Los rayos y fuegos intencionados provocan una noche movida de incendios en Castilla y León

Los responsables de la lucha contra incendios forestales sitúan el origen de siete de los fuegos en rayos. Se trata de los que han prendido en Cantalejo (Segovia), Las Cruceras y El Barraco (Ávila) y Palacios de la Sierra (Burgos), que están controlados. A estos se suman otros en Tornadizos de Ávila, Santo Domingo de Silos y Arauzo de Miel (Burgos), que están extinguidos, y un último fuego, en San Esteban de la Sierra (Salamanca) que permanecía activo a media mañana de hoy martes, 1 de septiembre.

A los que han surgido por el importante aparato eléctrico que ha acompañado a las tormentas que empezaron a descargar a última hora de la tarde de ayer, se suman otros seis incendios en los que se ha confirmado la intencionalidad, prendidos por incendiarios, en Piedrafita, Benuza, Serrilla y Valdefresno (León), Lagunilla (Salamanca) y Santa Cristina de la Polvorosa (Zamora). Todos ellos están controlados o extinguidos.

Completan el balance de incendios forestales otros diez fuegos cuyo origen aún está bajo investigación en Molbentrán, Candeleda y otro en El Barraco (Ávila); dos en la localidades burgalesas de Oquillas y Basconcillos del Tozo; Otros en Boca de Huérgano y Arganza (León); otros dos en tierras palentinas, en Cisneros y Villamediana; y el último en el Salto del Saucelle, en Salamanca, que sigue activo y en el que trabajan medios de la Junta y del Gobierno de Portugal.

Cierra el recuento un último incendio originado por una chispa en el trazado del ferrocarril, en Carrascal de Barregas (Salamanca). Está extinguido tras quemar 1,5 hectáreas de pasto. De este listado de fuegos, al menos once se han quedado en conatos por la rápida intervención de los medios de extinción. No han superado las 2 hectáreas de terreno afectadas.

De todos estos fuegos forestales, los de mayor entidad por el número de medios que trabajan sobre el terreno son el de Boca de Huérgano y uno de los dos declarados en El Barraco. El primero sigue activo y el segundo está controlado. Se fajan con las llamas cuadrillas de tierra, helitransportadas, medios aéreos y maquinaria pesada (buldócer) para abrir cortafuegos. En la extínción del de Ávila, además de los medios de la Junta, participan un avión anfibio del Gobierno central con base en Torrejón de Ardoz (Madrid) y dos helicópteros con brigadas de la Comunidad de Madrid.