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La nueva planta de embotellado de Bezoya en Ortigosa del Monte, inaugurada esta semana, tiene una superficie de 15.000 metros cuadrados. Está situada al lado de la que existe desde 1974 y tiene una capacidad de producción superior en un 10%, con más ... de 100 millones de litros envasados al año a pleno rendimiento, según comentó ayer en la inauguración el presidente del grupo, Tomás Pascual. Los responsables de la fábrica aprovechan ahora el deshielo de la abundante nieve caída desde enero en la sierra de Guadarrama; están embotellando todo el agua que pueden en esta primera parte del año, para tener almacenada en stock y así cubrir la demanda del mercado en la segunda mitad del año. La fábrica supone un refuerzo del compromiso de grupo empresarial con Segovia y con las perspectivas de aumento del empleo, tras una inversión de 15 millones de euros. Con las nuevas instalaciones Bezoya ha incrementado un 15% la plantilla directa y prevé que este aumento de los puestos de trabajo indirectos entre este año y 2019 sea del 30%. Bezoya explota también otro manantial más, el de Trescasas, con unas características del agua parecidas a las del de La Becea de Ortigosa, de una mineralización débil.
La empresa tiene entre 120 y 126 trabajadores en Segovia, comentó Tomás Pascual, quien expresó la apuesta del grupo por «seguir creciendo de la mano de esta provincia» y destacó el alto porcentaje de puestos de trabajo indirectos que genera la actividad de almacenaje y distribución. De esta plantilla, que crecerá hasta 150 empleados en abril, destacó el director de Operaciones, David Casañ, 26 han sido contratados para esta nueva fábrica, y de ellos once son de Ortigosa y el resto de los pueblos de alrededor.
Situada al lado de la carretera N-603 y de la autopista AP-61, la embotelladora de Bezoya en Ortigosa tiene una capacidad de producción de 100 millones de litros al año, en botellas de 1,5 y 5 litros. Los derechos de explotación del manantial de La Becea los adquirió en 1974 Tomás Pascual Sanz, padre del actual presidente de Calidad Pascual, cuando buscaba en la sierra de Guadarrama un agua adecuada para sus dolencias de ácido úrico.
La encontró en Ortigosa del Monte, «agua pura y única y de mineralización muy débil», protegida de cualquier contaminación porque procede del manantial subterráneo, está «protegida de cualquier contaminación», comentó el empresario, y llega a la planta de embotellado drenada y filtrada por el granito fisurado de la montaña. Ya en la fábrica, antes de envasarla se somete a un único proceso de filtrado para eliminar los sólidos en suspensión.
Pascual destacó que es «agua natural, muy saludable y sanitariamente segura», con un residuo seco mínimo, de apenas 28 miligramos por litro. En esto son iguales las de Ortigosa y las de Trescasas, pero las primeras tienen menos sodio, calcio, magnesio y bicarbonatos, y un poco más de sílice y de cloruro.
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