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Avión con material adquirido por la Junta que aterrizó en España el viernes. El Norte
Coronavirus en Castilla y León: Protección y respiradores se estabilizan tras 20 días de alarma y 1.327 sanitarios infectados en Castilla y León

Protección y respiradores se estabilizan tras 20 días de alarma y 1.327 sanitarios infectados en Castilla y León

Los profesionales han tenido que esterilizar y reutilizar mascarillas, alargar la vida útil de los equipos y adaptarse a otras especialidades

Antonio G. Encinas

Valladolid

Domingo, 5 de abril 2020, 07:55

A una enfermera de un centro de salud rural de Castilla y León le dijeron hace unos días que pasara la mascarilla FFP2 por el esterilizador. Había que intentar que durara más allá de las 12 horas del turno. El inconveniente es que al pasar ... por la máquina el filtro se deteriora y su protección, que alcanza a retener en torno a un 95% de las partículas, mermaba considerablemente. No ha sido algo aislado. En los hospitales «se han tenido que ir aguantando mascarillas más tiempo del que indican las especificaciones técnicas», señalan desde el sindicato de enfermería Satse. Los protocolos a causa del coronavirus han cambiado a medida que escaseaban. «Se han ido alargando los tiempos y se han hecho recomendaciones para aguantar una mascarilla, una FFP2, hasta 50 horas. Los compañeros han tenido que aguantarla todas esas horas y a medida que iban escaseando los protocolos iban cambiando. Los enfermeros han aguantado todo el turno con el equipo puesto, no iban al baño para no malgastar equipos, no bebían agua, no salían a descansar», comentan las mismas fuentes.

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«Ahora no tenemos falta de medios de protección en ningún sitio. Pero hace quince días sí. Y no solo eso sino que teníamos incertidumbre sobre cuándo nos iban a llegar. Y hace tres semanas o cuatro, igual», admite el presidente del Colegio de Médicos de Valladolid, José Luis Almudí. «Nuestra Consejería ha empezado a hacer compras y nos han empezado a llegar, con las dificultades que hay».

El pasado 20 de marzo, Verónica Casado, consejera de Sanidad, anunciaba que habían adquirido material para dos meses. Solo tenía que llegar, claro, lo que no ha sido fácil ni aquí ni en el resto de España. Menos aún ahora que la pandemia está desatada a nivel global y hay una guerra abierta por acaparar equipos de protección y respiradores. Ese material para dos meses, decía, suponía «2,25 millones de mascarillas quirúrgicas; 1,5 millones de mascarillas FFP2; 800.000 mascarillas de tipo FFP3; 1,7 millones de batas». «Si algo podemos decir alto y claro y con contundencia es que la Consejería de Sanidad está ejerciendo sus competencias y eso significa tener protegidos a sus profesionales, y lo estamos haciendo mucho antes de la decisión de decretar el estado de alarma. A día de hoy hemos repartido 5,6 millones de unidades de equipos de protección en todas las categorías. Existe disponibilidad general y del nivel adecuado», aseguraba ayer la consejera de Sanidad.

Y la Delegación del Gobierno, el pasado jueves, volvía a hacer recuento de las mascarillas que ha entregado a las comunidades autónomas. «Desde el pasado 10 de marzo y hasta este miércoles, 1 de abril, se han distribuido entre las comunidades autónomas cerca de 34 millones de unidades de dicho material», anunciaba el comunicado de la Delegación. Yen el desglose aparecían 1,15 millones de mascarillas para Castilla y León.

Lo que ocurre es que el día 27 de marzo llegaba una nota similar. En los primeros 17 días la Delegación del Gobierno notificaba que había entregado 589.573 mascarillas a Castilla y León. Es decir, que en apenas 6 días desde entonces se entregó el doble de lo que se había distribuido en las dos primeras semanas y media.

Y es que los equipos de protección llegan tarde.

«Los gobiernos autonómicos se están buscando la vida», explica Almudí. «Hemos perdido entre tres y siete días con todas las negociaciones que ya estaban avanzadas [y que se pararon por la recentralización de compras decretada por el Gobierno el 15 de marzo]. Ese tiempo era muy necesario, ha sido el motivo por el que tenemos esa tasa de profesionales de la salud infectados –incluye sanitarios y sociosanitarios–, esa pérdida de oportunidad por no tener el material adecuado, tests que permitieran aislar a la gente».

