luis javier gonzález
Segovia
Sábado, 13 de abril 2019
Yolanda Casado, al frente de la administración de lotería número 3 de Segovia, tras muestra su satisfacción tras repartir un premio de 255.487 euros del sorteo Euromillones. Responde por fases a cada pregunta mientras atiende el goteo constante de clientes en la ... administración a los pies del Acueducto y su máquina dicta sentencia sobre un boleto tras otro. El sorteo del viernes dejó dos acertantes de segunda categoría (5+1 números acertados) en España –el otro fue en la localidad valenciana de Alaquàs-en un sorteo que no deparó ningún acertante de primera categoría (5+2) mientras que hubo tres de tercera (5 números, sin estrellas), que percibirán 79.3417 euros cada uno, según informó Loterías y Apuestas del Estado.
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Desde la administración no tenían aún noticias del jugador galardonado en la tarde de ayer. «No ha venido nadie. Al ser un punto tan turístico, puede ser cualquiera de paso», explica Yolanda. El sorteo Euromillones es de los que menos premios suele dejar porque juegan países europeos y ello reduce las probabilidades. Por ello es especialmente extraordinario. Aun así, el perfil de público participante es el mismo. «Cuanto más bote haya, más se juega. Eso, en el Euromillón y en cualquier otro tipo de juego». No suelen jugar extranjeros, porque aunque el sorteo incluya a distintos países europeos el premio se debe cobrar en el país donde se ha completado la apuesta.
La combinación ganadora fue la formada por los números 1, 28, 35, 36 y 46, con el 6 y el 9 como estrellas. Yolanda no recuerda un premio similar en el tiempo que lleva en la administración. Es el primer premio que reparte de Euromillón en los últimos años y la cantidad excede con mucho alguno repartido en 2018; dos premios de Lotería Nacional de los jueves, por unos 30.000 euros al décimo.
La administración, en la Calle real, tiene mucho turismo y también clientela segoviana. «Se nota mucha el turismo», resume Yolanda, encantada de poder repartir un cuarto de millón de euros de un solo golpe. «Hace mucha ilusión, aunque no sepamos a quién se lo hemos dado. Aparte de que para nosotros es una buena propaganda». La discreción está en el ADN del lotero y ella es clara; no hay rumores sobre quién podría ser el afortunado, pero aunque los hubiera tampoco los contaría. Y se despide, esperando repartir otro premio pronto. Mientras, la máquina es inmisericorde con el siguiente boleto que pasa por su detector: «No tiene nada».
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