Los dos policías encargados de su custodia se encontraban en la puerta de la habitación, que se encontraba abierta por motivos de seguridad. Iba a recibir el alta después de haber ingresado para ser atendido por los especialistas de maxilofacial. En el hospital Río Hortega ... no existe un módulo específico para atender a los reclusos, así que este preso, procedente de la prisión de Dueñas, creyó que era su oportunidad.
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Seguramente la escena tuviera menos glamour que las que muestran las películas, con su banda sonora de tensión y sus gestos en primer plano. Para empezar, tuvo que maniobrar de la forma más silenciosa posible, lo que no es sencillo cuando se trata de forzar una ventana, la de la habitación del hospital, que está diseñada para abatirse, pero no para abrirse del todo. Consiguió dejar el hueco suficiente como para salir por él. Acto seguido cogió las sábanas y se fabricó una suerte de soga por la que descolgarse hasta el patio interior del bloque en el que se encontraba.
En este momento, el ruido le delató. Los policías se apercibieron del movimiento y vieron que algo sucedía. Al comprobar que trataba de fugarse bajando hasta el patio, salieron corriendo y abortaron el intento antes de que el recluso pudiera sentirse libre por un momento. El suceso provocó algo de desconcierto en la planta que el reo compartía con otros pacientes, aunque según la Policía Nacional en ningún momento se corrió un riesgo cierto ni de fuga ni de daño a otras personas.
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