Secciones
Servicios
Destacamos
EVA ESTEBAN
Segovia
Domingo, 22 de abril 2018
Una modesta pensión situada en el número once de la calle Desamparados, hoy transformada en el número cinco, se convirtió en el hogar del poeta sevillano Antonio Machado Ruiz durante los trece años que estuvo en Segovia. Esta estrecha calle adoquinada con pendiente, a escasos ... metros de la Catedral, es todo un icono de la historia y literatura nacional. El representante más joven de la Generación del 98 dejó su huella en la capital segoviana y, a modo de homenaje, Turismo Segovia, dentro de las actividades enmarcadas para celebrar el Día del Libro, organizó este domingo una ruta guiada por los lugares que el poeta frecuentó durante su estancia en Segovia, así como el camino diario que realizaba entre el instituto donde impartía clase y la pensión que habitaba.
La visita comenzó puntual, a las once de la mañana en la plaza del Azoguejo. Los segovianos tenían ganas de conocer en profundidad la vida y rutina del poeta que marcó un antes y un después en el devenir de la ciudad. Para sorpresa de la veintena de participantes, no se visitó el instituto donde el autor sevillano impartió clases de francés, el actual instituto de educación secundariaMariano Quintanilla, que conserva un aula dedicado a su figura.
Machado parecía haber encontrado el equilibrio que necesitaba en su vida y que le servía como fuente de inspiración: su esposa Leonor Izquierdo. La muerte de su amada por tuberculosis en 1912 supuso un «punto de inflexión» en su trayectoria personal y profesional. No soportó el dolor de vivir en una Soria que había quedado deshabitada sin Leonor. Deambuló por diferentes puntos de la geografía nacional hasta que llegó a Segovia. El poeta andaluz pisó por primera vez la capital segoviana el 26 de noviembre de 1919, pero poco tiempo le bastó para aclimatarse al ritmo de vida de la ciudad y a sus gentes.
La primera parada de la visita fue frente a la librería Cervantes, «un lugar que Machado visitaba a menudo por la estrecha amistad que mantenía con los propietarios», tal y como afirmó el guía turístico, Javier Contreras. El siguiente alto en el camino fue en el mirador de la Canaleja, que sirvió de gran inspiración al poeta. «Le encantaba contemplar la sierra de Guadarrama».
Más adelante, la plaza de Medina del Campo, donde se ubica la estatua de Juan Bravo, centró la atención de los participantes a la ruta machadiana por su proximidad a dos de los lugares más frecuentados por el autor sevillano durante su estancia en Segovia. El primero, el antiguo Casino de la Unión, «uno de los cafés donde Machado acudía a tertulias literarias» con escritores y pensadores de la época como Mariano Quintanilla, Julián María Otero o Blas Zambrano. El segundo, el antiguo hotel Comercio, en la calle Melitón Martín (hoy Herrería), donde conoció a su segundo amor, Pilar de Valderrama, más conocida como Guiomar, en 1928. «Se convirtió en la musa del poeta, la persona que le inspiró para crear grandes poemas», subrayó Contreras.
Cuando Antonio Machado llegó a Segovia, en un primer momento se alojó en un hotel «muy modesto», el antiguo hotel Victoria, en la Plaza Mayor. En busca de algo «aún más modesto», se trasladó definitivamente a la calle Desamparados. La pensión que regentaba Luisa Torrego para mantener a sus hijos es hoy un museo dedicado al poeta. Un paseo por esta vivienda acerca al pasado y a la forma de vida de un Machado que compartía la vivienda con otros dos inquilinos. La mayoría de las habitaciones se mantienen intactas, como él mismo las dejó. Su dormitorio conserva todos los muebles que el poeta disfrutó.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
25 artistas para descubrir y disfrutar en 2025
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.