para hacer que confluyan en dicho pacto los intereses públicos y privados de todo el país. Entre las medidas que propone la primera autoridad de la capital leonesa se encuentran las relativas a una mejor fiscalidad para las empresas, el impulso de las infraestructuras -no solo viarias sino también tecnológicas-, el incentivo de la natalidad y el retorno de los emigrados.
Con ese plan de Estado, que considera imprescindible si España «quiere ganar el futuro», Antonio Silván cree que se podrá corregir «el amplio desequilibrio existente entre el interior y la periferia peninsular», pero no tendría que limitarse «exclusivamente a los territorios objetivo y al problema tratado», sino que deberá componer una parte de la solución global para otros grandes asuntos que tiene por delante España, entre los que ha resaltado «la sostenibilidad de los servicios públicos fundamentales, la reducción del coste medio de los servicios públicos, la consecuente mejora en las necesidades de financiación de las autonomías y entes locales y el cuidado y el mantenimiento de nuestro sistema de pensiones».
En opinión del alcalde de León, semejante pacto de Estado solo tiene un secreto para ser realidad: «La altura de miras» de los partidos, la necesidad de que aparquen «el cortoplacismo y los intereses electorales», la unidad de acción y el «espíritu de unión». Para esto último, ofrece el ejemplo de León como ciudad, «que no es individualista, ni del equipo de gobierno de la ciudad, ni de su alcalde, sino un proyecto de ciudad, donde tienen cabida todos los actores públicos y privados, partidos políticos, sindicatos, empresarios, asociaciones vecinales, culturales, deportivas, la Universidad, los medios de comunicación... En definitiva, todos los leoneses, vivan o no en nuestra ciudad, y todos aquellos, vengan de donde vengan, que quieran sumar parte de ese León de futuro».
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