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Almudena Álvarez | EFE
Jueves, 18 de abril 2019, 17:54
Los reyes de Bélgica, Felipe I y Matilde, han realizado este jueves la etapa del Camino de Santiago que transcurre entre las localidades palentinas de Itero de la Vega y Frómista, acompañados por tres de sus cuatro hijos y un numeroso grupo de amigos, ... en un recorrido que días atrás les llevó por tierras burgalesas.
Al igual que han hecho en los dos últimos años, primero por Navarra y después por Álava y Logroño, Felipe I y Matilde han decidido pasar de nuevo parte de sus vacaciones de Semana Santa recorriendo el Camino de Santiago Francés.
En esta ocasión han elegido las provincias de Burgos y Palencia, donde la expectación ha sido máxima a pesar de ser un viaje privado que no se había comunicado a nivel institucional ni oficial y cuyos detalles desconocían hasta los alcaldes de los pueblos que han atravesado.
Y es que, desde el pasado domingo la familia real esta recorriendo tierras castellanas, con alguna visita a la capital burgalesa, acompañados de tres de sus cuatro hijos -faltaba su hija mayor- y un numeroso grupo de amigos.
Al principio de la semana realizaron una parte del Camino de Santiago burgalés y descubrieron en Castrojeriz un rico patrimonio y la travesía más larga de la ruta jacobea, ya que el Camino de Santiago cruza esta localidad longitudinalmente a lo largo de más de 1.500 metros. También han visitado San Juan de Ortega y la capital de Burgos, con discreción.
Y este jueves eligieron un tramo de unos 16 kilómetros que transcurre entre Itero de la Vega, el primer pueblo palentino del Camino, y Frómista, la localidad donde se cruzan el camino de la fe y la razón al coincidir el Camino de Santiago y el Canal de Castilla, una obra de ingeniería de la España Ilustrada que ha llamado la atención de los reyes belgas.
Durante más de tres horas han recorrido parte de la estepa castellana que les ha llevado a atravesar la localidad de Boadilla del Camino y alcanzar la cuádruple esclusa del Canal de Castilla en Frómista, donde ha llegado primero la reina, acompañada de su hija pequeña, y unos veinte minutos después Felipe I con sus hijos varones.
A pesar de que empezaba a llover, el grupo del rey ha decidido detenerse a tomar un pequeño almuerzo en la cuádruple esclusa y admirar uno de los elementos más singulares y destacados del Canal de Castilla, hasta que la lluvia ha comenzado a arreciar y el grupo ha decidido continuar con su camino por tierras palentinas.
En esta ocasión han decidido mantener mayor discreción que en sus otros viajes y alejarse del foco mediático para disfrutar de la ruta jacobea como auténticos peregrinos, aunque haya tenido que ser rodeados de fuertes medidas de seguridad.
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