Respenda de la Peña: los ecos del pasado en el mundo rural
ESPECIAL MUNICIPALISMO. EL PATRIMONIO INMATERIAL DE CASTILLA Y LEÓN ·
La localidad y sus pedanías recuerdan sus tradiciones, ligadas al trabajo en común, la agricultura y la ganadería, que han sido los motores de la comarca durante varios siglos
EL NORTE
Respenda de la Peña
Martes, 15 de junio 2021, 08:45
Enmarcada entre los bellos paisajes de la montaña, Respenda de a Peña recuerda sus tradiciones en blanco y negro, recuerdo de unos vecinos ya desaparecidos que se llevaron con ellos un estilo de vida. En aquellos tiempos se celebraba la Inmaculada, patrona del pueblo, mientras que ahora se ha trasladado la fiesta al verano para tratar de que acuda el máximo número de gente.
ALFONSO CRESPO GONZÁLEZ. ALCALDE DE RESPENDA DE LA PEÑA
Es entonces cuando aún se puede oler la madera quemándose antes de la matanza, de las mujeres preparándolo todo para echar la parva –el orujo y los dulces que se ofrecía a familiares y amigos que acudían a ayudar– antes de matar el cerdo. Si se afina el oído aún se puede escuchar a los mozos cantando mientras enraman la casa de la novia, que se apresura a preparar la merienda con orujo, vino y pastas. Se casará de negro, ya que la moda de vestir de blanco no llegaría a esta zona hasta los años setenta. Mientras en la plaza se reúne el Concejo de Respenda, dispuesto a hacer las cuentas para luego recibir higos y pastas que se guardarán bien para llevarlas a casa.
Es un tiempo ya perdido, en el que los vecinos trabajan juntos por el bien común en lo que se conocía como la huebra. Preparan caminos, arreglan las calles o limpian las fuentes para todos.
Esto sucedía en Barajores, una de las localidades que pertenece a Respenda de la Peña. De allí también emerge la figura del vecero, el vecino al que le tocaba guardar las vacas del pueblo, algo que también se hacía por turnos. La merienda sigue mientras que el pasado se pasea por los pueblos para recordar a los vecinos que lo que son es consecuencia de lo que fueron.
FIESTAS Y TRADICIÓN
Repique de campanas
Las campanas tenían una importancia especial, ya que cada repique significaba algo diferente, desde un fuego hasta la necesidad de acudir a la plaza del pueblo. Y todo el mundo sabía lo que significaba.
Misacantano
Cuando un joven de Barajores se iba a estudiar al seminario y se ordenaba sacerdote, regresaba al pueblo para cantar la misa. Entonces se le confeccionaba un palio con flores y ramas y se levantaba un mayo en su honor.
Entorno
La montaña influyó irremediablemente en el estilo de vida de la comarca, con agricultores y ganaderos como protagonistas hasta el siglo XIX, cuando comenzaron a abrir minas para trasladar los minerales a los altos hornos.
Destaca
La enramada a la novia era habitual en todas las localidades de la comarca. El adorno de la puerta de la casa acababa con una merienda en la que no faltaba ni el orujo ni el vino.
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