Verónica Casado actualizó ayer los datos a 3 de abril. Hay 1.327 profesionales positivos en Castilla y León, además de otros ochocientos aislados por posibles contagios. Destaca Ávila, con 190 infectados, como la segunda zona con más casos, solo por debajo de Valladolid Este (198) y muy por encima en términos absolutos de Burgos (91), León (161) o Valladolid Oeste (54). En cuanto a personal aislado por posible contagio, Salamanca suma 402 que la sitúan a la cabeza de la región.

Fuentes cercanas al Clínico explican que hay sectores que han caído en bloque. «En Cirugía se han contagiado muchos», señalan. «En el Clínico han caído tres jefes de Servicio», apunta otro médico del mismo Hospital. «No había pruebas. Si uno en mi unidad coge la infección y es positivo, rápidamente hay que hacer un test, se diagnostica y todos a casa, y no se ha hecho», apuntan.

No es un problema menor. Sanitarios que estaban fuera de grupos de riesgo han fallecido, como la médico zamorana de 28 años Sara Bravo y la médico salmantina de 59 Isabel Muñoz.

Cifras y situaciones que casan con lo que explican desde Satse. «Valladolid no es de las que ha estado peor porque no es de las que más contagios ha tenido en comparación con otras, pero nuestros sanitarios han estado con la presión de aguantar el EPI (Equipo de Protección Individual) el máximo tiempo posible», señalan. «Dentro de lo que cabe a los hospitales de Valladolid les ha dado tiempo a prepararse. Segovia y Soria están mucho peor».

El riesgo de las UCI

Castilla y León tiene, de normal, 166 camas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), según señaló la propia consejera este viernes. Una capacidad que se ha ampliado hasta las 423 y que aún podría extenderse, señaló el coordinador de las UCI, Jesús Blanco, hasta 533 si fuera necesario. Esa ampliación se ha hecho a costa de habilitar como UCI todos los espacios que cuentan con respiradores: salas de reanimación, de post-anestesia, quirófanos. La cuestión es que no hay intensivistas suficientes, especialistas en este área, como para doblar o triplicar el número habitual. Así que hay profesionales que han tenido que adaptarse.Anestesistas, por ejemplo. «En muchos países la especialidad de intensivos no existe y son los anestesistas los que llevan las UCI, así que en España las dos especialidades comparten muchos conocimientos, habilidades y competencias», matiza José Luis Almudí.

Verónica Casado, ante las críticas llegadas de Salamanca por la presunta falta de personal en esas UCI extendidas, se mostró tajante esta mañana. «Salamanca tiene 70 camas en zona Covid, 21 en zona 'no Covid', cuatro intensivistas de mañana y cuatro de apoyo, dos pediatras intensivistas, dos cardiólogos y dos anestesistas; en REA, tres anestesistas. En UCI hay ocho enfermeras y cinco técnicos en cuidados auxiliares de enfermería para 16 puestos...», desgranó. Parece que en los últimos días se atenúa el porcentaje de entrada en las UCI. Eso, unido a la llegada de los equipos protectores, empieza a permitir un ligero respiro. «En las UCI extendidas han tenido que estirar mucho el EPI, allí tienen mascarillas pero hay momentos en que la mascarilla había que aguantarla esas cincuenta horas.Ahora no. Ahora tienen una por turno. Y las batas también», admiten desde Satse.

El problema, señalan otras fuentes, se puede dar cuando el paciente abandona la UCI y va a planta. Porque cada detalle que se conoce sobre la capacidad de contagio de este coronavirus revela la dificultad de pararlo. «En otras áreas no sucias del hospital la protección no es la misma. Y al permanecer ese individuo con riesgo de cuatro semanas más después de la primera infección, las medidas de cuidado siempre tienen que ser las mismas», advierten otras fuentes. «Lo ideal es que tengan los mismos sistemas de contención y no los tienen, porque en teoría la asistencia que requieren es menor y no exige contacto continuo».

35 respiradores más

La Junta recibió ayer los primeros 35 respiradores de los 100 que ha comprado. Confían en que el resto siga llegando. «No nos han requisado nada.Hasta ahora no hemos comprado nada que no nos ha llegado. Todo está perfectamente controlado», señaló aliviada Verónica Casado. La nota del Gobierno autonómico señalaba que «han llegado en un camión atravesando diversas vicisitudes fronterizas» y agradecía «la colaboración de la Embajada de España en Estados Unidos para solucionar todos los problemas» y la de la empresa Biotec Médica, de Laguna de Duero, «sin cuyas gestiones en la compra y en el viaje desde Amsterdam hubiera sido muy complicado lograr la entrega».

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